Olé

DURO COMO UNA PIEDRA

El Muñeco quiere dirigir la práctica de mañana y estar en el banco contra Unión. Hoy, 24 horas después de ser operado por cálculos, le darán el alta médica.

- MARTÍN BLOTTO mblotto@ole.com.ar

Bueno, vamos a ver cómo armamos la lista de concentrad­os”. Diego

Borinsky, en su libro Gallardo Monumental, cuenta que el Muñeco ni siquiera pudo abstraerse de su obsesión instantes después de despedir a su mamá Ana en el cementerio. Ese 25 de noviembre de 2014 faltaban apenas 48 horas para la semifinal de vuelta de la Copa Sudamerica­na que empezó a marcar la historia de su glorioso ciclo en el banco de River. Hoy, 7 de febrero del 2020, el entrenador contempla mucho menos perderse el partido del domingo frente a Unión en Santa Fe por culpa de los molestos cálculos renales que le arruinaron la semana y de los que fue operado con éxito ayer por la mañana.

Es más, quienes están a su lado se sorprendie­ron porque apenas salió del quirófano, aún bajo los efectos de la anestesia y en la cama de su habitación del sanatorio, empezó a planificar su presencia en la práctica de mañana por la tarde en el Monumental y a imaginarse al mando del equipo

en el estadio 15 de abril.

No hay piedra, ni dolor, que pueda destruir la mentalidad ganadora de Napoleón, su pasión por el trabajo, su manía por entregar hasta el cuerpo por su tropa de jugadores y su ambición de festejar por fin (y de una buena vez) un título de liga local. “Lo vi bien, con ganas de arrancar otra vez. ¿Si va a dirigir al equipo el domingo? Lo prioritari­o es la salud. Pero, si es por por él, segurament­e sí”, fue la sensación que transmitió el directivo Eduardo Barrionuev­o luego de pasar a saludar al Muñeco, como también lo hicieron Enzo Francescol­i, el gerente de fútbol Mariano Barnao, otros dirigentes y familiares como Geraldine La Rosa, la madre de sus cuatro hijos.

Como quedó demostrado con múltiples ejemplos a lo largo de los casi seis años de su era, la cabeza de Gallardo nunca se detiene. De hecho, él mismo admite que hasta le cuesta disfrutar de momentos personales sin pensar en el trabajo. Y como este mediodía recibirá al alta luego de pasar otra noche internado en observació­n y ya se siente en muy buenas condicione­s, está seguro de que mañana podrá reencontra­rse con el plantel después de tres días y medio de ausencia para meterse de lleno en un partido fundamenta­l para mantener la diferencia en la punta de la Superliga. Y, queda claro, quiere dirigir desde el banco.

La única posibilida­d que existe de que el Muñeco se quede en Buenos Aires el domingo (el plantel viaja ese mismo día a Santa Fe porque el partido es a las 21.45) es que los médicos le exijan quedarse. De todas maneras, ésta parece una chance poco factible porque se trató de una intervenci­ón sencilla y cuya recuperaci­ón sólo demanda reposo, un requisito que MG puede cumplir tranquilam­ente durante

Un adelanto de tapa

Olé publicó ayer que Gallardo no descartaba dirigir al equipo el domingo. Y se confirmó.

el vuelo, en el hotel y sentado en el banco. Además, es indudable que su presencia provocaría un gran impulso en un grupo que ya de por sí se siente motivado por la mentalidad ganadora, el compromiso, la responsabi­lidad y el profesiona­lismo que trasmite su líder. Por este ADN, Gallardo no se perdonaría ver un traspié del equipo sentado en un sillón de su casa. Siente que tiene que estar para cumplir el objetivo que él le fijó al plantel para este semestre: ganar la Superliga. Y sí, lógico, que Boca sea el escolta en la tabla y naturalmen­te el principal competidor por la corona, potencia la meta del Muñeco de estar al frente. “La unión hace la fuerza”, asegura un antiguo lema. En este caso hay que adaptarlo: Gallardo hace fuerza para estar con Unión. Difícil que no lo logre. Es duro como una piedra.

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SI NO APARECEN CONTRATIEM­POS, A LA CARGA.
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