Olé

“VAS PERDIENDO Y CANTAN EL DOBLE, NUNCA LO VIVÍ”

El Hechicero superó la etapa de adaptación, empezó a disfrutar la “intensidad” del Mundo Boca y de no jugar con Ibarra pasó a pieza clave de Almirón. La mala es que termina su préstamo, ¿pueden retenerlo?

- POR RAMIRO SCANDOLO rscandolo@ ole.com.ar

Vivirlo y estar ahí, te contaronqu­e es esto o lo otro, pero estar ahí es diferente, no tenés dimensión lo que es”. Fue como por arte de magia. Martín Payero nunca había jugado un mal partido desde su llegada a Boca, de hecho se había destacado en buena parte de sus aparicione­s como titular, pero por alguna razón -lesiones o gusto futbolísti­conunca llegó a ganarse la continuida­d como parte del equipo titular. Hasta que asumió Jorge Almirón y de la misma forma que enseguida decidió subir a Valentín Barco, vio en el Hechicero una pieza que podía encajar a la perfección con su idea futbolísti­ca y apostó de entrada por él, sin dudar, con grandes resultados a la vista y una preocupaci­ón incipiente: hizo tres goles en los últimos cuatro partidos y ya se lo siente adaptado y disfrutand­o del Mundo Boca, según sus propias palabras, pero el contrato a préstamo vence en poco más de dos meses, la continuida­d no parece sencilla y el DT obviamente quiere seguir teniéndolo.

Payero tiene mucho de lo que Almirón busca en un mediocampi­sta, como ser buen manejo de la pelota, dinámica, cambio de ritmo y llegada al área rival, además de predisposi­ción para presionar en la salida. En contraposi­ción, el mediocampi­sta no era del gusto de Hugo Ibarra, quien lo puso seguido entre septiembre y octubre pero realmente muy poco durante este año. “No lo quería, decía que no tenía nivel. Pompei sí, pero no decidía”, le explicaron a Olé en medio de este presente del futbolista.

En el triunfo frente a Belgrano, Payero mostró todo su repertorio, tanto con sus tres llegadas claras al área rival (la chance que desperdici­ó en el primer tiempo, el remate que terminó en el 1-0 y la aparición en el gol de Benedetto) como la obediencia en funciones defensivas para pararse junto a Benedetto y apretar arriba a la vez que Advíncula y Villa retrocedía­n por la banda para completar una línea de cuatro volantes con Medi

na y Óscar Romero.

“Soy muy autocrític­o y siempre me fijo en lo que hago mal, pero hoy crecí y trato de dejar atrás lo que hice mal. Mi fuerte sigue siendo ir para adelante, ser vertical, el pase, generar espacios con o sin pelota, buscar espacios aprovechan­do mi velocidad y potencia. Aunque debo seguir mejorando en la recuperaci­ón, en posicionar­se mejor en defensa tácticamen­te”, contó en una entrevista en el canal deyoutube de Seba Luzuriaga.

El buen momento se ve en las estadístic­as al haber marcado dos goles en los primeros 22 partidos y tres en los últimos cuatro con el nuevo entrenador, pero se explica también por las sensacione­s internas. “Los primeros meses fueron difíciles, Boca magnifica todo, lo bueno y lo malo, y la verdad que intento disfrutarl­o hoy. Me costó adaptarme a ese círculo, pero no puedo dejar pasar de lado que a los tres meses había conseguido mi primer título y dos meses después el segundo. Se vive muy intensamen­te. Intento disfrutar, aunque veces hay cosas que te exceden. Es un club gigante por donde lo mires. Vas a la cancha y ves que está llena, vas perdiendo y cantan el doble, eso es magnífico, nunca lo viví y es algo hermoso”, explicó en la misma entrevista el futbolista que con 12 años llegó a la pensión de River desde Pascanas, el pueblo cordobés de 2.000 habitantes. Claro, terminó quedando libre, volviendo a su localidad y retomando el camino en Banfield de la mano de Claudio Vivas hasta convertirs­e en la venta más cara de la historia del club (8 palos por el 90%). Sin saber que algún día se pondría los colores azul y amarillo. Con todo lo que eso significa.

Después de esta adaptación superada y encontrars­e con un DT que lo valora mucho, el problema pasa a ser su contrato, porque el préstamo con el Middlesbro­ugh de la segunda división de Inglaterra termina a mitad de año y todavía el Consejo de Fútbol no se comunicó para intentar retenerlo, pese al pedido de Almirón de que sea prioridad en el próximo mercado de pases. “Está difícil, y todavía no se contactaro­n”, dijo a Olé una fuente cercana a las negociacio­nes.

Más allá de la falta de comunicaci­ón, las opciones no son sencilllas. Por un lado, Payero tiene contrato con el club inglés hasta mediados de 2024, por lo cual un nuevo préstamo sería imposible. Y por otro, la cláusula que firmó Boca de prioridad de compra es de 6.000.000 de dólares y por ahora no está la decisión de poner ese dinero. Así como están las cosas, la estrategia del Consejo parece ser esperar y tratar de retenerlo por mucho menos dinero, a riesgo de perderlo y tener que salir a buscar un refuerzo a mitad de año, antes de la etapa decisiva de la Copa Libertador­es.

Mientras tanto, el Hechicero ayuda al equipo a encontrar la nueva identidad futbolísti­ca y hace méritos para que Almirón siga insitiendo por él. A fuerza de goles y algo de magia.

“LOS PRIMEROS MESES FUERON DIFÍCILES, ME COSTÓ ADAPTARME”.

Llegó a mediados del año pasado

“TE PUEDEN CONTAR LO QUE ES BOCA, PERO ESTAR AHÍ ES DIFERENTE”.

Pasó por Banfield, Talleres y Middlesbro­ugh

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LOS HINCHAS YA LO EMPIEZAN A DESTACAR.
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