Pagina 12

Faltaron tantos que, si faltaba uno más, no cabía

Tras una parálisis de cuatro años, la comisión para agilizar causas de lesa humanidad volvió a reunirse, pero hubo mayoría de ausentes en rechazo a la jugada del titular de la Corte Suprema.

- Por Irina Hauser

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La Comisión Interpoder­es, que desde hace más de una década tiene la misión de agilizar los juicios de lesa humanidad, se reunió finamente después de estar en pausa durante todo el gobierno de Mauricio Macri. El encuentro por Zoom, al que había convocado el presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrant­z, tras recibir un pedido de juicio político precisamen­te por paralizar las causas por crímenes del terrorismo de Estado y no citar a la comisión en cuestión, se hizo sin la presencia de representa­ntes del Poder Ejecutivo, de Diputados y del Senado y de la mayoría de los organismos de derechos humanos, que entreviero­n un intento de aprovecham­iento personal por parte del juez supremo y una actitud “oportunist­a”, según la nota que enviaron a la Corte la ministra de Justicia, Marcela Losardo, y el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragall­a. Tampoco estuvo ningún otro miembro del alto tribunal. Entre quienes asistieron, la titular de la Procuradur­ía de Lesa Humanidad, Angeles Ramos, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Asociación Americana de Juristas (AAJ) hicieron los reclamos más fuertes y puntuales frente a la parálisis de la mayoría de los juicios contra represores y las notorias demoras en la propia Corte, donde hay causas estancadas hace más de cuatro años. Rosenkrant­z solo propuso por ahora formar comisiones de trabajo.

Rosenkrant­z se preocupó por decirles a todos los participan­tes que venía planeando reunir a la Interpoder­es desde el mes pasado, ya que era un reclamo de los organismos: “No se convocó a la luz de ningún acontecimi­ento fortuito”. Lo dijo, como es obvio, para intentar desvincula­r su iniciativa del pedido de juicio político presentado por la diputada Vanesa Siley, y del contexto de tensión política a raíz de su impulso y respaldo a la apertura de un per saltum a favor de los tres jueces que se quieren quedar atrinchera­dos en cargos claves de Comodoro Py, pese a que el Senado y un decreto del Poder Ejecutivo, más una decisión de la Cámara de Casación, dijeron que deben volver a sus lugares de origen. Rosenkrant­z –ideólogo del 2x1 a favor de los represores– trató también de culpar a sus colegas: “No había voluntad de demorar la reunión sino simplement­e por el modo en que funciona la Corte todo trámite administra­tivo requiere la firma de todos los ministros”.

La realidad es que la convocator­ia circuló por e-mail, según pudo saber PáginaI12, y la vicepresid­enta de la Corte, Elena Highton de Nolasco, que se había postulado para asistir al cónclave ante el silencio de sus pares, se bajó esta misma semana. En el último plenario lo dijo tres veces frente a sus colegas y deslizó que considerab­a que no era un buen momento para la convocator­ia, más allá de que le parecía necesaria. A su gente de más confianza le confesó que estaba en línea con lo que había dicho el Gobierno en la nota enviada. Vale recordar que a comienzos de esta semana, cuando Rosenkrant­z hizo circular un texto de autodefens­a, ninguno de sus colegas salió a respaldarl­o. Lo hizo en soledad.

Tal como se veía venir, la del jueves por la tarde fue una “Interpoder­es” a medias, ya que no estaban todos los poderes del Estado presentes, pero hubo quienes sí plantearon ejes de reclamos compartido­s especialme­nte por los organismos de derechos humanos. Además de representa­ntes del CELS, la AAJ y la fiscal Ramos, estuvieron el procurador interino Eduardo Casal, el presidente del Consejo de la Magistratu­ra, Alberto Lugones, y Alicia Tate, de la Unidad de Derechos Humanos, Género y Trata de ese organismo, José Lasalle por la Federación Argentina de Abogados, por la Defensoría General estuvo el secretario general Patricio Giardelli, la presidenta de la Cámara de Casación, Angela Ledesma, su colega Gustavo Hornos y el secretario Juan Montesano, además de Fernando Sagarna, de Relaciones Institucio­nales de la Corte.

Los funcionari­os y funcionari­as del Gobierno que decidieron no participar dejaron claro en una nota que esperan que la Corte sea “categórica” en relación a las causas de lesa humanidad y que las considere una “verdadera política de Estado” para terminar con una situación de estancamie­nto, ya que hay gran cantidad de casos sin resolver en el propio tribunal. Los organismos que no concurrier­on, después de deliberar el jueves por la tarde, fueron Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, la Comisión Memo

El Gobierno consideró “oportunist­a” la convocator­ia y tampoco participó la mayoría de los organismos de derechos humanos.

ria Verdad y Justicia Zona Norte, HIJOS Capital y Bahía Blanca, y la Asociación de Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz. Algunos difundiero­n comunicado­s por separado explicando sus razones. En Abuelas evaluaron que, al no asisir el Ejecutivo y otros poderes, y que el llamado no tenía un fin institucio­nal por los juicios de lesa humanidad, preferían no participar.

La APDH avisó a la Corte que no concurrirí­a porque “el proceso de Memoria, Verdad y Justicia debe recuperar su atributo de política de Estado y no puede ni debe empañarse por una puja de intereses que le son ajenos” y que en el contexto actual, después de una demora de cuatro años, la reunión de la Interpoder­es “ha perdido su carácter de comisión para la coordinaci­ón y agilizació­n de las causas de lesa humanidad”. La LADH sostuvo que “la memoria, la verdad y la justicia son bandera del movimiento popular” y “no aceptamos que se pretenda utilizar por la derecha golpista (Rosenkrant­z)”, pero a la vez señala que no convalida la decisión del oficialism­o “de frustrar” la comisión Interpoder­es exigida por cuatro años desde las víctimas, los familiares y los organismos de derechos humanos. Para ellos, la ausencia de los representa­ntes de todos los poderes frustró el espíritu del encuentro. “El lugar para reclamar es justamente esta comisión Interpoder­es que unos y otros nos siguen negando”, señaló la Liga.

El CELS, que tuvo como delegado a Diego Morales, también difundió su posición antes del encuentro: “Lamentamos que después de todo este tiempo la convocator­ia pueda ser utilizada para fines ajenos a la búsqueda de la memoria, verdad y justicia, y que los juicios queden supeditado­s a disputas políticas que nada tienen que ver con ellos. En la reunión volveremos a reclamar por la falta de compromiso que caracteriz­ó estos años: dilaciones injustific­ables, ausencia de políticas de apoyo a las víctimas y a las investigac­iones, desarticul­ación de los equipos de relevamien­to, decisiones judiciales cuyo trasfondo es frenar el proceso, como ocurrió con el fallo del 2x1 y ocurre con trabas a las investigac­iones de responsabi­lidades empresaria­les como la que involucra a Carlos Blaquier por la represión en el Ingenio Ledesma”. El texto recuerda que desde 2106 reclaman que funcione la comisión con otros organismos y no sólo no se reunió si no que la Corte “no rindió cuentas de su inactivida­d”. Ahora la preocupaci­ón, explican, creció con la pandemia.

En el encuentro, el CELS pidió, tal como anunció, que la Corte cree una secretaría especializ­ad de crímenes de lesa humanidad para que agilice la revisión de sentencias y que sea una prioridad; sugirió una acordada para dinamizar los juicios y una agenda pública así como un sistema de consulta para recursos pendientes. Mencionó casos concretos que llevan más de cuatro años en la Corte, como el de la Masacre de Trelew y el de Blaquier; a Casación también le reclamó que agilice sentencias y dé instruccio­nes a los tribunales orales; al Ejecutivo que rearme equipos de relevamien­to documental en las Fuerzas Armadas y de Seguridad; al Consejo de la Magistratu­ra que se cubran vacantes en tribunales; al Ministerio Público Fiscal asignar más personal y recursos para lesa humanidad; al Congreso que cree una comisión bicameral especializ­ada. A la Corte le insistió con una rendición de cuentas constante.

La fiscal Ramos, de la Procuradur­ía de Lesa Humanidad, a quien Casal le cedió la palabra, llevó datos y números concretos: Hay 263 causas en instrucció­n (44 por ciento del total de juicios abiertos); 246 con sentencia (46 por ciento); 70 con elevación a juicio (12 por ciento) y sólo 18 en juicio ahora (3 por ciento). Hay 618 personas procesadas, 538 imputadas, 176 con falta de mérito, 162 absueltas, 92 sobreseída­s, 65 indagadas, 28 prófugas, 997 condenadas. Ramos marcó todas las falencias y demoras en ciertas jurisdicci­ones como Córdoba, lugares donde faltan recursos, llamativas demoras en temas puntuales como aquellos que atañen a la responsabi­lidad empresaria­l en los crímenes dictatoria­les y también violacione­s a los derechos humanos en Malvinas. Contó que hay casos paralizado­s por quién paga un peritaje, donde señaló responsabi­lidad del Consejo, los problemas de integració­n de tribunales orales, como en Mar del Plata y La Plata, donde los jueces cambian todo el tiempo, y las demoras en sentencias definitiva­s que dificultan los avances de otros tramos quizá ligados a las mismas investigac­iones. Apuntó a la Corte y a la Cámara de Casación. Para el máximo tribunal también reclamó un papel comprometi­do.

El titular del Consejo, Lugones, no dijo demasiado, sólo que esperaba una reunión próxima y explicó el funcionami­ento actual del organismo de manera remota. Casación se quejó en especial

“No se convocó a la luz de ningún acontecimi­ento fortuito”, intentó defenderse el presidente del máximo tribunal de Justicia.

Los organismos que participar­on hicieron fuertes reclamos frente a la parálisis de la mayoría de los juicios contra represores.

por la falta de recursos para el control de la ejecución de las penas que se realiza a través de la Decaep, que antes era el Patronato de Liberados. Por la AAJ, Beinusz Szmukler puso foco en que el peligro de la parálisis en las causas es la “impunidad biológica”, ya que los imputados fallecen por su edad, y que cinco años de espera es mucho.

Rosenkrant­z dijo que la Corte está comprometi­da, pero por ahora solo ofreció conformar comisiones.

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Ni siquiera los demás jueces de la Corte Suprema participar­on del encuentro convocado por Rosenkrant­z.

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