EL SHOW DEL VAR
En un partido repleto de polémicas, los pitos (los de arriba y los de abajo) volvieron a quedar en la mira. Acertaron en dos, pifiaron en una y en otra dejaron dudas. ¿Sirve?
Cuatro jugadas pudieron haber cambiado el rumbo del partido. En las cuatro tuvo participación el VAR. Y otra vez, como en la Copa América de Brasil, volvió a dejar muchas dudas en cuanto a su funcionamiento.
La primera polémica de la noche se dio al minuto del segundo tiempo. Marquinhos picó -al golpe de vista- en la misma línea que Montiel (el último de la defensa), quedó mano a mano con Armani y la acomodó con mucha clase contra el poste derecho del arquero. Enseguida el línea 1, Claudio Urrutia levantó la banderita y lo anuló. Y luego, desde la cabina del VAR, le cantaron el offside a Bascuñán, el árbitro principal. ¿Era? Ninguna de
las repeticiones de Fox logró despejar la duda. El brasileño pareciera partir con el cuerpo ligeramente inclinado hacia adelante y, por ende, unos centímetros por delante de Montiel.
Y hubo más. Mucho más. Porque el último cuarto de hora de juego tuvo polémicas para tirar para arriba. A los 33’, la primera. El protagonista, sí, otra vez Montiel. El defensor pifió una chilena en el área de Cruzeiro y cuando quiso tirar el centro desde el suelo, Dedé lo caminó por arriba. Sí, el mismo zaguero que en 2018 le había partido la mandíbula en dos a Esteban Andrada, anoche le dejó los tapones marcados al lateral derecho millonario ante los ojos de todo el estadio (incluidos la terna y los jueces del VAR, claro). Sin embargo, Bascuñán se tomó unos segundos para chequear con la cabina y dejó seguir. Hasta pudo haber sido roja.
Y más cerca del final se sucedieron otras dos jugadas para el reclamo. Un penal que no fue y otro que sí. Ahí hubo acierto de los pitos. A los 42’, Orejuela tropezó al borde del área chica, la pelota le rebotó en el pie izquierdo y se elevó. En su intento por mantener la vertical, el colombiano levantó el brazo izquierdo con tanta mala suerte que la bola le dio justo en el antebrazo. La jugada se revisó rápidamente y el juez dejó seguir.
Y la última del partido, ya en el descuento, no admitió discusión. Si bien Ferreira ejecutó el tiro de esquina cuatro segundos después de cumplirse los seis minutos de adición, el árbitro contempló el tiempo que hicieron los brasileños. Y aunque pocos en la cancha notaron el agarrón de Henrique contra Pratto, fue clarito. Lo cantaron desde arriba y River tuvo su chance en el descuento.
El VAR volvió a jugar su partido. Y hasta ahora, nunca termina invicto.