UN CAMINO DURO
y autocrítica. Queremos manifestarles que trabajaremos incansablemente para corregir los errores. Estamos convencidos de que si centramos los esfuerzos en una exhaustiva reorganización y en la profesionalización de la gestión, muy pronto Atenas recuperará el lugar que le corresponde en el básquet argentino”. Y repitió el concepto: “Estamos convencidos de que con profesionalismo y esfuerzo volveremos a brillar nuevamente en la Liga Nacional”.
O sea, apelando a una reorganización profesional, y seguramente a capitales que de alguna manera lleguen al club, se apuntará no solo al regreso a la elite, sino a los primeros planos que el club comenzó a abandonar con su último título en la Liga, allá por la 2008/09. Ese equipo lo dirigía Rubén Magnano (oro olímpico en el 2004) y jugaban, entre otros, Bruno Lábaque, Diego Osella y Leo Gutiérrez.
Mientras tanto, o hasta el momento que ese volver a ser suceda, el club se seguirá alimentando con los recuerdos de campeonatos, figuras como Marcelo Milanesio, Pichi Campaña, Osella, Fabrizio Oberto, Walter Herrmann y otros que vistieron la musculosa verde y la llevaron a lo más alto. Incluso a París para jugar en la misma cancha que un tal Michael Jordan.
Conseguir el ascenso en la Liga Argentina es muy complicado, tanto que hay un lugar para 34 clubes.
Desde el vamos, y aunque sea casi imposible por falta de dinero, Atenas no puede comprar una plaza para jugar la próxima Liga Nacional, porque automáticamente lo impide que haya descendido. Entonces, deberá actuar en la próxima Liga Argentina, el ex TNA.
El complicado y largo torneo está dividido en dos conferencias (Norte y Sur) de 17 equipos cada una, los cuales juegan todos contra todos ida y vuelta (32 jornadas). Después se arman los playoffs (como en la Liga Nacional, arranca con una Reclasificación, al mejor de tres juegos), con partidos de cuartos de final al mejor de cinco; luego semifinal y final, bajo el mismo régimen.
Una vez que sale el ganador de cada conferencia, éstos se unen en la definición del campeonato, por el título y el único pasaje disponible a la Liga Nacional.
O sea, que más allá de la mayor cantidad de km a reccorer, aumenta el número de partidos. Cómo mínimo para ser campeón hay que jugar 48, siempre que todas las series de playoffs se ganen en cero. En la Liga, 27.