COPADOS EN DOHA
Los hinchas, como en la previa a cada partido, se juntaron en el centro de Qatar para hacer el cuarto banderazo. Hoy, el Lusail tendrá a miles de argentinos alentando en las tribunas.
El banderazo argento ya es un clásico por las calles de Doha. Los hinchas despliegan su energía por la capital qatarí y sacan a relucir algo que distingue al argentino con respecto al resto: la pasión para apoyar a la Selección. En la previa del duelo de esta tarde ante Países Bajos, nuevamente se hicieron sentir en el centro de la capital.
El famoso dedo dorado, ícono del Souq Waqif, fue testigo de la cuarta movilización argentina en esta Copa del Mundo. Un lugar que tomó fuerza a partir de la previa del segundo partido del grupo C contra México. El primer banderazo fue en el Corniche y como el resultado ante Arabia Saudita fue negativo, se decidió seguir bancando a la Scaloneta, pero en otro sitio emblemático de Doha. Como desde entonces hubo tres triunfos en tres presentaciones, quedó.
En este popular punto turístico se dieron las previas ante México y Polonia con un apoyo increíble de más de 1.000 argentinos que dejaron de hacer turismo por el solo hecho de juntarse con otros compatriotas para cantar “muchachos, ahora nos volvimo’ a ilusionar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial”. El menos multitudinario fue en la previa ante Australia: se dio justo en el recambio de argentinos, ya que muchos se volvieron al terminar la primera rueda.
Ayer la juntada se volvió a repetir. La cita fue a las 19 nuevamente en Souq Waqif. Entre antigüedades, especias, joyas, telas, lámparas, narguiles y alfombras, los argentinos volvieron a armar su fiesta. Con bombos, banderas y turbantes, la movilización duró más de una hora y otra vez el hit fue “muchachos”, aunque también se escuchó fuerte el “que mañana cueste lo que cueste, que mañana tenemos que ganar”.
Todo eso ocurrió casi a la par de la llegada de varios vuelos con el resto de los argentos que rompieron el chanchito para llegar a último momento a Doha y, así, poder ver a la Selección en cuartos contra los Países Bajos. Y, ojalá, en dos partidos más.