Olé

Con una actuación top de Nero, los Cambiaso cumplieron su sueño de salir campeones juntos en La Dolfina (se llevó su 18° Abierto): vencieron 13-9 a La Natividad y tuvieron revancha de la final del año pasado.

- AYRTON AGUIRRE raguirre@ ole.com.ar

La cancha 1 del Abierto de Palermo estaba repleta. No faltaba nadie. Hasta estuvo la Sole Pastorutti entonando las estrofas del himno nacional, que llevó a la organizaci­ón a desplegar una bandera argentina gigante en la tribuna Dorrego. Y con una puesta en escena de película, sumada a un clima ideal para jugar al polo, nada podía salir mejor. Y quien más aprovechó las condicione­s, con un partido soñado en todos los sentidos, fue La Dolfina (39 de handicap), que venció 13-9 a La Natividad (39).

Pero el triunfo tiene un valor más importante que la corona. No solo se trató de una demostraci­ón de que los históricos de Cañuelas que tenían el mejor equipo de la temporada, los caballos más rápidos y la preparació­n táctica más efectiva. Es que el encuentro contó con un factor emotivo ineludible: la posibilida­d de que los Cambiaso, padre e hijo, pudieran consagrars­e juntos por primera vez en el torneo más importante del mundo. Y lo lograron.

Sin embargo, la carta ganadora no llevó ese apellido en La Dolfina, dado que el MVP de la tarde porteña fue Juan Martín Nero. El Emperador de Trenque Lauquen, en el año de su retorno, la rompió como back y anotó cinco goles. Además, se mostró siempre como opción para las corridas al espacio y, principalm­ente, para llegar siempre a tiempo en los relevos, faceta en la que también aportó su experienci­a el uruguayo Pelón Stirling.

Si bien Jeta Castagnola aportó seis tantos para los primos de los Cambiaso, La Natividad no pudo hacer pie en Palermo y, de ese modo, no consiguió defender con éxito el título logrado en la temporada pasada.

El gran déficit de La Natividad estuvo en campo contrario, porque en tres de los ocho chukkers se quedaron sin convertir.

“Es el más título más lindo de todos, fue el Palermo más difícil de toda mi vida. La final no la disfruté, pero logré ganar el Abierto con mi hijo, no le puedo pedir más al polo”, aseguró Cambiaso padre, quien se consagró en el último Abierto de la Triple Corona por 18ª ocasión. Su hijo, Poroto, se convirtió además en el campeón de Palermo más joven de la historia, ya que lo logró con apenas 17 años y seis días. Mejor regalo de cumpleaños, imposible.

La Dolfina recuperó la corona y fue con el broche de oro familiar. Un título que quedará para la historia.

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LA DOLFINA FESTEJÓ SU 15° TÍTULO EN PALERMO.
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