A MESSI LE VOLVIÓ LA SONRISA

EL BARSA DESVIÓ LO QUE ERA UN ADIÓS MUY AMARGO.

Aveces el fútbol te vuelve a dar una oportunidad. Vapuleado tantas veces en el último tiempo, Barcelona consiguió desviar la trayectoria de caída en picada. Su pobreza táctica, su falta de jugadores de jerarquía en plenitud, ponían a Messi en la necesidad de mandar el centro y cabecear… El equipo continúa adoleciendo de falta de virtudes que fueron el ADN de una era que lo marcó para siempre, pero que hay que entender que se acabó. ¿El Barsa podía ser mejor que el goleado por el PSG en Champions? Sí, totalmente. De ahí a ver para qué le alcanza, es otra historia. Por lo pronto, se aseguró que quien sea elegido nuevo presidente el próximo fin de semana, encontrará al mejor jugador de la historia del club con una sonrisa que hacía tiempo no se le veía con esa camiseta.

Leo Messi está a pocos meses de una de las decisiones más fuertes que puede tener que tomar. Salir de una ciudad que es su ciudad, en la que su familia disfruta la cotidianidad de haber criado siempre a sus hijos en ese contexto. Dejar su único club, en el que se convirtió en el mejor del mundo tantos años. O dar el paso a una competitividad que le permita continuar en la elite, en la pelea por la Champions, en una institución que lo rodee y contenga como supo hacer el Barcelona y ya no lo hace. Nunca hizo un esfuerzo para disimular su peor cara, menos lo va hacer cuando la alegría sincera lo invade. Porque hace tiempo que ni él ni el Barsa habían podido dar vuelta una situación adversa. A cada trompazo que recibía, parecía destinado a seguirlo otro peor. Messi es diferente y así como queda muy expuesto cuando no juega bien, su peso cuando lo hace bien o muy bien no siempre se ve reflejado en victorias ante un colectivo flojo. Pero cuando se alinean los planetas, queda claro que el 10 está listo para competir bien arriba. Y siempre, eso es una buena noticia para la Selección Argentina.