DUEÑO DEL ARIAS
Tras recibir amenazas en Chile por su actuación en la Copa América, el arquero demostró toda su jerarquía tapando dos penales. Si alguien dudaba de su nivel...
Gabriel Arias no estuvo pasándola nada bien en este último tiempo. Hace días, habló de las amenazas que recibió luego de su actuación en la Copa América de Brasil, defendiendo el arco de Chile: “Me dijeron que iban a matarme a mí y a mi familia. Fue un momento difícil porque está en el fútbol que uno se puede equivocar, pero no está bueno que te busquen por el lado de la familia. Mi nene tiene cuatro años. ¿Qué necesidad de entrar a una foto suya a decirle cosas feas? Uno es grande y sabe cómo son las reglas del juego, que te podés equivocar y te llueven críticas e insultos, pero esto no tiene nada que ver”.
Ayer, apenas pisó el campo de juego de la cancha de Lanús para realizar los movimientos precompetitivos, recibió todo el cariño con una ovación de los hinchas. “En Racing soy feliz”, repite siempre el arquero. Y, ahí, en ese lugar donde es feliz, volvió a su nivel, ese nivel que lo transformó en un pilar del campeón del fútbol argentino y en una fija para el Chacho. Si a alguno le quedaba una duda de cómo volvería Arias
tras todo lo que le tocó vivir después de la Copa América, el neuquino se encargó enseguida de despejar cualquier interrogante. Es que mientras la Acadé desperdició numerosas chances, Arias dijo presente en la única llegada de los correntinos, demostrando que es arquero de equipo grande. A siete del final, le tapó un tiro cruzado (y muy envenenado) a Martín Fabro, tiro que hubiera dejado a su equipo sin la chance de los penales siquiera. Y, luego, ya en la definición, se lució e hizo todo lo que estaba a su alcance para que Racing pasara: tanto que de seis penales que le patearon, tapó dos. Luego de que Aquino le atajara el tiro a Barbona, Arias le detuvo con un pie el remate a Fabro; y después de que errara Cvitanich, el arquero de la selección chilena volvió a aparecer arrojándose hacia su izquierda y tapándole el disparo a Vizcarra. Claro que al final vino lo que ya se sabe: el remate muy desviado de Marcelo Díaz y la definición del experimentado Fernando Alloco, que le rompió el arco a Arias. Más allá de esta eliminación, Chacho puede dormir tranquilo: el Arias está siempre bien cubierta.
LA GENTE LE MOSTRÓ AYER SU CARIÑO CON UNA OVACIÓN.