BRASIL, DECIME QUÉ SE SIENTE
Renato Portaluppi se puso la 10 de Diego de la Selección para dirigir el partido de la Libertadores de Gremio, su equipo, ante Guaraní. “Siempre en mi memoria y en mi corazón”, sostuvo.
Un técnico brasileño salió a dirigir un partido de la Copa Libertadores con la camiseta de la Argentina? Sí, increíble. Un hecho inédito que sólo Diego Maradona pudo haber generado. Y que sólo Renato Portaluppi pudo haber llevado a cabo. Es que al entrenador de Gremio no le importó el qué dirán, se dejó llevar por su corazón y se calzó la 10 celeste y blanca en el encuentro de ida de los octavos de final ante Guaraní, en Asunción.
Antes del inicio del partido hubo minuto de silencio por el Diez. Y luego, durante los 90 minutos el tributo continuó en la imagen del técnico. Lo de Renato sorprendió. Por lo original, por lo jugado y por todo lo que significa ver a un referente del fútbol brasileño vestido con la más simbólica de las camisetas argentinas.
Nacido hace 58 años en Guaporé, un municipio brasileño de Río Grande do Sul, Renato llegó a la Primera de Gremio en 1982. Y al año siguiente levantó la Libertadores y la Intercontinental. Aquel joven delantero marcó los dos goles de Gremio ante el Hamburgo de Alemania
en la final en Japón.
Si Renato -Portaluppi o Gaúcho- ya era ídolo de Gremio como jugador, luego multiplicó su mística como entrenador. En su tercer ciclo en el club (arrancó en el 2016), ganó seis torneos locales, la Libertadores 2017 (en la final ante Lanús) y la Recopa Sudamericana 2018.
Poco después de haberse enterado del fallecimiento de Maradona, el técnico brasilero se mostró muy dolido. Desde Asunción, donde su equipo venció ayer 20 a Guaraní para dar un paso clave en su deseo de meterse en los cuartos de final, recordó cuando lo conoció en Italia en 1988, durante un partido a beneficio de Zico. “El fútbol y el mundo han perdido a un genio, una leyenda, un jugador extraordinario, un gran amigo”, dijo.
Como si fuera un argento más, Renato sostuvo que Diego “nunca morirá” y que quedará siempre en su mente “por todo lo que logró en el fútbol y por la amistad construida entre los dos”. Además lo calificó como una persona “de otro planeta” tanto “dentro” como “fuera” de la cancha. Y agregó: “Estuve muy orgulloso de ser tu amigo, de reírnos, de jugar, incluso de haber compartido algunas críticas. Siempre en mi memoria y en mi corazón”.