Olé

“ES EL TALENTO MÁS GRANDE, POR LEJOS, QUE VI EN MI VIDA” “QUEDÉ IMPACTADA POR LA VELOCIDAD DE CÁLCULO”.

Faustino Oro hizo historia al ganarle a Magnus Carlsen, el mejor de la historia. Y en Olé buceamos por su vida con la mirada de especialis­tas, entre ellos Jorge Rosito, su profe.

- AYRTON AGUIRRE raguirre@ ole.com.ar

“NO SOLO LE GANÓ A MAGNUS, SINO QUE LO DESTROZÓ”.

Puede una partida rápida de ajedrez online convertirs­e en una de las principale­s noticias del deporte internacio­nal? Parece difícil, pero hay un nene que rompe con todos los paradigmas. Faustino Oro (2330 puntos de ranking standard) derrotó a Magnus Carlsen, Nº 1 de la clasificac­ión (2830 -le saca 500 unidades-) y cinco veces campeón mundial (11 años en total hasta que optó por no querer defender la corona), en el Bullet Brawl de la plataforma Chess.com, y generó un cimbronazo que hizo ruido. De hecho, la noticia no tardó en viralizars­e, porque hay un detalle a tener en cuenta: el porteño tiene solo 10 años (el 14 de octubre cumplirá 11) y comenzó su vínculo con el juego-ciencia recién en las primeras semanas de la pandemia del Covid-19. Sí, en solo cuatro años pasó de apenas conocer la actividad a ser todo un prodigio. ¡Y eso que al principio no se enganchaba! En el día después de la gesta que shockeó al mundo, Olé se sumerge en la vida de este chico que, como dice la canción de la Scaloneta en Qatar, nos volvió a ilusionar.

Para arrancar la reconstruc­ción hay que bucear en el baúl de los recuerdos y activar la máquina del tiempo. Es necesario retroceder hasta el 30 de mayo de 2020, cuando su papá Alejandro decidió crearle una cuenta en Chess.com (donde hoy supera los 2900 puntos de rating) para evitar que su hijo siguiera pateando una pelota de fútbol dentro de su casa en el barrio de San Cristóbal. Claro, sufrían por las plantas y los muebles de su domicilio. Entonces, Fausti, como lo conocen sus amigos e íntimos del ambiente en el que brilla actualment­e, se fue enamorando poco a poco: empezó con un par de partidas, después con ejercicios tácticos y luego ya fueron torneos y torneos. El boom no paraba en un momento en el que el encierro obligaba a encontrar otros métodos de entretenim­iento. Y así se fue construyen­do un fenómeno incontrola­ble: eran triunfos ante rivales -a priori- claramente superiores y encima conseguía las victorias con jugadas magistrale­s. Combinacio­nes que a varios jugadores les hubiese tardado toda la vida verlas. Ahí, sus padres notaron que había algo diferente. Algo que no era normal, situación que los condujo a inscribirl­o en la escuelita de Torre Blanca y a buscarle un profesor.

Octubre de 2020. Segunda fecha clave en esta reconstruc­ción. Oro empezó a tomar clases individual­es -a través de Zoom- con Jorge Rosito, quien sigue siendo su entrenador principal hasta el día de la fecha de este informe. El Maestro Internacio­nal marplatens­e arrancó un vínculo que terminó superando los límites del tablero. Tanto es así que considera a Fausti, N° 1 en el ranking Sub 10 mundial (ya lo había sido entre los menores de ocho años), como “un hijo ajedrecíst­ico”. Y ante el llamado de Olé no dudó en aportar su mirada sobre el niño que sueña con marcar una historia en el ajedrez nacional. “Es el talento más grande, por lejos, que vi en mi vida”, aseguró, casi sin titubear. Y completó su idea: “Yo estoy acostumbra­do a trabajar con chicos que fueron campeones en Chile, en Para

guay, en México, Ecuador, y he entrenado a Grandes Maestros muy reconocido­s, pero Fausti es un caso único. Es un genio realmente”. La progresión de Oro fue sorprenden­te. Nunca le puso un freno y (casi) siempre la curva se movió en formato ascendente. Apareció por primera vez en el listado de la FIDE en octubre de 2021 y lo hizo con 1922 puntos de ELO. Y salvo una leve caída en la primera actualizac­ión, después voló y voló. Hasta tocó los 2377 unidades. Y aunque ahora tiene 47 puntos menos, recién en esta semana tendrá su primera experienci­a pensada en el Viejo Continente, adonde se mudó a finales de 2023 para tratar de cumplir el sueño de ser “el Gran Maestro más joven de la historia”, marca que le pertenece al estadounid­ense Abhimanyu Mishra (12 años, 4 meses y 25 días). Para poder instalarse en Barcelona, donde suele juntarse con varios de los jugadores más destacados de la actualidad a entrenar, Romina y Alejandro renunciaro­n a sus trabajos de contadores en el país (aún no pudieron conseguir uno en España y andan buscando un sponsor para poder seguir financiand­o la carrera de Fausti) e hicieron las valijas con el deseo de acompañar a su hijo en esta aventura.

Una de las personas que le abrió la puerta a la familia fue Tomás Sosa (2562 puntos de ELO y ubicado en el puesto 319 de los ajedrecist­as activos, según la FIDE), quien emigró a España también hace un tiempo. Miembro de la exitosa camada 98 (Alan Pichot es otro de los grandes exponentes) empezó a colaborar hace algunos días con Oro. Si bien el entrenador principal continúa siendo Rosito (tienen dos clases por semanas), el nacido en el Oeste del Gran Buenos Aires colaborará en la carrera del pibe. Y también charló con Olé para dar su visión del tema. “Fausti es una máquina. Lo veo muy bien, me parece que es un crack. Ya cuenta con un talento impresiona­nte, pero está trabajando un montón. Tiene un potencial que nunca vi en un jugador de su edad, mucho menos en un sudamerica­no. Le destaco la pasión y la magia que tiene con un nivel altísimo. A más profesiona­l te volvés, te olvidás de que es un juego y te lo pones a ver como una ciencia o a estudiarlo más. Pero él lo sigue viendo como un juego, que es fantástico. Es algo muy único”, comentó. Además, añadió: “En cuanto al juego, es muy bueno y puede llegar muy alto, pero todavía hay que esperar porque la competenci­a es muy dura”.

En ese sentido, Rosito amplió la descripció­n del chico que luce anteojos: “No se trata solo de talento, sino que es muy trabajador. Le dedica cinco o seis horas por día al ajedrez y no hay día en el que no piense en el deporte”. Eso sí, el marplatens­e fantesea con un gran porvenir: “Uno se ilusiona con que pueda ser campeón del mundo, tiene todo. Tiene a los padres que lo acompañan, tiene esas ganas de ganar, no tiene miedo a la hora de jugar, le encantan los desafíos... Soy su entrenador y no hay día en el que no piense en Fausti. Veo sus partidas para pensar cómo ayudarlo y trato de encontrar posiciones para trabajar con él. Después hay una vida por delante, y esa vida dirá”.

Contar con el apoyo de sus padres es un factor clave a nivel emocional, según le explicó la Maestra Internacio­nal Carolina Luján, una de las más destacadas jugadoras de la historia del ajedrez nacional, a este diario. “Son muchos los factores que interviene­n en la formación de un deportista y la familia tiene un rol muy importante. Necesitás de todo ese acompañami­ento para poder desarrolla­rte”, añadió.

Asimismo, dio su visión desde el lado deportivo: “La primera vez que lo vi fue con Florencia Fernández (Maestra Internacio­nal Femenina, 2091 ELO y jugadora olímpica) y ambas quedamos impactadas por la velocidad de cálculo que tenía”.

Faustino fue invitado a varios torneos de primer nivel (el Young Masters) y la FIDE lo convocó en diciembre pasado para participar de campeonato­s, como las Copas del Mundo de ajedrez rápido (15’+ 10’’) y blitz (3’+2’’). En ambos sumó varios puntos y hasta se dio el gusto de bajar a figuras centrales. Incluso, una de sus partidas había sido nominada a la “mejor del año”. Pero el gran golpe, ese que lo elevó a salir de la esfera del ajedrez, fue el del triunfo vs. Magnus en 48 movimiento­s que lo condujo a festejar moviendo los brazos cual muñeco Michelin que se encuentra en la puerta de una gomería.

“Es un torneo que se juega todos los sábados y dura dos horas, con partidas de 1’+0’’, y Fausti encima ¡hizo un stream! No solo está concentrad­o, sino que comenta sus partidas ( Nder: en su canal de Youtube Fausti Chess, con 3.700 suscriptor­es). Cuando le tocó Magnus y dijo ‘vamos por Magnus’, ahí te das cuenta de que tiene la fe y la confianza. Y llega el momento y no solo le gana, sino que lo destroza. En la posición final le quedan 22’’. Es una locura y lo hizo contra el mejor de la historia del ajedrez, con apenas 10 años”, finalizó Rosito.

“TIENE UN POTENCIAL QUE NUNCA VI EN UN JUGADOR DE SU EDAD”.

EMPEZÓ EN LA PANDEMIA Y EN 4 AÑOS TRIUNFÓ VS. CARLSEN.

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FAUSTINO ES, A LOS 10 AÑOS, UN JOVEN PRODIGIO.

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