FUTSAL, EL SUEÑO Y EL RESPETO

De todos los deportes, el más parecido al más popular del mundo es el fútbol sala. El famoso futsal, que hoy tiene su Mundial en Lituania y a la Argentina en cuartos de final, apuntando a una ilusión y a una confirmación: ser bicampeón y afirmarse realmente como el mejor del universo. Bien podría ser un deporte olímpico, pero la FIFA ya tiene al fútbol y entonces queda apartado.

Sin embargo, el deporte mueve y los principales competidores son fuertes: Brasil (ganador de cinco de las ocho ediciones jugadas) y España (logró dos).

La Argentina ya llegó a su punto de equilibrio, al que no podía faltar, al golear a Paraguay. Y ahora tiene un recorrido exigente, primero mañana, contra el rival de la final 2016: Rusia. Hay que ponerle fichas, más allá de la dificultad, y luego puede haber clásico con Brasil.

Así como pasa con Leonas, Leones, Gladiadores, los del vóley en los Juegos, es para seguir de cerca y valorar a un equipo que continúa una línea de trabajo; porque el DT Matías Lucuix era ayudante del DT saliente y campeón, Diego Giustozzi (se fue a España), y la vara está alta por el anterior Mundial. Y se mantiene la base de jugadores, con mayoría de “europeos” y si bien la esencia del equipo está por encima de figuras individuales, se destacan Constantino Vaporaki, Titi Borruto (máximo goleador de la historia de Argentina), Alan Brandi, Leandro Cuzzino, Nico Sarmiento (mejor arquero en el mundial 2016) y los referentes históricos Pablo Taborda y Maxi Rescia.

Como en varios deportes colectivos, Argentina es potencia y candidata al podio, aunque con un recorrido de alto riesgo. Con varios profesionales que viven del futsal y algunos que la reman día a día en el torneo local. Ya se ganaron un respeto y van por un bicampeonato que años atrás era impensado.

ARGENTINA BUSCA EL BI CON UN CAMINO DIFÍCIL.