Otro predio de la Ciudad que pasa a manos privadas
El macrismo habilitó la construcción de un barrio de lujo en Costa Salguero La Legislatura porteña aprobó la rezonificación del lugar para que se pueda concretar su venta. La oposición criticó la nueva enajenación de un predio público.
formando esto en una a la ciudadanía.
El proyecto fue igualmente criticado por la legisladora del FIT Alejandrina Barry. “La pandemia sacó a la luz problemas que ya existían y los amplificó. El hacinamiento, la falta de vivienda, la falta de servicios básicos como la provisión de agua y el tema de los espacios verdes. Pero como si esto no existiera y no fuera un problema urgente a resolver, estamos discutimos convenios que son puro negocio”.
Barry sostuvo que la Legislatura, “conocida como la escribanía”, es “un kiosco que vende leyes y normativas a favor de empresarios inmobiliarios” y, en el caso de Costa Salguero, para “construir un Puerto Madero II con el único objetivo de la especulación inmobiliaria”. La legisladora remarcó además la política contradictoria de Cambiemos, al soster que mientras en el Congreso nacional “dicen que sólo se pueden discutir cuestiones relacionadas con la pandemia, aquí es puro negocio”.
La norma que otorga capacidad constructiva para permitir levantar en el Sector 5 un conglomerado de diez edificios con alturas que irán hasta los 29 metros, con calles internas, y un espacio público que culminará sobre la ribera, también fue rechazado por el legislador Sergio Abrevaya (GEN), quien sostuvo que darle normativa urbanística para construir propiedades en lugares exlcusivos, va en contra de todo lo que la Ciudad necesita, y lo que hace es empujar el valor de la tierra para que sea más inaccesible. Además, dijo que el plan “va a obstaculizar el acceso y la visión del río”, a diferencia de lo que sostiene el bloque oficialista.
Por su parte, el legislador del FIT Gabriel Solano cargó contra el concurso de ideas que el Gobierno utiliza para validar el proyecto, al sostener que fue “hecho violando la ley”. Y cruzó con dureza tanto al Gobierno porteño como a parte de la oposición que acompañó varios proyectos inmobiliarios. No obstante, su dardos principales fueron para el oficialismo,
“extorsión”