DEMICHELIS PONE EN JUEGO EN PERÚ MUCHO MÁS QUE TRES PUNTOS.
Necesita, desde las 21 en el estadio Nacional, levantar cabeza y sacar chapa para evitar el sufrimiento, porque si bien un empate lo dejaría con vida para las dos jornadas finales en el Monumental, primero contra el Flu y por último contra The Strongest, pasaría a depender de resultados ajenos.
El ejemplo del riesgo al que se expone River es que hoy el equipo brasileño jugará con suplentes en La Paz. Si ganan los bolivianos, Demichelis tendrá que intentar controlar las emociones de los futbolistas para que no entren en la desesperación por ganar y que ese nerviosismo vuelva a desnudar las falencias que se vieron el domingo contra Platense, cuando San Lorenzo se había acercado a dos puntos de la cima de la LPF.
River debe pasar la mayor prueba del ciclo MD con solidez, equilibrio y control de juego. Esas virtudes que lo identificaron en los ocho triunfos al al hilo con la valla invicta en el torneo. También con la determinación con la que jugó el Súper. No puede dudar porque Sporting ya demostró en Núñez su capacidad para lastimar con espacios, y esta vez llega fortalecido por tres victorias consecutivas en la liga peruana, con el goleador brasileño Brenner en racha y con los jóvenes Castillo y Grimaldo entonados con la ilusión del pase a octavos que el SC no consigue desde hace 19 años.
El plan de Demichelis para esta final es apoyarse en el sistema táctico y en los futbolistas que alcanzaron la mejor versión de su ciclo, con la única excepción de Robert Rojas, reemplazante del suspendido Pirez. Lógico, no es momento para apuestas ni improvisaciones. Por eso, a pesar del buen presente de Borja, el entrenador de River se la jugaría por el esquema de cinco volantes y Beltrán como único punta, que tan buen resultado le dio. Puede hacerlo a partir del regreso de un De la Cruz que le brinda un plus de dinámica, aceleración y fluidez de juego.
Lo que suceda en Perú marcará la estabilidad de River en el arranque de la era Demichelis. El DT lo sabe; hoy se puede iluminar el camino o sufrir un golpe capaz de dejarlo cerca del nocaut. Hoy se juega una final en la fase de grupos de la Copa.