Olé

“NADIE TIENE QUE DEMONIZAR EL FOLCLORE”

Richarliso­n a fondo: detrás del que se ve, hay un joven analítico y con una historia de vida fuerte. Desdramati­za los cruces picantes con los argentinos y define a Messi como un “extraterre­stre”. TIENE 24: FUE ORO EN LOS JUEGOS Y 32 PJ EN BRASIL.

- POR JUAN PABLO MÉNDEZ jmendez@ ole.com.ar

Por qué cargás a los argentinos en tus redes sociales? -Todo empezó porque dije, en una entrevista antes del partido final, que íbamos a salir al campo para ganar. ¿Y qué querían que dijera? Ni siquiera me gusta perder en los videojuego­s, ¿te imaginas una final de la Copa América contra Argentina, en el Maracaná? Cuando terminó el partido, los argentinos empezaron a publicar memes en mi Twitter, con mi foto llorando y refutando mi entrevista. Justo Paredes me provocó cuando anoté el hat-trick en el debut de los Juegos Olímpicos contra Alemania, preguntand­o “¿y en la final?”, y respondí. Cuando Argentina fue eliminada en el Olimpíadas, replicamos la foto con Douglas y De Paul publicó una foto burlándose de mí, luego borrada. La vida sigue. Es el gran clásico del fútbol, el mejor juego del mundo, en el que todo jugador sueña con estar. Esta rivalidad nunca morirá. Un poco de folclore no hace daño a nadie.

-También te cruzaste con De Paul en la Copa América. ¿Tenés algo que decir? -Nada. No lo conozco bien. Me respondió durante los Juegos Olímpicos, le pegué y el juego continúa. No tengo nada que decir de él, más que que es un buen jugador.

-Di María se quejó de vos: dijo que eras cargoso. ¿Qué le respondés?

-Di María fue uno de los primeros en echar más leña al fuego. Fue uno de los que me provocó cuando marqué los goles en la inauguraci­ón de los Juegos Olímpicos. Pero eso es lo que dije: todo es normal, me lo tomo con calma. No me siento ofendido ni enojado con nadie por las bromas en las redes sociales. Ni de él, De Paul, Paredes y mucho menos la afición argentina que juega conmigo. Cuando entramos al campo, nos matamos por nuestros colores. Yo por Brasil y ellos por Argentina. Y me pongo la camise camiseta de Brasil como si estuviera peleando por un plato de comida. Siempre será así. Sin embargo, somos adversario­s y no enemigos. Un día podemos defender los mismos colores en un club y quiero ser amigo de los muchachos, aprender de ellos, son grandes jugadores. Cuando jugamos contra Argentina, ustedes provocan desde allá y nosotros desde aquí. Nadie tiene por qué demonizar esto, estos juegos siempre serán parte del fútbol. Siempre que sean saludables y respetuoso­s, por supuesto. Pero espero sinceramen­te que a partir de ahora tengamos muchos más motivos para sonreír que ustedes después de los clásicos.

Quien se expresa con Olé es Richarliso­n, el brasileño que se fue haciendo conocido por ser un delantero potente y goleador y, en la Argentina, por sus crecientes cruces en redes con hinchas y hasta jugadores. Se potenció después de perder la final de Copa América. Y el delantero del Everton, que no fue convocado a la próxima serie de Eliminator­ias (en octubre) por un problema en una rodilla, se prendió en el ida y vuelta.

Detrás de ese teñido y extroverti­do, hay un tipo con una historia fuerte, de infancia compleja y con recuerdos intensos. Un joven de 24 años que pasó por muchas y que quiere hacer la amistad, más allá del gaste y el folclore. -Tenés una situación particular: llegaste a la Premier League dos años después de convertirt­e en profesiona­l. ¿Fue un avance tan rápido y fácil de asimilar? -La verdad, nunca tuve mucho tiempo para pensar en ello. Pero el cambio siempre es difícil. En dos años y medio dejé mi ciudad natal y llegué a Londres para jugar en el Watford. Al principio tuve muchas dificultad­es con el frío y la comida. Pero conté con la ayuda de Gomes (arquero), quien me dio mucho apoyo, y logré adaptarme muy rápido al clima y a las costumbres aquí en Inglaterra. Hoy me

siento como en casa.

-¿Qué te gusta más de jugar al fútbol? -Ser futbolista siempre ha sido mi objetivo. Entonces, el fútbol es todo para mí. Salgo a la cancha a luchar por mi sustento y el de mi familia. Por eso siempre doy mi vida cuando voy a jugar a la pelota. Me encanta la competició­n, la evolución que requiere el deporte y también estar al más alto nivel. Es algo que siempre he querido, y todos los días me siento como en un sueño hecho realidad. -¿Cuál fue el mejor ejemplo que te dieron tus padres?

-Vengo de una familia que ha pasado por muchas dificultad­es, al igual que las familias de la mayoría de los jugadores de nuestros países. Crecí en una zona de la ciudad (Nova Venecia) que era bastante complicada, por la violencia, las drogas y muchas otras cosas malas. Mis padres siempre me animaron a seguir el camino correcto, incluso si era el más difícil. Así que aprendí a apreciar cada pequeño logro que tenía en la vida. Tampoco dejé que las puertas que estaban cerradas me hicieran rendirme. Cuando fallé en las pruebas de equipos allá en Brasil, mi padre fue el primero en animarme y no permitirme que dejara de intentarlo. Hubo un episodio en el que me rechazaron de un club en un cumpleaños, nunca lo olvidaré. Fue el peor cumpleaños de la historia. Pero mi papá estaba allí para hacerme levantar la cabeza y seguir intentándo­lo.

-Dijiste que cuando eras niño vendías golosinas y helados. Si ves a un chico haciendo lo mismo, ¿te ves reflejado? -Esta es la realidad de muchos niños en mi ciudad y en Brasil. Muchos abandonan la escuela y tienen que trabajar para ayudar a mantener a sus familias. Siempre que veo a un niño que tiene que dejar la escuela, me rompe el corazón. Por supuesto, me veo reflejado en ellos y sé que pocos tendrán la misma suerte que yo al convertirm­e en futbolista profesiona­l, haberme distinguid­o y actuar y vivir en Europa. Muchos se entregarán a las drogas o tendrán malos trabajos el resto de sus vidas porque no tendrán la oportunida­d de convertirs­e en profesiona­les en nada. En fin, es un problema muy serio en Brasil, pero pocos parecen dispuestos a resolverlo de verdad.

-Hacés muchas campañas de asistencia social: ¿cuál es la mayor alegría que te provocó brindarte a eso?

-Creo que lo hago por inconformi­smo, porque veo la situación de las personas y quiero intentar cambiar algo. Sé que lo que hago es muy poco para lo que necesitan. No puedo cambiar la realidad de todos, pero si puedo cambiar la mentalidad de las personas que pueden ayudar y no ayudan, me sentiré victorioso. Quiero ser un ejemplo positivo. La mayor alegría que tengo es ver la sonrisa en los rostros de las personas y saber que he hecho algo bueno por alguien. Esto no tiene precio.

-¿Compartís alguna de las políticas de Bolsonaro?

-Mis causas no son partidista­s. Estoy más apegado a las ideas que a los nombres y las imágenes. Desafortun­adamente, en Brasil carecemos de políticos que realmente represente­n y se preocupen por nuestra gente. Si el funcionari­o del gobierno está realmente preocupado por darle una vida digna a la gente, poner comida en la mesa, brindar acceso a la educación, crear empleos, proteger el medio ambiente y mejorar la salud de mi país, aplaudiré y lo apoyaré. Si no, seré el primero en criticar y señalar con el dedo. Y dudo mucho de que hoy en día un ciudadano brasileño pueda aplaudir, con todo lo que ha pasado allí. A medida que los precios, la inflación, el hambre y el desempleo se disparan, muchos políticos están preocupado­s por sus propias causas. Y son siempre los mismos, haciendo las mismas cosas. La gente debe ser consciente de que si no cambian para elegir desde sus representa­ntes locales hasta el presidente de la República, todo seguirá como está. El poder está en nuestras manos a la hora de votar y elegir quién nos representa­rá. La mayoría son soberanos, pero realmente necesitan tener este deseo de cambio y demandar firmemente a sus elegidos.

-Contaste un episodio difícil cuando, siendo niño, te apuntaron con un arma. ¿Qué impacto tuvo esta situación en tu

“QUIERO SER UN EJEMPLO POSITIVO. NACÍ EN UNA ZONA CON VIOLENCIA, DROGAS Y OTRAS COSAS MALAS”.

vida? ¿Te ayudó a ser más resistente ante la adversidad?

-Eso me mostró que no quería estar a ninguno de los lados de esa pistola. Ni del lado que está amenazado ni del lado que pudo haber matado a alguien. Y cada vez que alguien me pregunta si tengo miedo de algo, recuerdo este episodio. ¿Qué es lo más aterrador que puede pasar en la vida de alguien? Solo si el tipo aprieta el gatillo... Pero probableme­nte yo no estaría aquí para contar esa historia. Desde entonces, supe que quería una realidad diferente para mí y mi familia. Creo que me dio aún más fuerza para luchar por mis objetivos y tener una vida mejor. Gracias a Dios la tengo.

-¿Esperás seguir en el Everton o tenés la ilusión de ir a otro equipo europeo? -Siempre soy muy cuidadoso cuando hablo de eso. Tengo un gran cariño por la gente del Everton y por el club, que tan bien me recibió desde el primer día que llegué. No sé lo que deparará el futuro. Si un día tengo que irme, debe ser bueno para mí, pero también para el club. Pero si me quedo, seguiré dando mi vida por esta camiseta y por la afición, que siempre me ha apoyado y estuvo conmigo en todo momento. Tengo una enorme gratitud y me siento como en casa cuando estoy en Finch Farm (campo de entrenamie­nto) o Goodison Park (estadio).

-Dijiste que Neymar es mejor que Messi. ¿En qué lo ves superior?

-En realidad, no hice esa comparació­n: solo dije que creo que Neymar es el mejor jugador del mundo en este momento. Messi es un extraterre­stre, uno de los mejores jugadores de la historia. Bromeo, pero realmente no estoy de acuerdo con todas estas comparacio­nes de quién es o fue el mejor. Cada jugador pasa por fases: a veces todo sale bien y otras, no pasa nada bueno. Prefiero admirar y aprender de Neymar, Messi, Cristiano Ronaldo, de todos. Tenemos el privilegio de tener tres de los jugadores más fantástico­s de la historia del fútbol todavía activos y al más alto nivel. ¿Por qué no disfrutar, en lugar de compararlo­s?

-¿Con qué jugador argentino te gustaría jugar y por qué?

-Sin dudas, Messi. Soy un gran admirador suyo. Es un jugador completo y se ha con

“ME ENCANTARÍA LA EXPERIENCI­A DE JUGAR CON LIONEL MESSI Y APRENDER UN POCO DE ÉL”.

vertido en un referente por su calidad y mentalidad ganadora. Me encantaría tener la experienci­a de jugar y aprender un poco de él. -¿El Mundial de Qatar es tu gran objetivo en lo personal?

-Desde la Copa de Rusia, he estado en todas las convocator­ias. Obviamente necesito seguir evoluciona­ndo, jugando bien para el Everton y nunca sentirme realizado, porque la competenci­a es fuerte en mi posición. No puedo quedarme en ridículo. Estamos prácticame­nte a un año del Mundial y todavía pueden pasar muchas cosas. Espero que esté en un nivel aún más alto cuando llegue el momento. Es un sueño que quiero cumplir y, quién sabe, ayudar a que mi país vuelva a ganar la Copa del Mundo.

-Junto con Brasil, ¿cuáles son los mejores equipos del mundo?

-Hoy puedes hacer una larga lista de equipos que podrían ganar el Mundial. Creo que será el más equilibrad­o de los últimos tiempos en cuanto a nivel. Argentina siempre entra como una de las favoritas, pero también están Italia, Bélgica, Inglaterra, Francia, Alemania, España... Creo que estos son los principale­s competidor­es de nuestra selección en Qatar.

¿Qué debe hacer la FIFA con el partido suspendido entre Brasil y Argentina? ¿Que se juegue de nuevo o darle el triunfo a uno de los dos?

-Esa es una pregunta difícil, ya que todo fue muy confuso y yo no estaba allí. Así que no tengo idea de qué se decidirá. No hablo por todos, pero creo que a la mayoría de los jugadores les gustaría resolver esto en el campo.

-¿Te gustaría volver a jugar la final de la Copa América de este año?

-Si al final ganamos, sí. ¿A quién le gusta perder?

-¿Creés que Argentina fue un justo ganador de la Copa América?

-La justicia en el fútbol es con la pelota en la red, ¿verdad? Cualquier análisis que haga aquí sonará arrogante o parecerá que soy un mal perdedor, así que es mejor que me concentre en aprender de lo que salió mal y ganar en la próxima oportunida­d. Argentina merecía ser campeón.

-¿Crees que el próximo Argentina-brasil, por Eliminator­ias, será la revancha de la Copa América?

-No creo eso y eso ni siquiera debería ser el pensamient­o de nuestro equipo. No sería una jugada inteligent­e. Cuando lo tomas de esa manera, las cosas no siempre salen bien. Necesitamo­s absorber lo que nos motiva, entrar al campo y vencer a cualquiera que juegue, con inteligenc­ia y determinac­ión. No con espíritu de venganza. Esto es algo que debería dejarse en manos de los aficionado­s. No entramos en esa lógica.

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