ESPAÑA Y UN FRACASO NO ASUMIDO
UN DT CEGADO POR SU PROPIA IDEA...
Si España es, hasta ahora al menos, la máxima decepción del Mundial, habrá que buscar los porqué. Seguramente serán un cúmulo de razones que excederán al primer fusible que suele ser el entrenador. Ahora mismo, la prensa deportiva y el fútbol español en general se debaten entre los que crucifican a Luis Enrique por la eliminación y los que lo entronizan pese al fracaso. En tal caso, el estilo de Luis Enrique, el énfasis con el que defiende sus ideas, su alto perfil, lo desafiante que es a la hora de declarar, termina siendo lo que domina el eje del debate, y no tanto las cuestiones más de fondo. Al menos lo que se ve del entrenador español es que fue presa de un fenómeno que suele repetirse en algunos head coach, que terminan siendo víctimas de sus propias ideas futbolísticas, en su afán desmedido de querer llevarlas al límite. En el amplio espectro de los gustos y preferencias, a esta historia la vivieron nombres del peso de César Menotti, Carlos Bilardo, y hasta Marcelo Bielsa también pasó (o pasa) por una situación parecida. Algunos síntomas: España no jugó bien, en tal caso fue de mayor a menor, ayer ante Marruecos tuvo cierto dominio del partido, pero a la propuesta le sobró valentía y le faltó eficacia. Esa es una palabrita que a veces se deja de lado en el afán de defender los principios. Pues bien, sin eficacia no hay resultado, ni belleza, ni propuesta. Y eso fue lo que mató a España. Sin embargo, Luis Enrique declara como si hubiera ganado, la historia de un fracaso no asumido. “Estoy más que satisfecho por lo que ha hecho mi equipo. Han representado a la perfección mi idea futbolística”, ahí está el problema de Luis Enrique, ninguna idea por más bien representada que esté maquilla un mal desempeño en un Mundial. En tal caso, es una entelequia que sólo le importa a él y a su ego. La eliminación de España quizá no fue causada por esto, pero quizá se empieza a explicar desde aquí...