SUSTO PASAJERO
“QUE LA GENTE CONFÍE, ESTE GRUPO ES UNA LOCURA”.
piece a liquidar la noche. “No sé si es mi mejor Mundial, pero hace un tiempo que estoy disfrutando muchísimo de esto, desde que llegamos. Lo que se vivió desde que nos tocó empezar perdiendo fue increíble. Sabemos lo que somos y lo que este grupo puede dar. Argentina vuelve a estar en una final de Copa del Mundo y hay que disfrutarlo. Vamos a dar el máximo en la final, adejar todo para intentar llevárnosla”.
Messi no confirma lo obvio: claro que es su mejor Mundial. Por lo que hace adentro de la cancha, desde ya. Como nunca, haciendo goles en octavos (Australia), en cuartos (Países Bajos) y en semifinales (el gol de penal que lo llevó a romper la marca de Gabriel Batistuta y transformarse en el máximo anotador de la Selección en Mundiales), también apareciendo en momentos clave, como en el ter
El 10 sufrió una molestia en el isquiotibial izquierdo y sonaron las alarmas. Pero al final no fue nada. Zafamos
Una vez, dos, tres. Leo Messi se tocó el isquiotibial izquierdo a poco de comenzar el juego y sonaron todas las alarmas. Los peores pensamientos se dispararon en esos momentos de incertidumbre y partido peleado. ¿Molescer gol cuando sacó a pasear a Gvardiol, el defensor estrella del que todos hablan. Y sobre todo por lo que el 10 hace fuera de la cancha. Maradoneando, llevando la cinta como la llevaba Diego. Dispuesto a saltar por sus compañeros, a pelearse con el más grandote de los rivales, a sacar la cara por los demás. Por eso ahora habla en plural. “Que la gente confíe. Este grupo es una locura. Vamos a jugar una final más del mundo y a disfrutar de todo esto. Me acuerdo de mi familia, como siempre digo, tia muscular, contractura o algo más grave? Para colmo, Leo se tomó unos minutos en los que casi ni corrió. Pero al parecer el dolor fue pasando. En ningún momento el 10 habló con Scaloni ni con el cuerpo médico. Antes del inicio del complemento se volvió a tocar la zona, pero poco a poco la molestia fue pasando. Al punto de terminar jugando los 90 minutos y con un desgasque es lo máximo para mí. Lo mas importante, quienes me acompañaron siempre. Hemos pasado duras, buenas, y ahora me toca vivir una espectacular, disfrutando con la gente de acá y de Argentina, que debe ser una locura”. Y razón no le falta. Leo se sienta en la conferencia de prensa posterior, todavía sin bañarse, con la camiseta puesta, o quizá sea la piel misma que tomó ese celeste y blanco único. Y se permite sonreir, y estirar la manta del elogio y hace nombres propios. “Julián hoy fue el mejor, fue impresionante lo que hizo. Se peleó con todos, se lo merece”, dice. Y también alaba a Scaloni y su gente: “Es un cuerpo técnico impresionante, que no deja nada librado al azar. Hoy, una vez más, prepararon el partido de la mejor manera, nos dijeron que íbamos a tener que tener paciencia, que las chances iban a llegar te físico enorme, con jugadas eléctricas, piques y gambetas incluídas.
¿Qué sucedió? No hubo parte médico, ni referencia alguna sobre la dificultad que sufrió. Es más, cerca del plantel se afirmó que Leo está bien y que no hay lesión alguna. Sin embargo, la molestia estuvo. Una posibilidad es que haya sufrido un golpe, la típica paralítica, en un cruce que tuvo con Kovacic.
Ahora, Leo tendrá cinco días para reponerse, para tratarse de las secuelas que le quedaron, y ahí sí, a verlo otra vez en la cancha, en una final del mundo, para quedar en soledad como el jugador con más presencias en la historia de los Mundiales. Y ojalá que sea con un título más que corone una carrera inigualable. Porque el domingo nada le hará perder el partido de su vida.