Olé

SEGUÍAN HABLANDO”

Roberto Saporiti, ayudante de Menotti en el Mundial 78, revela detalles de la histórica reunión del Flaco con Bilardo, en su propia casa. ¿Con quiénes fueron? ¿Qué se dijeron?

- MATÍAS MANCUSO mmancuso@ agea.com.ar

Como Messi, Maradona o Kempes, Roberto Saporiti sabe lo que pesa la Copa del Mundo. La levantó en 1978, siendo la mano derecha de César Luis Menotti durante todo ese ambicioso proyecto que “marcó un antes y después en la Selección Argentina”. Sapo, que fue campeón con Argentinos en 1984, vio de cerca a Maradona dar sus primeros pasos con la albicelest­e, fue el sostén del Flaco y hasta hizo algo que tiempo después sería imposible: lo juntó nada menos que con Carlos Salvador Bilardo, en una ya famosa cena en su casa de Palermo, entre las calles Serrano y Thames. Todo eso recuerda Saporiti con Olé, a horas de la triste noticia del fallecimie­nto de su amigo César: “Sabíamos de la situación del Flaco, sabíamos que estaba internado y no pudo salir de esta situación. Lo lamento de corazón, le mando un abrazo al cielo. Estoy muy agradecido por la colaboraci­ón que tuve con él en el 78. Agradecido de por vida con él y con los jugadores por cómo me hicieron crecer como técnico”. -¿Cómo era trabajar con él? -En el día a día, era muy claro con sus ideas y la impronta que le quería dar a su equipo. Yo colaboraba con él en las grandes concentrac­iones. Por suerte, los jugadores captaron sus ideas y las llevaron al campo de juego. La verdad es que aprendí muchísimo y me formó como entrenador y persona. -Marcó un antes y un después al instalar por primera vez en la Selección un proyecto a largo plazo…

-Menotti tenía un proyecto de cuatro años, quería armar la Selección del Interior, era un adelantado... Después vinieron grandes técnicos, como el Narigón Bilardo y por eso hice la reunión en mi casa con ellos dos… -En ese momento estaba todo bien entre ellos...

-Sí, había un respeto mutuo y yo, que era amigo de los dos, les propuse aquella cena en mi casa. Menotti vino acompañado de su esposa, Graciela; y Carlos Bilardo vino con Gloria. Fue importante cómo debatieron sobre el fútbol argentino y el fútbol mundial. Yo escuchaba y hacía de moderador. Después de cenar, las mujeres se levantaron y se fueron a la cocina porque ya era la una y media de la madrugada y estos dos todavía seguían hablando y debatiendo. Y yo tuve el honor de escucharlo­s. Soy un agradecido al Flaco y al Narigón.

Aquella tremenda reunión fue una noche de viernes de octubre de 1976. Menotti ya era el DT de la Selección y Bilardo era el entrenador de Estudiante­s. Saporiti, ayudante del Flaco, era íntimo del Doc: de hecho, fue él quien le presentó a Gloria, su mujer, una noche que fueron a bailar a Club 74, frente a la cancha de River. Su amistad con Bilardo había nacido en 1963, cuando jugaron juntos en Deportivo Español.

-¿Qué debatieron aquella noche? ¿Cuestiones ideológica­s o tácticas?

-De fútbol. Del fútbol nacional y mundial. Cada uno con sus ideas. Fueron dos grandes campeones del mundo, de eso no me cabe ninguna duda.

-¿Qué fue lo que rompió la relación?

-No, no. Yo en eso no me voy a meter. Los dos entraron en el juego de algunos periodista­s y, bueno, vino todo lo de después… Pero yo no participé de eso.

-¿Pero aquella noche en tu casa ya se notaban diferencia­s?

-Cada uno expuso su idea, pero fue todo con mucho respeto. Yo tenía una amistad muy fuerte con los dos y siempre hablaban con mucho respeto.

-Por como Menotti organizó a la Selección, ¿podía preverse que en el 78 el equipo iba a llegar tan lejos?

-A ver, adivino no soy y no fui nunca. Sí puedo decir que, como marqué antes, era un adelantado y tenía grandes proyectos. Siempre le agradecí al Flaco por hacerme partícipe. Él me decía: “No me lo agradezcas más”. Pero se lo he agradecido toda la vida porque yo crecí mucho en la Selección como técnico y como persona.

-¿Cuál es el principal legado que le deja el Flaco Menotti al fútbol?

-Que Pep Guardiola antes de agarrar al Bayern Munich venga a reunirse con Menotti en la Argentina, te dice todo, ¿no? El Flaco deja un legado muy importante. Al fútbol en general, a la Selección...

En 1979, para el aniversari­o del primer campeonato del mundo, la AFA organizó un partido amistoso de nuestra Selección contra la del “Resto del Mundo”, que contó con varias figuras extranjera­s. Argentina formó con Fillol; Olguín, Galván, Passarella, Tarantini; Ardiles, Gallego, Maradona; Houseman, Luque y Valencia. Por su parte, el combinado de jugadores de “Resto del Mundo” formó con Leao; Kaltz, Krol, Bruno Pezzey, Cabrini; Tardelli, Asensi, Platini; Causio, Rossi y Boniek. El técnico era el italiano Enzo Bearzot. El partido se jugó en el Monumental y fue victoria 2-1 para Resto del Mundo. El único gol de Argentina fue de Diego Maradona.

Saporiti recuerda este amistoso y revela: “Antes de ese partido, el Flaco le dijo a Grondona que la recaudació­n fuera destinada para comprar tierras y armar un centro deportivo. Hoy, esas tierras son el Predio Lionel Messi de Ezeiza. Él tenía muy claro que la Selección necesitaba un predio. Invertía de su bolsillo para viajar a Europa y ver cómo trabajaban allí. Eso te lo define”.

“MENOTTI NO CREÓ EL FÚTBOL, SÍ FUE UN ANTES Y UN DESPUÉS”.

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“EL FLACO ERA UN ADELANTADO. TENÍA TODO CLARO”, DICE EL SAPO.
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CARLOS, CÉSAR Y SAPORITI (A LA DERECHA DEL FLACO).

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