CIMBRONAZO EN EL COLISEO
Carlos Alcaraz, quien volverá al N° 1 el próximo lunes y venía de dos títulos al hilo, perdió ante Fabian Marozsan, 135 de la ATP, en sets corridos. “Dije que haría algo especial y le gané al N° 1”, dijo -atónito- el húngaro.
El Foro Itálico esperaba vivir una batalla desigual. Por un lado, se encontraba el favorito del público, Carlos Alcaraz (2º), quien venía de un récord de 30 triunfos y solo dos derrotas en la temporada, mientras que del otro sitio de la red aparecía Fabian Marozsan (135º), un jugador casi ignoto para aquellos que no siguen el circuito en el día a día y que nunca había triunfado ante un rival dentro del top 100. Sin embargo, en la tierra del Coliseo, donde la historia presenció combates con todos los finales posibles, se impuso el supuestamente más débil, aquel en el que pocos confiaban. El húngaro dio la gran sorpresa de la tercera ronda del Masters 1000 de Roma, donde superó al español por 6-3 y 7-6 (4) en 1h40m.
Difícilmente alguien pueda despertar a Marozsan del sueño que está viviendo. Como decía Edgar Allan Poe en su cuento Eleonora, “aquellos que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que escapan a los que sueñan únicamente de noche”. Y el jugador procedente de la fase previa, que ya lleva cinco victorias en territorio romano, se creyó que podía dar la sorpresa. Que a pesar de las diferencias que hay entre ambos (el ranking y los títulos así lo indican), al final de la cuenta se trata de un partido al mejor de tres sets. Y, en ese sentido, salió confiado a buscar la épica. A confiar en su trabajo. Y a base de derechazos a las líneas que se convirtieron en winners, consiguió sacar de las casillas a un Alcaraz, cuya respuesta a los problemas nunca apareció.
El murciano arribó a la capital italiana con un importante desgaste físico: llegó con dos títulos seguidos en Barcelona y Madrid y con la confirmación de que volverá a ser el líder del ranking el lunes. El joven de 20 años estaba con el tanque en nivel reserva. Si bien tiraba con su calidad y garra para no dar ninguna por perdida, se encontró con un rival superior que no le dio opciones de volver al juego. De hecho, Carlitos ni siquiera pudo sostener la diferencia de 4-1 sacada en el tiebreak, dado que Marozsan hilvanó los últimos seis puntos para firmar la peor caída del español en más de dos años.
Para poner en contexto, Marozsan, antes de pasar la qualy de Roma, nunca había disputado un encuentro a nivel ATP (cuadro principal). Y, en la previa a este certamen, el fanático de la música pop no sabía lo que era vencer a un top 100.
Alcaraz sufrió un llamado de atención. Uno que lo hará reflexionar junto a todo su equipo de trabajo antes de Roland Garros, donde partirá como N° 1. Eso sí, sus futuros adversarios ya saben que se le podrán animar. Habrá que ver hasta dónde un campeón de 10 títulos como él podrá salir herido de esta sorprendente e histórica caída.