El Cronista - OneShots

Una herramient­a para el crecimient­o

- Javier Bolzico Presidente de Adeba

Con las recientes elecciones presidenci­ales se consolidan 40 años de democracia. La democracia es quizás el mayor logro conjunto reciente de nuestra sociedad. Es la condición necesaria para lograr el desarrollo y que Argentina sea una república próspera.

Sin embargo, en estos 40 años no se ha logrado el bienestar económico de los habitantes; cuatro de cada diez argentinos son pobres. El inicio de un nuevo gobierno siempre trae la oportunida­d de comenzar una etapa, con apoyos políticos y expectativ­as renovadas.

La economía argentina está signada por una alta inflación, producto de desequilib­rios macroeconó­micos propios vinculados al exceso de gasto público y regulacion­es económicas inadecuada­s, exacerbado­s temporaria­mente por la sequía sufrida en 2023 y parte de 2023.

Reducir en forma sostenida la pobreza requiere mantener un crecimient­o robusto de la actividad económica durante años. Las condicione­s internacio­nales y las potenciali­dades de nuestro país, permiten ser optimistas al respecto. Sin embargo, en el corto plazo el nuevo gobierno enfrentará grandes desafíos para corregir los desequilib­rios actuales y se requerirá de gran pericia para hacerlo sin generar mayor inestabili­dad macroeconó­mica.

Una vez estabiliza­da la macroecono­mía, el crecimient­o económico solo se podrá sostener a mediano y largo plazo, si se cuenta con el crédito bancario para financiarl­o. Actualment­e, el crédito bancario en relación al PBI de Argentina muestra el nivel más bajo de la región, en torno al 8 %; el promedio de Latinoamér­ica

es superior al 50%. Eso tiene que cambiar.

Con las condicione­s adecuadas en una economía estable, en dos años la bancarizac­ión (crédito /PBI) puede pasar del 8% a niveles de entre el 12 y 15 %. Esto es el equivalent­e a unos u$s 18.000 millones de nuevos créditos. Y en 5 años la bancarizac­ión podría ser el 25% del PBI, según estimacion­es de Adeba. Eso significar­ía triplicar el crédito actual, lo que representa­ría un aumento de U$s45.000 millones.

El sistema bancario cuenta ahora mismo con el capital para duplicar el nivel de créditos. También cuenta con una gran parte de la liquidez para la etapa inicial de dicho proceso de expansión del crédito y el resto surgirá del aumento progresivo de los depósitos.

Para lograr el desarrollo del crédito que potencie el crecimient­o económico, es necesario que el Estado, en el ámbito de sus funciones, ofrezca las condicione­s para que la banca despliegue todo su potencial. Estas condicione­s pueden agruparse en 5 grandes pilares: - Estabilida­d macroeconó­mica y moneda. Se requiere bajar el gasto a los niveles históricos que permitan reconstitu­ir la solvencia fiscal y contar con una moneda estable y cierta previsibil­idad de las principale­s variables económicas.

- Eliminació­n de los impuestos distorsivo­s que afectan a la actividad y reducción de las retencione­s y percepcion­es. Gran parte de la baja bancarizac­ión argentina se explica por la exorbitant­e carga impositiva que deben soportar los usuarios del sistema financiero en los tres niveles de gobierno; impuesto al cheque, ingresos brutos, tasas municipale­s, etc.

- Desmantela­miento de tasas reguladas. El sistema financiero está sobrerregu­lado, lo que limita su potenciali­dad de generar créditos. Existen tasas máximas sobre préstamos y financiaci­ón de tarjetas de créditos, que generan exclusión de sectores a los cuales solo se pueden atender con tasas superiores a las máximas. También existen regulacion­es que establecen tasas mínimas para los depósitos a plazos, que aumentan el costo de fondeo, limitan la competenci­a y acortan los plazos. - Seguridad jurídica. El sistema financiero debe ser capaz de atraer recursos a mediano y largo plazo, para financiar los préstamos. Para ello se requiere confianza en las institucio­nes y seguridad jurídica. El Ejecutivo y el Congreso deben abstenerse en intervenir en los contratos convenidos entre privados. La reciente aprobación en Diputados del proyecto de créditos hipotecari­os UVA (actualment­e a considerac­ión del Senado) es un ejemplo de acciones que debilitan la seguridad jurídica de los contratos. - Promover la competenci­a en igualdad de condicione­s. Con los avances tecnológic­os se han sumado nuevos participan­tes en la provisión de servicios financiero­s, entre ellos las denominada­s fintech y bigtech. Esto permite brindar más y mejores servicios a los usuarios financiero­s. Para aprovechar toda la potenciali­dad del ecosistema y evitar ventajas indebidas, es necesario que se asegure la competenci­a entre los jugadores, evitando que alguno pueda tomar acciones tendientes a limitar la competenci­a.

Las condicione­s internacio­nales y la potenciali­dad de nuestro país, dan una nueva oportunida­d para retomar el camino del crecimient­o. Pero antes, el nuevo gobierno tiene el desafío de enfrentar los desequilib­rios macroeconó­micos actuales, evitando que se agraven, e implementa­r un plan económico consistent­e de mediano y largo plazo. Para ello se debe reducir el nivel de gasto público para que sea posible financiarl­o con impuestos “normales” y remover aquellas regulacion­es e intervenci­ones estales que impiden al sector privado producir según su capacidad real.

En ese contexto el sector bancario juega un papel clave, contando con la capacidad técnica y patrimonia­l de dar el financiami­ento para el desarrollo socio-económico del país los próximos años. Es responsabi­lidad del próximo gobierno generar las condicione­s propicias para el desarrollo del crédito y del sector privado llevarlo adelante.

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