JUGÓ PUNTOS
El Kun la volvió a romper: tres goles en el baile 6-0 del City al Chelsea. ¿Y la Selección?
Cómo tacharlo. Cómo mantener una postura si el tipo no para de hacer goles en la mejor liga del mundo. Kun Agüero nunca se alejó del todo de la Selección. No es el mismo caso que el de Gonzalo Higuaín, aunque para muchos resulte tedioso volver a verlo con la celeste y blanca después del fracaso de Rusia. Si bien es cierto que Sergio tiene varias deudas pendientes en la Selección, su ciclo no está terminado. Scaloni no le cerró las puertas, al igual que a Di María, y el delantero pasa el mejor momento post Mundial.
Guardiola lo volvió a recuperar para reeditar su mejor versión: dos tripletes en los últimos tres partidos y alcanzó a Alan Shearer como los únicos dos goleadores de Premier con 11 hat-tricks. Esta es la realidad de un Kun Agüero que, de cara a la Copa América, obliga a volver a tenerlo en la consideración. Hoy no es menos que Icardi, Lautaro y Gio Simeone. El primero es víctima de un Inter que no brilla y los dos jóvenes arrancan desde el banco.
El ex Independiente, en cambio, juega en un equipo de los top de verdad. Manchester City, que pelea mano a mano el campeonato con el Liverpool, alimenta al nuevo rubio. Lo asiste permanentemente, lo hace tener chances de gol, una tras otra. Ante el poderoso Chelsea, el Kun tuvo cinco claritas y tres veces la mandó a guardar. Fue un insospechado 6-0 que pudo haber terminado en ocho o nueve. Un baile descomunal entre dos equipos cargados de estrellas.
Antes de comenzar su faena, el delantero había fallado un gol insólito. Uno de esos que van directo a los compilados de fin de año. Solito en el segundo palo, con el arco vacío, la empujó a cualquier lado. Increíble. Ahí el partido era partido. Apenas iban 1-0 por el gol de Sterling. Pero al ratito nomás, el 10 tuvo su revancha. Se perfiló de afuera del área y la clavó en el ángulo más lejano de Kepa, que poco pudo hacer ante semejante disparo. Después, un zurdazo cruzado y un penal terminaron de redondear una noche tan redonda para el City como para Agüero. Pudieron haber sido cuatro con un cabezazo que se estrelló en el travesaño.
Enfrente, Gonzalo Higuaín hizo lo que pudo. Con un taco dejó solito a Barkley y Ederson le sacó un remate desde lejos que parecía gol. Más allá de estas dos jugadas, quedó pequeño ante la dimensión del Kun y de un City que no paran de ganar y hacer goles.