VAN GAAL HIZO ENOJAR AL OSO Y LO PAGÓ MUY CARO...

único que fastidió, sino otras referencias del entrenador hacia la Selección. Sobre todo cuando, al menos así lo sintió el plantel, dijo que Países Bajos era candidato si iban a los penales.

“Siento mucha alegría. No era para que fuéramos al alargue ni mucho menos a penales. Sufrimos demasiado por cómo se había dado todo, pero bueno. Eran cuartos de final de un Mundial. Pasamos, que lo más lindo y es algo impresionante”, dijo Leo en un impasse de sus cuitas pendientes. Porque enseguida se embaló con el árbitro y por quien lo designó: la FIFA. Pero primero la ligó Antonio Mateu Lahoz: “Tengo mucha bronca, no quiero hablar del árbitro porque después viste cómo es, te sancionan, no puedo ser sincero, no puedo decir lo que pienso, enseguida te sancionan. Pero creo que la gente vio lo que fue. Teníamos miedo antes del partido porque sabíamos lo que era. Creo que la FIFA tiene que hacer algo. No puede poner un árbitro así para esta instancia”. Y fue más específico para señalar qué le molestó del juez: “Por las chiquitas, las boluditas, la última jugada donde viene el gol. Muchos detalles que en la cancha te das cuenta que te va inclinando”.

Dentro de la cancha, ahí sí, que Leo hace rato que se hizo dueño de la 10 y de la cinta que alguna vez fueron de Diego. Ayer, otra demostración de su liderazgo, y de la sabiduría que se desprende de él. Decisivo, en la asistencia deliciosa para Molina y en el penal que quemaba, fue seleccionando sus momentos, ahorrando energías, pendiente de cada detalle, fajándose en cada jugada que lo requería, dejando la piel, corriendo como el que más. “Este equipo entiende los momentos del partido. Cuando tiene que jugar, lo hace y cuando tiene que defender, también. Argentina está entre las cuatro mejores del mundo porque demuestra que sabe jugar cada partido con las mismas ganas. Lo dije después de la derrota contra Arabia que este grupo iba a responder y no me equivoqué”, agregó.

No es casualidad que Messi y Maradona nacieran en el mismo suelo y Leo lo sabe. “Diego está ahí, nos está viendo y apoyando desde arriba”, resalta Leo Armando. Y el pueblo lo ama...

DOHA (ENVIADO).