SCALONI GANÓ EN EL PIZARRÓN

Que la emoción no tape el triunfo futbolístico de la Selección de Messi y Scaloni sobre la de Van Gaal. Que los penales no opaquen cómo la Scaloneta, con línea de cinco primero y con un equipo directo al final, no mereció ir a los penales. Que tanta fiesta nos deje mirar que el partido estaba liquidado y que con centros a los grandotes casi se termina el Mundial. Que el “muchachos” siga sonando, pero que el análisis de un partido increíble desde lo táctico se pueda llevar el final de fiesta.

Scaloni, que no ponía un 5-3-2 de entrada desde el día que Messi volvió a la Selección con Venezuela en el 2019, apostó fuerte. Buscó un partido en espejo, sabiendo que no tenía al 100 por ciento a De Paul y que el crack Di María estaba en el banco. Pensó un partido de aguante, con posesión y buscar el error de Países Bajos en la pérdida. Y cuando Messi juega encendido (y enojado) eso puede funcionar muy bien. El equipo controló las bandas -el fuerte del rival- y agredió por la derecha. Los volantes molestaron a De Jong y Leo estaba agazapado. Y el 10 inventó de la nada una asistencia mágica para que Molina de puntín, pusiera el 1-0.

Scaloni siguió con su plan. Que parecía perfecto cuando el equipo, con la misma táctica, se puso 2-0 arri

ARGENTINA FUE SUPERIOR EN LO TÁCTICO Y NO DEBIÓ EMPATAR.

ba. Fueron momentos de posesión, de un gran juego de los volantes -impresionante lo que corrió y lo que jugó Alexis Mac Allister, un gran acierto del DTde seguridad en los defensores -Nicolás Otamendi fue una fiera-, de hacer cambios. Yo todos pensaban en Croacia, pero enfrente había un DT que sabía cómo complicar la noche. Con grandotes, con centros. Y ahí Argentina no se mostró tan fuerte: padeció el 1-2, y después (más allá del árbitro), le faltó tenencia para evitar tanto bochazo. Con el 2-2 que parecía derrumbar los sueños de 45 millones, el equipo se mostró fuerte, otra vez. Aguantó el mazazo. Controló el primer tiempo del suplementario y borró a su rival en el segundo, creándole seis situaciones de gol. Primero con el 5-3-2, y después, ya con Di María en cancha -mostrando guapeza el entrenador, de querer ganarlo en el alargue y no esperar los penales- con un 4-3-3, ofensivo, con todo. Los penales -con el gran Dibu- hicieron la justicia que no tuvo el tiempo regular y el añadido. La Scaloneta sigue creciendo, sigue avanzando y soñando.