¿QUÉ LE PASÓ A BENEDETTO?

Sobran las experiencias para ya no reincidir en el intento: poco se gana cuando un club retiene a un jugador que se quiere ir. No va a jugar mal a propósito, pero no tendrá la mentalidad y la concentración en los objetivos que hoy es imprescindible en la alta competencia. Boca se encuentra por estas horas tratando de definir la salida de Darío Benedetto hacia un destino francés. Cuando el Melli Guillermo le hizo poner al club cinco palos verdes para sacar de la liga mexicana a un jugador cuyo paso anterior por nuestra liga había sido en Arsenal, unos cuantos se lo anotaron para cobrárselo. Pocos imaginaban que en breve tiempo el Pipa se convertiría en uno de los mejores delanteros del fútbol argentino, con un promedio de gol que podía hacer temblar la sacra memoria del Loco Palermo y una candidatura fundada a ser uno de los 23 en la lista para el Mundial de Rusia 2018. ¿Qué pudo haber pasado para

que ese crack que además cumplía su sueño de hincha fanático ya no quiera estar donde mejor se podía sentir?

A la seducción de Europa, difícil de resistir para todos, se sumaron dos feas decepciones: una zancadilla del destino lo hizo lesionarse en su mejor momento. Hacía goles de todos los colores, de cerca, de lejos, con el pie, con la cabeza, hasta de taco. Y en noviembre de 2017 se rompió los ligamentos. Perdió el tren de la Selección y cuando regresó, ya ni se lo mencionaba como la variante para jubilar a Higuaín y tal vez a Agüero. Icardi primero y Lautaro después quedaron por delante de él en la consideración. Y cuando volvió a ser temible, en el tramo final de la Copa, puso en ventaja dos veces a Boca en las finales con River, pero ya sabemos cómo terminó esa historia y cuánto afectó a los que jugaron esos partidos.

Acaso por eso sienta que cumplió un ciclo y que ya dio todo lo que podía dar.

POR QUÉ IRSE DEL QUE ERA SU LUGAR EN EL MUNDO.