Mientras espera poder volver al fútbol, el Papu Gómez juega -y muy en serio- al pádel. En pareja con el Tanque Denis, participa del circuito amateur italiano. Su día a día, su entrenamiento y más...
Después de ser campeón del mundo con la Selección en Qatar, Alejandro Gómez apenas jugó diez partidos y solo marcó un gol. Igual, le alcanzó para volver a dar una vuelta olímpica, cuando fue campeón de la Europa League con el Sevilla, aunque al mismo tiempo tuvo que enfrentar situaciones no tan felices como las versiones sobre una supuesta mala relación con algunos de sus compañeros de la Scaloneta y una sanción por doping que hoy lo tiene lejos de las canchas. Bah, de las de fútbol, porque el Papu cambió el césped por el cemento y encontró la felicidad en el pádel.
Luego de alcanzar la gloria máxima en el Mundial 2022, el Papu no volvió a la Selección. Lionel Scaloni lo citó para el amistoso ante Panamá en el Monumental, que sirvió como celebración en suelo argento de la tercera estrella, pero Sevilla no le permitió viajar ya que estaba en plena recuperación de la lesión en un ligamento del tobillo izquierdo. Pese a los tratamientos que intentó, finalmente el mediapunta debió ser operado en febrero de 2023. A mitad de ese año, cuando terminó su contrato, hizo las valijas y se mudó a Italia, para jugar en el Monza, donde disputó apenas dos encuentros porque en octubre fue sancionado por un caso de doping previo a la Copa del Mundo: “Tomé por error y de forma accidental, involuntaria y no intencionada una cucharada del jarabe para la tos de mi hijo pequeño. Nunca he tenido ni tendré la intención de recurrir a una práctica prohibida”, expresó en aquel momento, a modo de descargo, a través de un video en su Instagram.
Al día de hoy, Papu Gómez ya lleva siete meses fuera de las canchas y sus abogados intentan que la Justicia acceda, por lo menos, a bajarle la pena. Mientras espera una nueva resolución en estos meses, se sigue entrenando como si fuera a jugar el fin de semana, aunque de forma particular, ya que al estar sancionado no está autorizado a hacerlo junto al plantel.
Lo cierto es que su espíritu divertido tantas veces expuesto en las redes hasta por sus propios compañeros, tuvo que aprender a soportar días grises. En un pestañar pasó de la máxima felicidad que puede vivir un futbolista a estar corriendo solo, sin chances de entrar a una cancha y lejos de la Selección en la que quedó en la historia. Anhela poder volver a jugar al fútbol, claro, pero en el mientras tanto encontró la alegría en el pádel.