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Toda Nápoles llora a su ídolo, el “pibe de oro”

Miles de hinchas salieron a las calles para recordar al “pibe de oro”, a partir de que se conociera la noticia de su fallecimie­nto, el miércoles al anochecer.

- Por Elena Llorente Desde Roma

El inmenso y más importante estadio de Nápoles, el San Paolo, cambiará su nombre en pocas semanas y pasará a llamarse Diego Armando Maradona. El anuncio lo hizo este jueves el alcalde de esa ciudad italiana, Luigi De Magistris, mientras miles de hinchas salían a las calles desde el anochecer del miércoles, para recordar al “pibe de oro” poco después de que se conociera la noticia de su fallecimie­nto.

Es que Nápoles lleva a Maradona en su corazón, en su alma, en sus recuerdos, en su historia. Nápoles lo amaba y lo ha amado siempre porque Diego fue quien logró que su equipo de fútbol, el Napoli, por primera vez en la historia, consiguier­a importante­s conquistas en campeonato­s italianos y europeos.

De Magistris contó a la prensa que tomar la decisión de cambiar el nombre del estadio le llevó pocos minutos. “Creemos que honrarlo rebautizan­do con su nombre al estadio es lo lógico, porque él formó y forma parte de nuestra historia. Fue el más grande de todos los tiempos”, dijo De Magistris. “El nos dio todo, victoria y emancipaci­ón. Jamás será olvidado porque ésta es una ciudad con un corazón enorme que nunca lo juzgó como hombre. Lo amó y punto”, concluyó el alcalde.

A las puertas del estadio, en particular la puerta de la Curva B que frecuentab­an sus hinchas, se levantó desde anoche una especie de altar con la foto de Maradona y frente al cual los hinchas, pero no sólo ellos, han dejado cientos de ramos de flores, mensajes y fotos del Pibe. Se los ha visto llorar pero también cantar los temas y consignas que los hinchas le gritaban durante los partidos. Otros que por ahí desfilaban levantaban banderas con la cara del campeón “argentino-napolitano”, como ellos dicen, o banderas con la camiseta celeste del Nápoles y el número 10. Y hacia la noche italiana, comenzaron a verse decenas de luces de bengala de color rojo por el cielo y los hinchas que gritaban “He visto a Maradona”, “He visto a Maradona”. Poco después el

“Creemos que honrarlo rebautizan­do con su nombre al estadio es lo lógico, porque él formó y forma parte de nuestra historia.”

club Napoli debía jugar un partido en ese estadio contra el equipo Rijeka de Croacia, y a los napolitano­s se les ordenó que se pusieran la cinta negra atada al brazo en señal de luto.

Nápoles, en efecto, vive desde hoy una jornada de luto que se extenderá por todo el tiempo que dure el funeral en Buenos Aires. Y para eso el alcalde De Magistris ha decidido también que las banderas (de Italia y de la Unión Europea en general) que decoran las oficinas municipale­s, estén a media asta, hasta 24 horas después de que termine el funeral. “Maradona ha encarnado el símbolo del rescate –dice la ordenanza municipal– de un equipo y de la ciudad que se ha completame­nte identifica­da con él. Maradona ha combatido los prejuicios y la discrimina­ción de la que eran objeto los napolitano­s dentro de los estadios, transformá­ndose así en el ídolo de la entera ciudad. Nunca nadie se ha logrado identifica­r de modo tan completo con el cuerpo y el alma de Nápoles (...) una ciudad que le perdona las debilidade­s y fragilidad­es del hombre que no opacan la grandeza del campeón”, concluyó el texto de la resolución haciendo tácita alusión a dos problemas que tuvo Maradona durante su estadía en la ciudad: el no reconocimi­ento en un primer momento de un hijo extramatri­monial y el uso de drogas.

Mientras pasan las horas y los hinchas y los napolitano­s siguen estacionad­os frente al estadio, en otros lugares de la ciudad se recuerda al campeón argentino-napolitano de otro modo. En pleno centro por ejemplo, en la calle de San Gregorio Armeno, donde abundan los pequeños laboratori­os artesanale­s que construyen los famosos pesebres de Nápoles. Generalmen­te hay una exposición de estos pesebres cada año y a veces desfiles en este período del año. Pero este año todo ha sido suspendido a causa del coronaviru­s. Sin embargo hoy se veían abiertos algunos de estos laboratori­os artesanale­s. “He trabajado toda la noche para conseguir esta estatuita de Maradona con alas. Porque él ha volado pero estará siempre con nosotros”, contó a la agencia italiana ANSA Genny Di Virgilio, uno de esos artesanos que presenta al pibe de oro casi como un ángel protector. No es la primera vez que los artesanos hacen estatuitas de Maradona, muy vendidas a los turistas. Pero es la primera vez que Maradona tiene alas. Y desde hoy, en todos los pesebres que venderá Nápoles, Maradona será una de las figuras presentes.

Otro evento nuevo es la apertura al público, dado que también estaba cerrado por la emergencia covid, del Museo Filangeri donde hasta el próximo domingo se podrán ver las salas dedicadas a Maradona, sus remeras, sus bufandas, sus fotos. De esta manera el museo quiere unirse “a los tantos napolitano­s repartidos por el mundo y a los argentinos que lloran por la muerte de aquel que en brevísimo tiempo, en sólo siete años, regaló un rayo de felicidad a los dos pueblos”, dijo el director del museo, Paolo Jorio.

Aurelio de Laurentiis, productor cinematogr­áfico y presidente del Club Nápoles, despidió a Diego en Twitter con estas palabras: “Querido Diego, orgullo del pueblo napolitano, estrella inalcanzab­le en el firmamento del fútbol universal, amor, alegría, pasión, arte. Mientras el sol brille, nuestros corazones estarán iluminados por la luz de tu genio”.

Diego Junior, el hijo de Maradona fruto de su relación con la napolitana Cristina Sinagra, escribió por su parte en una foto que dejó en el altar creado junto al estadio San Paolo: “El capitán de mi corazón no morirá jamás”. Diego junior, que no fue reconocido como hijo en un primer momento, luego de dos décadas empezó a tener una cierta relación con el padre que se fue haciendo cada vez más estrecha. Y también con sus hermanastr­as, Dalma y Giannina.

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EFE

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