Olé

GRITO PELADO

Zárate va por la tercera y la vencida en Liniers, esta vez sin hinchas que le recuerden su mala salida del club: necesita un gol por Boca y por él...

- POR JOAQUÍN GINESTA SPINELLI jspinelli@ole.com.ar SIGUE

Dicen que del amor al odio sólo existe un paso y eso puede explicar a la perfección la relación entre Mauro Zárate y Vélez. Este domingo, MZ volverá una vez más al club que supo ser su casa antes de la ruptura, y con una misión especial: terminar con la sequía goleadora que tiene jugando como delantero centro y poder mantenerse en el puesto con Ramón Ábila cada día más cerca de reaparecer. Y darle a Boca una victoria frente al líder de su grupo, nada más y nada menos que en la previa del superclási­co ante River.

Zárate ya tuvo dos experienci­as en el estadio José Amalfitani con la camiseta xeneize, en las que no pudo convertir un gol. Pero esta vez será distinta porque, a diferencia de las anteriores, no habrá hinchas, esos que se encargaron de hacerle sentir el dolor que causó su partida de un día para el otro. “Como es sin gente está despreocup­ado”, le contaron a Olé desde el entorno del delantero.

La primera visita fue el 12 de mayo del 2019, la más recordada de todas por los insultos, chiflidos y las canciones cantadas en su contra durante los 90’. “Un minuto de silencio para Mauro que está muerto”, gritaron los fanáticos de Vélez mientras sonaba el himno nacional, algo que causó indignació­n en ese entonces.

Lo sucedido en la previa de ese encuentro no había sido menos, con quema de fotos y camisetas con el nombre Zárate en la espalda, y la quita de todas

las gigantogra­fías del delantero que había en el club. “Traidor, no le diste nada a Vélez”, le gritaban en la calle. Y esto rozó de cerca a la familia: amenazas a su esposa e hijos en el colegio y pelea con algunos de sus hermanos.

Y un día Mauro explotó: cuando se jugó la vuelta de la Copa de la Superliga en la Bombonera, el partido fue a los penales, se hizo cargo del tercero y no sólo lo gritó con furia cuando convirtió, sino que cuando eliminó a Vélez dijo a la TV “pasó el

equipo grande”, una frase que hizo que lo declararan persona no grata en el club y lo expulsaran como socio.

Los fortineros no se olvidaron de eso y el 10 de noviembre del 2019, cuando volvió por la Superliga 19/20, la historia se repitió: silbidos en cada toque, insultos y cánticos hacia él. Ese partido fue el mejorcito de los tres, con varias ocasiones para convertir, aunque se fue reemplazad­o a 20 minutos del final bajo una lluvia de agravios. En líneas generales, sin embargo, Zárate no logró tener un buen rendimient­o frente a su ex equipo, algo que sí o sí necesitará tener este domingo. Porque a la vuelta de la esquina está River y sería fundamenta­l convertir un gol para asegurarse un lugar en el 11 y agarrar confianza. Sobre todo porque Wanchope ya está a disposició­n de Miguel Russo y podría meterse en el equipo si sigue sin mojar. ¿Su último tanto? 09/1/21 frente a Argentinos Juniors, el único que convirtió en casi un año y medio.

El partido promete. Claro, Vélez va primero con puntaje ideal y Boca, por su parte, llega con dos empates y una victoria, e intentará levantar cabeza de cara al superclási­co. Y para Mauro será especial porque tendrá el reto de ganarse un lugar para dicho partido frente al club que supo ser su casa, que lo vio nacer, en donde fue un hijo pródigo, pero ahora no puede pasar cerca sin sentir la hostilidad de los hinchas. Y ya no hay vuelta atrás porque pasó mucha agua debajo del puente. Del amor al odio, esta vez, hubo un pase.

ÁBILA, QUE ESTÁ CERCA DE VOLVER, LE METE PRESIÓN A MAURITO.

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