VINO NEGRO
El Tomba sufrió, pero con dos penales que metió el Morro cortó una racha de cuatro sin ganar. San Martín se hunde.
No brilló. Sufrió hasta el final a pesar de haber jugado todo el segundo tiempo con un hombre más. Cometió errores defensivos que ameritarán mucho trabajo en la semana. Pero qué va. Godoy Cruz se sacó de encima una mochila que cada día pesaba más. Y complicó aún más a un San Martín de Tucumán que no encuentra la forma de detener su naufragio en la tabla de los promedios. Los mendocinos ganaron por primera vez en lo que va del ciclo del Negro Gómez y cortaron una racha adversa de cuatro partidos sin triunfos, con un empate y tres caídas consecutivas. También volvieron a gritar un gol luego de tres encuentros.
El Tomba supo aprovechar los regalos que le hizo la última línea del Ciruja, que suele abusar de un recurso que le viene generando profundos dolores de cabeza: el equipo intenta tirar el achique con pelota en movimiento, una maniobra muy arriesgada que requiere horas de trabajo. Los tucumanos tropezaron tres veces con la misma piedra en Mendoza, ya que producto de la insistencia para emplear esa estrategia defensiva terminaron cometiendo dos penales que luego convirtió el Morro García y se quedaron en inferioridad numérica por la expulsión de Lucas Acevedo. Y el gol que selló el partido también se originó porque San Martín se autoflageló defendiéndose en línea. Walter Coyette quedó en el ojo de la tormenta: sus dirigidos llevan cuatro partidos sin ganar (un empate y tres derrotas) y el fixture no le dará tregua: de acá al final de la Superliga tendrá que enfrentar a River, Boca y San Lorenzo, por lo que el margen de error se va acotando y la permanencia en Primera es una meta que se pone cada vez más difícil.
A Godoy Cruz le alcanzó con el temple de Hernán Bernardello, quien tuvo un buen debut, y con la perseverancia de García, que siempre se las ingenió para generar peligro, se hizo cargo de ejecutar dos penales con clase y se convirtió en el máximo anotador del conjunto mendocino en lo que va del torneo con siete gritos. Gómez deberá tomar nota de algunas deficiencias, ya que su equipo fue frágil incluso defendiéndose con una línea de cinco que estuvo compuesta por tres centrales. El Tomba se ilusiona con entrar a la Sudamericana. Pero ojo: que el Morro no tape el bosque.