POR HISTORIA
El Bayer Leverkusen y su invicto de 51 partidos se prueban ante el Atalanta y sus ganas de un título en la gran final de la Europa League. Exequiel Palacios vs. Juan Musso y una definición de lujo.
Es un torneo que no despierta suspiros. Siempre a la sombra de la Champions, esta edición de la Europa League tuvo mucho de atractivo con grandes nombres y con una final que esta tarde promete y mucho. A las 16 (ESPN) el Atalanta se mide contra el sorprendente Bayer Leverkusen.
Dos equipos con un estilo futbolístico muy marcado y que buscarán hacer historia. Los alemanes vienen de eso: ganaron su primera Bundesliga y de forma invicta, algo sin precedentes en ese país. De hecho, los dirigidos por Xabi Alonso llevan 51 encuentros sin perder contando todas las competencias. Con un campeón del mundo como Exequiel Palacios buscarán una nueva conquista para estirar ese momento espectacular y tratar de cerrar todo con el broche de oro el sábado cuando disputen otra final, la de la Copa de Alemania vs. el Kaiserslautern de Segunda División.
“Cuando llegas a una final y estás a punto de jugarla, poco importa. Hay que pensar en ganar”, dijo el DT español, el cerebro de este equipo. “Hemos jugado bien la mayoría de los partidos, pero no nos hemos rendido en los que no hemos jugado bien. Eso dice mucho del compromiso de este equipo”, agregó Xabi Alonso, soñando con todo. El Leverkusen ganó este torneo cuando se llamaba Copa UEFA, en la campaña 1987/88. Mientras que su última final europea fue de Champions, en 2001/02 cayendo vs. el Real Madrid y la inolvidable volea de Zinedine Zidane.
Claro, del otro lado estará el conjunto de Bérgamo y la continuidad del ciclo de Gian Piero Gasperini que lleva desde el 2016, rearmando buenos equipos, con unos cuartos de final de Champions en 2020 y con tres finales de Copa Italia perdidas, la última de ellas hace una semanas ante la Juventus. Por eso, el Atalanta buscará esa conquista que se le viene negando y que merece. Será la primera vez que dispute una definición internacional y con el sueño de llevarse el trofeo.
“Representamos a toda Italia. Ellos son fuertes, habrá problemas, pero nosotros también. Estamos acostumbrados a partidos como éstos”, no se achicó Gasperini. Y es cierto porque para llegar a la final dejaron atrás al Sporting de Lisboa, nada menos que al Liverpool con un 3-0 en Anfield y al Olympique de Marsella. Ahora, con Juan Musso en el arco (José Palomino, a punto de irse, no irá ni al banco), buscarán sumar la estrella que acompañe a la Dea (equipo que ganó el único título - Copa Italia- en 1962-63), la diosa que luce en su escudo. Para hacer historia.