TOMALES LA CHAPA
Los Pumas por 3ª vez estuvieron cerca pero los All Blacks zafaron. Final repetido ante un equipo al que no se le puede ganar. ¿Por qué?
Sebastián, cincuentón entrado en canas, salía de la cancha refunfuñando, rodeado por sus hijos, chochos tras la fiesta que habían vivido en Vélez. Ellos. Él no estaba contento. Masticaba bronca y recordaba que en Ferro, pero en el mismo ingoal, hace 34 años, Los Pumas también habían estado cerca de la hazaña: el scrum se metía en la meta neozelandesa y al Flaco Ure se le cayó la pelota; el árbitro decretó el final y fue un feliz/frustrante 21-21. Quedó en la historia como el único resultado positivo ante los kiwis. Pero...
En aquella época no era tan parejo, si bien fue la gran chance desde que en el 76 estos seleccionados se enfrentan (28-0-1 el récord). Después llegaron los 90 con los márgenes más amplios, incluido el 93-8 en Wellington, el peor score nacional.
En el 2001, con un Monumental que explotaba, ganaban Los Pumas, Felipe Contepomi dejó adentro un despeje, los All Blacks contraatacaron y Scott Robertson, el actual DT de Crusaders campeón del Super Rugby, dejó el 24-20 con gusto a daga en el corazón.
El nuevo puñal esta vez llegó en Vélez ante una hinchada (31.000 personas) que confía en estos Pumas que le juegan de igual a igual a los de negro y se ubican en el mismo escalón que Sudáfrica o Australia (¡quién lo hubiera imaginado hace pocos años!). Pero sigue sin alcanzar. De nuevo, última jugada, 16-20, Los Pumas tenían un line a cinco metros del ingoal rival. Probablemente, pese a la ventaja posicional y de posesión, los neozelandeses estaban más convencidos en defender con éxito su meta, que Los Pumas de vulnerarla; hay una cuestión mental también. Finalmente, sucedió lo primero. Lezana ganó el line, bajó la pelota, se armó el maul, los kiwis bancaron al punto de anular la formación, la bola no salió y el árbitro pitó el final.
La parte medio llena del vaso: la Selección volvió a estar cerca, fue el tercer mejor resultado ante el mejor equipo del mundo, que en el ST no hizo puntos. Se animó hasta a regalarle la pelota con patadas y después
SIMILAR AL 21-21 DEL 85 Y EL 20-24 DEL 2001. NO HAY CASO...
LIENERTBROWN Y BARRETT SE ESCAPAN DE SÁNCHEZ.
ir a competir por ella a puro tackle, muestra de confianza y convencimiento. La parte medio vacía: otra vez se estuvo a una pelota del triunfo, pero de nuevo Los Pumas chocaron con una pared ajena y propia. Tuvieron dos o tres chances de tries pero no las concretaron por falta de precisión, condición necesaria para imponerse ante un conjunto sólido como los All Blacks. Más allá de lo negativo del resultado, lo es el hecho de que la cabeza se acostumbre a que no se puede ganar este tipo de partidos ante este rival. Incluso con el handicap de no haber presentado medio equipo titular y no haber sumado puntos en el ST. “Alguna vez les vamos a ganar”, quería convencer a Sebastián uno de sus hijos, feliz y empachado del dulce tras una gran jornada de rugby. Al cincuentón, la amargura no se la sacaba ni eso.