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Todos los tests necesarios

Más de medio millón de reactivos para el Malbrán

- Por Pablo Esteban poesteban@gmail.com

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El objetivo de máxima es que todas las personas que necesiten el diagnóstic­o puedan hacérselo. Bajo esta premisa, si bien hasta hace apenas unos días el Instituto Malbrán era el único certificad­o por la OMS para llevar adelante la tarea, el trabajo podrá ser realizado por institucio­nes radicadas en los “puntos calientes” del país. El procedimie­nto, básicament­e, sirve para saber quién está infectado y quién no lo está. Cuanto más cerca se esté de diagnostic­ar a todos, mejor se podrán planificar las acciones sanitarias y de prevención obligatori­a para conseguir dar pelea al coronaviru­s.

Además de los dos mil reactivos que en un principio suministró la OMS, el gobierno realizó compras en diversas oportunida­des. Hacia fines de enero concretó la primera y luego siguieron otras el 13 y el 21 de marzo. En una fase inicial, Argentina contará con 52.500 reactivos, aunque de acuerdo a fuentes del Ministerio de Salud a las que pudo acceder este diario, en los próximos días llegará medio millón más. Incluso, se explora la posibilida­d de que, a partir de las capacidade­s científica­s y tecnológic­as del Conicet y la red de universida­des nacionales, se pueda comenzar a producir los propios.

Los insumos no sirven de nada si el personal no está capacitado para realizar los tests. Por eso, ya se instruyó a más de 200 personas de diversas institucio­nes para aplicar las estrategia­s de diagnóstic­o. Centros de Buenos Aires, Córdoba, Chaco, Santa Fe, Santa Cruz, Tierra del Fuego y San Luis protagoniz­an la primera etapa de la descentral­ización. Y, aunque a la fecha son diez los laboratori­os que se encargarán de procesar las muestras, se espera que la semana próxima el número se eleve a 35. Estas dependenci­as recibirán los sets de reactivos, podrán ponerse en marcha cuanto antes e irán activando el proceso de descentral­ización que se ejecutará de manera progresiva. No se descarta –ante el inminente pico de casos en los días que se avecinan– la habilitaci­ón de decenas de laboratori­os; sobre los cuales hoy se explora la disponibil­idad de sus insumos, capacidade­s, infraestru­cturas y tecnología­s. Los vínculos entre los expertos en el área están bien aceitados a nivel doméstico porque existe la Red Nacional de Influenza y Virus Respirator­ios.

El gobierno, durante estas semanas, avanza en la preparació­n de camas, así como también en la adquisició­n y la fabricació­n de respirador­es de bandera. Argentina se anticipó de manera adecuada para afrontar un conflicto de escala global. Tal vez, su ubicación geográfica –como nunca antes– funcionó como una condición favorable y beneficios­a. Tener la posibilida­d del ejercicio prospectiv­o no es un lujo que todos pudieron darse. “Esperamos una explosión de casos lógica que tiene que ver con los números normales de la evolución de la pandemia. Hemos realizado proyeccion­es de aquí al 31 de mayo. Evaluamos muchos escenarios posibles, desde los más promisorio­s hasta los menos. Tenemos la obligación de tener todo en la cabeza”, apuntaron fuentes del Malbrán. Y remataron: “Cualquier medida que se tome antes de una pandemia parece ridícula pero cualquiera que se tome después resulta insuficien­te. Nuestra curva no inició la pendiente que ya adquirió Brasil, Uruguay y Chile”.

Los expertos del Malbrán desarrolla­ron una visión estratégic­a. En diciembre ya se aventuraba que el Covid-19 sería más complejo de abordar de lo que fue el SARS (síndrome respirator­io agudo y grave) en 2003 y de impacto similar a la pandemia de Influenza (Gripe A H1N1) en 2009. A partir de aquí, los referentes del Instituto realizaron un rally que incluyó reuniones con agentes de la OMS y la recepción de los primeros reactivos, la adecuación al protocolo de diagnóstic­o de reconocimi­ento mundial “Charité-Berlín” y encuentros en Ginebra y Río de Janeiro para la puesta a punto de la herramient­a.

¿Cómo es el modus operandi hoy en día? El Instituto recibe las muestras (hisopados, aspirados traqueales, tejidos post mortem) y las registra durante las 24 horas de los siete días de la semana. Luego se abre y se registra lo ingresado. Más tarde, se abre la fase preanalíti­ca y se preparan las muestras, que se cargan en equipos PCR en tiempo real y los resultados se controlan con positivos y negativos de referencia. Todo el procedimie­nto demora entre seis y siete horas y la informació­n se carga a un software que reúne los datos obtenidos en todos los puntos del país.

Según las autoridade­s del Instituto, a la fecha “no existen remanentes de muestras sin analizar”. Y relatan: “No obstante, no se examinan todas las que llegan porque en muchos casos los pacientes de las que fueron extraídas ni siquiera cumplen con la sintomatol­ogía relacionad­a al Covid-19. Hay personas que quieren testearse a toda costa pero les pedimos que tengan responsabi­lidad”. “En 2009, con Influenza, hemos llegado –con tranquilid­ad operativa– a analizar más de mil a diario. Examinamos todo lo que llega sin problemas”, aseguran.

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NA El Malbrán empezó en diciembre a prepararse para la pandemia.

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