Una tarea titánica y urgente
El próximo gobierno tendrá que encarar reformas que permitan bajar la inflación y darles mayor previsibilidad a los negocios
Previsibilidad, unificación del tipo de cambio, menor presión tributaria, fin de las restricciones para importar, pero sobre todo controlar la inflación que este año, por primera vez desde 1990, llegará a las tres cifras. Esos son los reclamos que hicieron, en forma prácticamente unánime, los casi 400 CEO, gerentes generales y empresarios que respondieron a la convocatoria de El Cronista para esta edición especial de La visión de los líderes. Son las condiciones mínimas que necesitan para poder llevar a cabo sus negocios, hacer crecer sus empresas, lograr ganancias y generar empleo.
Desde que la inflación se instaló hace casi 80 años en la Argentina, solo pudo ser controlada en el decenio que duró la Ley de Convertibilidad, entre 1991 y 2001. Entre 1945 y 1975, la tasa promedio anual fue de dos dígitos. Después del Rodrigazo se mantuvo en tres cifras hasta los picos hiperinflacionarios de 1989 y 1990, de 3079% y 2314%, respectivamente. En 2002, tras la salida de la convertibilidad llegó al 40,9%, con una abrupta caída al 3,7% en 2003.
A partir de allí, el índice de precios comenzó a escalar y se instaló cómodamente en los dos dígitos anuales.
“Hace ya doce años que estamos en un cuadro de estancamiento estructural e inflación que se ha ido profundizando en los últimos años. Esto explica por qué la pobreza subió de 25% a 40% y todos los indicadores socioeconómicos siguen en franco deterioro”, dice en estas páginas el economista Esteban Domecq. La Argentina sigue sin poder resolver un problema que el mundo y prácticamente toda la región parecen haber dejado atrás. Basta mirar qué hicieron los países vecinos para encontrar un camino que lleve a una reducción del índice de precios al consumidor.
En el momento del cierre de esta edición todavía faltan cinco días para el balotaje que decidirá el próximo presidente. Ya sea el actual ministro de Economía, Sergio Massa, o el líder libertario Javier Milei, el Gobierno que asuma el 10 de diciembre tendrá que atacar la inflación como primera medida. A partir de allí, se podrá empezar a construir una economía que otorgue mayor previsibilidad. Se trata, sin embargo, de una condición necesaria, pero no suficiente, porque también el país debe aprender a respetar las reglas de juego y no cambiarlas sobre la marcha, una y otra vez. La seguridad jurídica fue otro de los pedidos que se repitieron entre las respuestas a las preguntas que contestaron los líderes para esta edición.
Hoy los empresarios ocupan una gran parte de su tiempo a apagar los focos de incendio que genera la coyuntura. Poco espacio les queda para planificar expansiones, incrementar las ventas y hacer crecer el negocio.
En la última década, según cifras de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa, cerraron más de 50.000 pymes, la mitad de ellas durante lo peor de la pandemia de Covid-19. Son miles de personas que pasaron a la informalidad y que el sistema no logra incluir.
Los desafíos que plantea la Argentina de hoy son innumerables y el tiempo para dar respuestas es cada vez menor. El próximo gobierno tendrá que actuar rápido y avanzar en la dirección correcta. Es una tarea titánica, no solo por el número de reformas que deberá encarar, sino por la urgencia que tiene para actuar. VL