SEGUNDA SELECCIÓN
Tevez empezó como suplente, entró y cerró la goleada con un penal. Después, aceptó el rol secundario que tiene ahora: “No quiero hacer quilombo”.
El cartel muestra el número 32. Es para jugador que entra. Un tal Carlos Tevez. Por tercera vez desde que dirige a Boca, Guillermo sentó al Apache en el banco. Todo un mensaje del DT en el inicio oficial de la 2018/19, que tiene sus razones en el bajón futbolístico de Carlitos en el tramo final del semestre pasado y en la incorporación de Mauro Zárate, la más impactante del mercado, y que empezó a rendir en el 6-0 ante Alvarado.
Tevez ingresa para jugar los 20 minutos de un partido que está resuelto (5-0). Reemplaza a Wanchope y se ubica de 9, lo que menos le gusta. A veces alterna la posición con el ex Vélez. En una, Mauro lo pone de cara el arquero pero Carlos tarda en acomodarse y un defensor le tapa el remate. Tendrá revancha, desde el punto del penal -Cardona le cedió la pelota-, para cerrar la goleada. Y agarrar confianza. un mensaje anti Guillemro. Es apoyo y respeto a un jugador que es referente y que, siendo el más veterano del plantel (34 años), toma este nuevo rol con calma y madurez. Como lo explicaría tras el triunfo. “Me toca sumar desde donde estoy, y lo haré desde donde me toque para que Boca pueda ganar. Y si me toca estar en el banco lo haré contento”.
Negó que su no inclusión en el 11 inicial se deba a un tema físico: “Tuve la pretemporada que quería. No falté a ningún entrenamiento y a medida que vaya teniendo oportunidades se va a notar que estoy muy bien”. Y si bien dijo que no se ve de titular ante Libertad, por los octavos de la Copa el miércoles, tampoco polemizó con Guillermo: “El técnico deja claro que no soy la primera opción. Lo tengo bien claro y lo acepto. El día que tenga cara de orto y quiera hacer quilombo en el club que amo, me iré”.