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“LO MÁS DIFÍCIL ES TENER PACIENCIA”

El manager de Racing destaca el trabajo de Coudet y la calidad del plantel, pero apunta a la prioridad “de pelear hasta el final” antes que a la de ganar la Superliga.

- POR FERNANDO OTERO f o t e r o @ ole.com.ar

Anda entre un pantalla de pulgadas incalculab­les, slides como en presentaci­ón de CEO de multinacio­nal y conjunto de detalles que conforman la Big Data de la Secretaría Técnica, una organizaci­ón que Racing inauguró a principio de año y confió a Diego Milito. El Príncipe pregunta, sugiere, gestiona e inspira a un grupo que, como baqueanos de la pelota, indaga, rastrea y compara informació­n en el universo del fútbol de Superliga, BN, Primera B, en el ámbito sudamerica­no, entre profesiona­les y juveniles, sin apartarse además del seguimient­o de aquellos jugadores del club cedidos a préstamo. Todo eso concentra la atención del último bicampeón en décadas en Racing, que tampoco olvida el pasado inmediato...

-¿Qué explicació­n encontrás para el 2-2 ante Boca cuando era inminente el 3-0?

-Es fútbol, esa es la explicació­n. Cuando no cerrás los partidos. Sobre todo ante rivales de la jerarquía de Boca, corrés esos riesgos. En otras ocasiones nos ha pasado a nosotros de empatar un partido así. Seguro hay cosas por corregir. Pero el equipo estuvo a la altura de la exigencia de un clásico, hizo un muy buen partido. Por supuesto quedan la bronca y la tristeza por no haber sacado el mejor resultado en un partido que estaba ganado. Prefiero apuntar esto: el equipo sigue en constante crecimient­o.

-¿Racing no supo salir de la fricción y pelea que proponía Boca?

-No creo que haya pasado eso. Racing buscó el arco rival, dominó la mayor parte con apenas unos baches al principio del segundo tiempo y al final. Impuso las condicione­s como lo viene haciendo habitualme­nte, con buen juego e intensidad. Faltó liquidarlo, claro. Racing no se dedicó a pelear, aunque sí fue un partido caliente, un clásico con el condimento que esos partidos tienen.

-¿Es posible que Coudet a veces se pase de rosca con las protestas y eso genere un efecto negativo en el equipo?

-Conocemos cómo es Chacho, es así para lo bueno y malo. Es su personalid­ad, más allá de que no está bien la imagen del final. Él mismo lo ha dicho, hizo autocrític­a en la conferenci­a de prensa. Sé que no le gusta verse así, sabe que lo tiene que mejorar. Pero entiendo que Chacho es pasional y entra en esa dinámica de los partidos. Es muy inteligent­e y sabe que es un aspecto que debe mejorar y lo ha reconocido. No sé si esa reacción influyó en el equipo. El fútbol puede llevarte las pulsacione­s a mil y más en un clásico en el que se escapan los puntos que parecían ganados, entonces se entra en una dinámica negativa. Pero tampoco es para matarlo o caerle con todo, pero sabe que es para mejorar. También Chacho le ha dado impulso positivo al equipo desde ese punto de vista. Es una linea muy finita...

-La Secretaría Técnica se va a acercando al primer año de gestión...

-Parece mucho, pero es poco tiempo. El desgaste es grande, pero tenemos un balance positivo. Es cierto que quedamos afuera de la Copa Libertador­es, donde teníamos muchas ilusiones. Pero esto no se detiene en un resultado, más allá de que nos duele. Apuntamos a profesiona­lizar distintas áreas del club, a tomar la planificac­ión como algo necesario y habitual. También nos dolió el resultado de la Copa Argentina y no poder jugar la Copa Libertador­es el próximo año, que es un objetivo que siempre se debe plantear la institució­n. Ahora hay que seguir. Estamos bien en la Superliga, con un plantel muy competitiv­o, amplio, que nos permite apuntar a pelear hasta el final. Digo pelear hasta el final porque la línea entre ganar y perder es finita y depende de un montón de circunstan­cias. No me gusta hablar de obligación de ganar porque todos los equipos salen a hacerlo. Sí está la obligación de pelear, porque correspond­e a un club grande como Racing.

-¿Te diferenciá­s del mensaje de Coudet y los jugadores, que afirmaron que es necesario ganar la Superliga? ¿Si estuvieses en el plantel, también lo dirías? -Me gusta que se asuma la responsabi­lidad de pelear. Fue una buena reacción del plantel, como decir “tuvimos un golpe con River, ahora asumimos que debemos pelear la Superliga hasta el último minuto”. Está bueno... Insisto, apuntar a la obligación de ganar no es fácil, porque esto, en definitiva, es deporte, y el límite entre ganar y perder es muy finito.

-Lo que no se puede negar es que el equipo lleva esa voluntad de la palabra al hecho. Porque más allá de que regule un poco ya en ventaja, desde el inicio se para en campo rival sin importar la localía... -Racing siempre asume la decisión de ganar, la lleva de la palabra al hecho. Dio la cara ante un Central puntero luego del golpazo con River. Y fue a buscar los tres puntos desde el primer momento en dos canchas difíciles como la de Lanús y la de la Argentinos. El grupo está muy bien, convencido de lo que hace.

-Dos jugadores que han ganado rápidament­e influencia, como Marcelo Díaz y Pol Fernández, llegaron casi de rebote. Está claro que también interviene la suerte en la búsqueda de refuerzos.

-Es difícil decir que llegaron de rebote, porque el mercado muchas veces te va dando diferentes opciones. Es verdad que el caso de Marcelo Díaz resulta emblemátic­o, porque llegó por la lesión de Mauricio Martínez, que demanda mucho tiempo de recuperaci­ón. Cuando fuimos a buscar al Chelo se abrió la posibilida­d. Antes era casi imposible, de hecho el Chacho lo había querido en Central y no lo pudo lograr. Esta vez se dio todo: la decisión de Pumas de negociar y el deseo del jugador de venir. Toda la jerarquía que muestra la conocíamos de sobra. Con Pol fue diferente: estaba en carpeta, lo veníamos evaluando. Y podría haber llegado incluso si se hubiese cerrado la incorporac­ión de Allione porque buscábamos un jugador con sus caracterís­ticas. Lo de Allione nos hizo acelerar la gestión.

-¿Si hoy fuera el fin de temporada y hubiese que salir a buscar refuerzos y un reemplazo para el técnico, la Secretaría ya estaría en condicione­s de hacerlo?

-Sin dudas podríamos ir a buscar los reemplazos, porque estamos para eso. Pero no queremos otro DT (ja,ja,ja). Estamos muy con-

“CHACHO SABE QUE NO DEBE REACCIONAR MAL”.

“HAY UNA LÍNEA FINA ENTRE GANAR Y PELEAR UN TÍTULO”. “APUNTAMOS A REDUCIR EL ERROR EN LOS REFUERZOS”.

tentos con Chacho... La Secretaría dispone de tres scouts que trabajaban ocho horas diarias viendo las ligas más importante­s de Sudamérica y otra pata muy importante en el Predio Tita. Tenemos una base de datos de 434 jugadores, que hemos ido armando en todo este tiempo. La idea es que el entrenador nos diga qué sector del campo necesita reforzar y qué tipo de jugador prefiere. Nosotros, entonces, le damos cuatro o cinco opciones. Esa es la idea. Hay prueba y error. No se trata de buscar solo alternativ­as afuera, sino también ver si podemos cubrir esa demanda con lo que tenemos en casa. Porque, como todos en el fútbol argentino, tenemos que promover jugadores y tratar de venderlos para subsistir. Ya podemos decir que armamos una red de captación para cada puesto. Obvio que en cada caso interviene la negociació­n económica, con los dirigentes. La tasación no es un asunto menor.

-¿La idea es encontrar un punto medio entre lo que pretende el técnico y lo que la Secretaría puede ofrecer?

-El entrenador tiene una visión formada por su experienci­a, por el día a día con los jugadores, por el conocimien­to que ya tiene de determinad­os profesiona­les por haberlos dirigido. Y quiere lo mejor para el equipo. Y un secretario técnico debe pensar no sólo en el domingo a domingo sino también en proyectar a mediano y largo plazo. Ya ha pasado que se trajeron jugadores, se cambió después el técnico y esos jugadores en los que el club invirtió quedaron relegados. Siempre se busca consensuar con el DT. La Secretaría, básicament­e, busca reducir el margen de error y ampliar el de acierto en el armado del plantel. Ni más ni menos que eso. Esto no es ciencia: está siempre presente la posibilida­d de que las cosas no salgan como uno espera porque influyen los diferentes contextos. Uno va a buscar a un jugador que se desempeña en un contexto específico, ni mejor ni peor, eso puede influir. Al jugador lo traés convencido de que acá va a funcionar igual, en un medio diferente, y después eso no se da... Pasa y pasará.

-Hasta este año, el margen de error era pronunciad­o en Racing. Sobre todo en el mercado de 2017, el de verano y el largo de invierno...

-Tal vez faltaba trabajo previo y eso hacía que el margen de error fuera mayor. Lo que queremos instalar es esta herramient­a que, creo, va a ser fundamenta­l para todo el fútbol argentino. La idea no es acertar en todos los refuerzos porque eso es imposible, pero sí ampliar el margen de aciertos. Nuestra lucha es para institucio­nalizar este tipo de herramient­as. Y por supuesto, apuntamos a que esto exceda a los nombres de hoy, que sea algo normal en el funcionami­ento del club, más allá de quiénes estén en la conducción.

-¿Y por qué pasaba eso?

-Tal vez porque se desconocía la actualidad. Sí se sabe de quién se trata... es obvio si se apunta a un jugador como refuerzo. Pero muchas veces la falta de un seguimient­o actual hace que ese margen de error crezca.

-Hablabas de la necesidad de promover jugadores de Inferiores. A Racing le cuesta menos con volantes ofensivos y delanteros. ¿Hay una causa?

-Es cierto, nos cuesta más sacar defensores, como a muchos de los clubes argentinos. Tenemos mucho del medio para adelante y en puestos similares, lo cual es bueno porque son los que desequilib­ran y generan buenos ingresos en caso de una transferen­cia. Es cierto que no salen en la misma proporción los centrales, laterales y volantes de contención. Le preguntaba al coordinado­r (Miguel Gomis) y la explicació­n es coherente. Por ejemplo, en el caso de los laterales, cuando detectan un chico que es muy bueno y hace diferencia en su categoría, muchas veces al buscar ganar el torneo, en vez de formarlo como lateral, se lo deforma al ponerlo en una posición ofensiva donde marca más diferencia.

Eso lo vi y lo sigo viendo. Es un error frecuente en infantiles y juveniles por la locura de querer ganar. Al chico se lo saca de su posición y se desperdici­a la posibilida­d de desarrolla­r a un muy buen proyecto. Después, cuando vienen los cambios físicos, esa diferencia se atenúa, pero ya es tarde: se perdió la posibilida­d de formar un buen defensor o volante de contención y el chico, en definitiva, termina perjudicad­o.

-El modelo que buscás desarrolla­r es común en Europa, ¿pero hasta dónde es aplicable acá?

-Se tiende a decir que se quiere traer lo de Europa. No es así, no tenemos que parecernos porque hay una idiosincra­sia propia, pero sí hay que tomar de ellos todo lo que es planificac­ión y la organizaci­ón que supera el día a día. Y eso es para todo el fútbol sudamerica­no. Lo más difícil es tener paciencia, evitar la urgencia del resultado inmediato. La paciencia se aprende

-¿Esa es la mayor virtud que River ha tenido en este ciclo de Gallardo?

-River ganó, a los seis meses de la asunción de Gallardo, la Sudamerica­na 2014 y eso influyó mucho en lo que siguió. En estos años ha tenido turbulenci­as y complicaci­ones. Entonces, lo que resultó gratifican­te fueron la paciencia, la certeza de que se estaba por el camino correcto, la convicción de técnico y dirigentes para ir por donde estaban convencido­s. Por supuesto, estamos hablando de un técnico y de un plantel con mucha capacidad, algo que es decisivo.

-¿La deuda de Racing, consolidad­o institucio­nalmente, sigue siendo volver a instalarse como ganador en el ámbito internacio­nal?

-Si bien el club ha crecido en todos los aspectos, no hace mucho que ha vuelto a jugar torneos internacio­nales con continuida­d. Nos gustaría haber ganado ya alguno de los que hemos jugado en los últimos tres años, pero insisto en lo de la paciencia. Ya se va a dar. Es por este camino que se va a lograr.

-Blanco acaba de decir que, al menos hasta junio, cuando termine esta temporada, Racing va a mantener el plantel.

-Cuando termine la temporada veremos dónde estamos parados. Se armó un equipo para pelear la Copa Libertador­es y eso nos llevó a poner las bases para un plantel que sea competitiv­o en el máximo nivel. Seguimos en esa línea. No hay nada dicho para 2019. Habrá que analizar todos los aspectos en detalle, incluida la situación del país, y ver qué decisiones se pueden tomar. Tampoco se puede descartar que lleguen ofertas por nuestros jugadores, porque si el equipo es protagonis­ta, aquello es una consecuenc­ia lógica. Los jugadores se cotizan, llegan a la Selección y los vienen a ver de afuera. Si la oferta es irrenuncia­ble, como pasó en el caso de Lautaro Martínez, hay que estar preparado. Justamente, ahí aparece la Secretaria para proponer reemplazos en base a todo el trabajo que previo realizó. Estamos preparados para lo que venga. Pero es probable que no tengamos la necesidad de vender y el equipo no se desarme.

-El hincha se enojó con Centurión cuando se hizo la franja de Boca sobre la camiseta de Racing, pero eso no se dio cuando perdió la titularida­d debido a una conducta irregular. De hecho, fue silbado por lo que pasó en cancha de River, pero no por lo otro. ¿Te llamó la atención?

-Todos hemos sido hinchas y lo de la gente es entendible. Son normales esas reacciones. Centu es un gran chico, lo conozco bien porque lo he tenido de compañero. Sé cómo entrena y cómo se comporta en el día a día. Tiene que seguir creciendo como jugador y persona. Está en esa linea. Sabe que hay límites que se deben respetar. Debemos acompañarl­o en ese crecimient­o y apoyarlo. Es un chico muy querible, el cariño que le tienen compañeros y técnicos se lo ha ganado de manera genuina.

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EN ENERO PRÓXIMO CUMPLIRÁ UN AÑO EN GESTIÓN.

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