EL CAMBIO TODAVÍA NO SE HIZO

Las interminables idas y vueltas de la rosca político futbolística terminaron saliéndose con la suya: se cambia el reglamento a conveniencia de equipos apremiados con el promedio y habría un descenso menos. También un cambio a mediano plazo, porque finalmente dentro de unos años la Superliga se estabilizará con 20 equipos y no 22 como se había planificado. Es una decisión producto de la presión ejercida por los clubes más comprometidos, que movieron cielo y tierra para tratar de lograr mejores posibilidades de escaparle al descenso. Es un mal mensaje, hasta injusto:- da para pensar que con una buena rosca se pueden conseguir beneficios... Bueno, pensándolo bien, no difiere mucho la Superliga de aquella AFA acusada de oscura y de tomar decisiones en una oficina solitaria y en penumbras, con la muñeca. Gimnasia, Newell’s, Central, Patronato, Lanús y compañía tienen para mostrar a sus respectivos socios que tanto esfuer

zo valió la pena: uno menos descenderá. Tal vez los cuatro que descendieron este año estén pensando qué verdes fueron, por qué no se les ocurrió que podrían hacer el intento de cambiar el reglamento a mitad de camino, y los que zafen el año que viene pero queden en situación difícil ya estarán colocando esta decisión entre la jurisprudencia para intentar modificar según convenga. En el fondo, estos cambios lo que demuestran es que no cambia nada. Sigue siendo el fútbol una fauna en la que cada uno pelea ferozmente por su espacio y no emerge una figura o un ente que se sitúe por encima de todos y defienda el interés común, la credibilidad, la organización de los torneos, el respeto a las reglas y a la competencia, la aceptación de la derrota como parte del juego. Así estamos, tomando decisiones que cambian el marco de la competencia a días del inicio. Pero quédense tranquilos, que también podemos mostrar al mundo ejemplos de cambios durante la competencia.

¿QUIÉN DEFIENDE EL INTERÉS COMÚN EN EL FÚTBOL?