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“EL SACRIFICIO LE GANA AL TALENTO”

Vive en Italia, pero juega en Suiza: sí, Facundo Pino, del Mendrisio FC, cruza la frontera todos los días hacía el país de la FIFA, donde se pone los cortos y sale a la cancha.

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Son 73 kilómetros y poco más de una hora los que separan a Italia de la nación en la que Gianni Infantino gobierna la mayor institució­n de fútbol del planeta. En ese lugar, Suiza, juega Facundo Pino, un ex volante de Sacachispa­s que milita en el fútbol suizo pero que por las noches duerme en el país vecino. Su historia tiene punto de partida en Adrogué, donde a los chispazos peleó por tener un lugar en el Brown de Vicó que por entonces merodeaba por la B Metro. Luego jugó una temporada en el equipo de Villa Soldati y rápidament­e saltó a Italia. En ese país ganó el concurso patrocinad­o por Nike Academy -The Chance- que lo llevó a Inglaterra a disputar la final internacio­nal. En la instancia decisiva no pudo quedar entre los ocho mejores y la ilusión lo dejó en la puerta de ser observado por Arsene Wenger, además de entrar de lleno en el ámbito profesiona­l. Hoy las vueltas que da la pelota lo tienen en el Mendrisio de la Quinta División de Suiza.

-Saltaste de Sacachispa­s a Europa. Deben ser realidades muy distintas, en todo sentido...

-Y son grandes. En Sacachispa­s jugué un campeonato y enseguida un representa­nte me llevó para Italia. Primero estuve en San Marino, y después salté para Suiza. Acá jugué en el Locarno que fue un equipo grande pero que se terminó fundiendo. Y ahora estoy en el Mendrisio. La diferencia claramente la vez cuando llegás. Los vestuarios, por más que es un club chico, tienen todo nuevo. La organizaci­ón del torneo es muy buena y está todo preparado de antemano. Las ligas del ascenso son regionales y cortas, hay sólo 12 equipos por grupo y eso hace que acá existan el doble de categorías que las que hay en Argentina. Es distinto.

-Ahora jugás en Suiza pero vivís en Italia.

-Sí, es así. Vivo en Cannobio que es un lugar turístico, como si te dijera Mar del Plata aunque con lagos y alpes y está muy pegado a Suiza. Todas las mañanas cuando voy a trabajar cruzo la frontera y en un toque paso de un país al otro. Después a la tarde voy a entrenar y a la noche vuelvo a casa.

-¿Sos el único argentino en el Mendrisio?

-Sí, soy el único. Acá hay suizos y algunos africanos. Dicen que podría llegar uno en este mercado. ¡Ojalá! Así no tomo mate solo -entre risas- y me puedo divertir en los viajes de visitante.

-Además de jugar al fútbol dijiste que laburás. ¿Qué otra cosa hacés allá?

-Laburo en un Camping muy cerca de Locarno. El fútbol en Suiza no es el deporte principal y con jugar sólo en el ascenso no alcanza.

-¿Qué te dejó haber participad­o del concurso The Chance y llegar a la final?

-Me sirvió mucho para conocer gente del mundo del fútbol. Además me quedó el contacto con algunos de los chicos que fueron parte de los ocho ganadores. A todos los sigo, y es más, uno de ellos jugó el Mundial de Rusia.

-¿Quién?

-Tom Rogic. Australian­o, ahora está en el Celtic.

- ¿Y qué pasa cuándo estás solo y mirás tu carrera? ¿Estás satisfecho?

-Mirá, justo va a hacer un año desde que llegué acá y, la verdad, cambié mi forma de pensar sobre este tema. Cuando arranqué a los 20 años para ganarme la titularida­d en Sacachispa­s, por dentro sentía que iba ascendiend­o como jugador. Me acuerdo que terminó el campeonato y tuve un sondeo para ir a jugar a Almirante Brown, que era una categoría más arriba y en ese momento por dentro uno piensa ‘ufff, mi sueño se está cumpliendo’. Después cuando vine a Italia llegué con toda la ilusión de instalarme y poder alcanzar la Primera, pero con el tiempo ese sueño se fue apagando. Me costó la adaptación y se me hizo todo cuesta arriba. Ahora puedo decir que tuve el privilegio de haber entrado a laburar a un país donde se esta muy bien. Donde trabajando se puede proyectar a futuro. Entonces, todo ese tipo de cosas me hizo repensar que por más que no pude realizar lo que soñé cuando arranqué con todo esto, hoy me encuentro jugando al fútbol en un lugar que es hermoso y que me da tranquilid­ad.

-Para el pibe que quiere llegar a primera, ¿cuánto hay de talento y cuánto de sacrificio?

-Y creo que hoy en día el sacrificio le gana al talento. Al menos hoy. En lo futbolísti­co veo que llegan a Primera más los que corren por el compañero que los que juegan lindo. Y en cuanto a la carrera en sí, también. Es apostar de chico por algo que no sabés si vas a llegar. A mí que me tocó irme a Europa, algo que al principio es jodido porque estás solo y no conocés a nadie. Por eso le debo mucho a mi novia que dejó todo en Argentina y se vino conmigo. Pero sí, el sacrificio en la carrera del futbolista es como todo. El que se queda en su casa jamás va conseguir nada.

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ESTÁ EN LA QUINTA DIVISIÓN SUIZA.
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