EL SERBIO QUE NUNCA SE RINDE
A LAS 18 VA CONTRA KECMANOVIC, POR LOS CUARTOS.
Laslo Djere, que eliminó a Delbonis del torneo, repasó con Olé su dura infancia: la muerte de sus padres, cómo fue vivir en tiempos de guerra y más. Una charla a corazón abierto.
Laslo Djere (60°) no es uno de esos jugadores que aparezcan en el mainstream de los fanáticos del tenis. Si bien llegó estar ubicado en el puesto 27 del ranking mundial y consiguió ganar dos títulos ATP -con festejo al cielo incluido, por sus padres fallecidos-, no terminó de dar el salto hacia la super elite. De hecho, desde la irregularidad en su juego se explican sus vaivenes a nivel resultados. Más allá de eso, apenas tiene 25 años y una carrera por seguir construyendo. Eso sí, 25 a puras vivencias. En pleno Argentina Open, el serbio se dispuso a una charla con Olé en la que contó detalles de su dura infancia.
-Naciste en 1995, en plena guerra de la ex Yugoslavia y otros conflictos. ¿Cómo fue crecer en ese contexto?
-Fue un poco complejo. A pesar de haber sido un niño y de no recordar mucho, fue algo muy duro para nuestro país y para toda la población. Pero salimos adelante, empujamos entre todos como nación y pudimos sobreponernos a las adversidades.
-Tus padres murieron en 2012 y 2018 (madre y padre, respectivamente, ambos de cáncer). Demasiados golpes duros para alguien tan joven...
-Probablemente el tenis me haya ayudado a sobreponerme a todo eso. Es mi profesión, soy bueno
en mi actividad y traté en enfocarme para intentar conseguir mis metas y poder cumplir mis sueños. Lo importante es estar bien con la gente que me rodea y que se sientan orgullosos de lo que soy. Y aunque no pienso en eso, espero que mis padres estén felices por mí.
-Tenés una hermana un año menor, ¿cumpliste también el rol de sostén de la familia?
-Nos apoyamos entre los dos. Es la mentalidad serbia: la familia es muy importante. Somos muy cercanos y es la forma de ser de las personas del país. Con mi hermana somos muy unidos, y cuando estoy en Serbia tratamos de pasar un buen rato juntos.
-Probablemente, Djokovic sea el mejor deportista serbio de la historia. ¿Cómo es tu relación con él?
-Tengo una muy buena onda con los jugadores serbios y nos apoyamos bastante entre nosotros. Cinco o seis estamos dentro del top 100, por lo que pasamos mucho tiempo juntos en los torneos, y Nole es muy importante. Particularmente con él me llevo muy bien. Lo que hizo en su carrera es increíble, sobrepasa sus límites cada día y no se sabe hasta dónde llegará.
-¿Y con los argentinos cómo te llevás?
-Mantengo una buena relación, aunque no puedo decir que seamos amigos. Ahora que estoy con un entrenador argentino quizás empiece a acercarme un poco más a ellos (risas).
-¿Por qué decidiste venir al torneo?
-Me gusta el polvo de ladrillo, es mi superficie preferida y la planificación de mi calendario se debió básicamente a eso. Ojo, también me gusta la ciudad y la gente. De hecho, el año pasado, sin la pandemia, tuve la chance de conocer un poco de Buenos Aires y me gustó bastante.