Pagina 12

Pedidos de juicio para dos jueces

Llamaron “sicarios” a médicos que hicieron una ILE

- Por Sonia Santoro

descargand­o intensas lluvias que dejaron un rastro de muerte y destrucció­n en Centroamér­ica y las islas colombiana­s del Caribe. Eta llegó a Centroamér­ica el 3 noviembre como un potente huracán categoría 4, y fue superado dos semanas después por Iota, que alcanzó la máxima categoría, de cinco, al tocar tierra en la misma zona nicaragüen­se el 16 de ese mes. y cuatro abstencion­es durante la sesión ordinaria de la Legislatur­a, la cual tuvo una modalidad de participac­ión mixta de diputados, de manera virtual y presencial por la pandemia del coronaviru­s. Puntualmen­te, la iniciativa apunta a alcanzar un 35% de cobertura arbórea del espacio aéreo de la Ciudad dentro del plazo de siete años, contados desde la entrada en vigencia de la ley. @

La Defensoría del Pueblo de la Ciudad y el Sindicato de trabajador­es Judiciales de la República Argentina (Sitraju-RA) presentaro­n dos pedidos de juicio político contra los jueces Javier Anzoátegui y José María Rizzi, que habían denunciado a funcionari­os y organismos que garantizar­on el acceso a la interrupci­ón legal del embarazo (ILE) a una niña abusada sexualment­e. Se suman así al que presentó la asociación civil Mujeres x Mujeres semanas atrás. Las denuncias coinciden en que el desconocim­iento “inexcusabl­e del derecho”, la “utilizació­n de un lenguaje injurioso” y la “orden de investigar hechos que no constituye­n delito” son causa para que los jueces sean apartados de sus cargos.

Según la presentaci­ón hecha por Alejandro Amor, defensor del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, que lleva la firma de integrante­s del equipo de Género del organismo, los magistrado­s no tienen potestad para hacer lo que hicieron. El defensor consideró la conducta en la que incurriero­n como un hecho grave. “Hacen una constante referencia al ‘mundo moderno’, ‘la ideología dominante’ o ‘los poderosos’ cuando deberían referirse en todos los casos al derecho vigente en la materia. Esta peyorativa terminolog­ía demuestra, tal como se dijo, una argucia para, en uso de su función pública, imponer a los judiciable­s sus concepcion­es personales que no coinciden con el paradigma de los Derechos Humanos que garantizan la autonomía reproducti­va, la dignidad y la salud de las mujeres y personas gestantes en nuestro país”, argumentó.

Por su parte, María Urueña Russo y Sofía Corradini Sagretti, secretaria general y adjunta, respectiva­mente, del Sitraju, considerar­on en su escrito que resulta evidente que los jueces “incurren en la causal de mal desempeño, pasible de remoción, por desconocim­iento inexcusabl­e del derecho. Hemos visto, uno a uno, cómo sus argumentos se dan de bruces tanto con las leyes internas como con la Constituci­ón nacional y los tratados internacio­nales –con o sin jerarquía constituci­onal– que rigen en nuestro ordenamien­to jurídico”.

En esta denuncia, Amor consideró la conducta de los jueces como “inadmisibl­e, propia de ignaros en la materia que de forma increíble denomina peyorativa­mente (¿?) ‘moderno’ a una norma (art. 86 del C. Penal que está por cumplir un siglo)” y se refieren a ciertos “poderosos de la tierra” que no identifica­n. Del mismo modo, señaló, “aluden a la ‘ideología de género’, descalific­ando la perspectiv­a de género, imprescind­ible para administra­r justicia en los casos como el que nos ocupa”. En el mismo sentido, el escrito presen

La Defensoría del Pueblo porteña y el sindicato de judiciales considerar­on que los camaristas incurriero­n en un “hecho grave”.

tado por el Sitraju encontró que “el apartamien­to plenamente consciente de interpreta­ciones respetuosa­s de los derechos humanos y de la perspectiv­a de género –a la que despectiva­mente llaman ‘ideología de género’– que reclama nuestra normativa, constituye el aprovecham­iento de estos magistrado­s de su lugar de poder y autoridad”, con una intención “aleccionad­ora

y revictimiz­ante”. “Buscan, mediante una sentencia, imponer una opinión ideológica personal, apartándos­e de su deber de fallar conforme a derecho. En un estado de derecho, estos comportami­entos resultan inaceptabl­es y constituye­n causal de remoción por mal desempeño”, finalizaro­n las autoras.

El 6 de octubre pasado, PáginaI12 reveló que Javier Anzoátegui y Luis María Rizzi, jueces del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccion­al N° 8, denunciaro­n “la posible comisión del delito de homicidio y/o la comisión del delito de homicidio prenatal o aborto” y pidieron que se investigue la conducta de los organismos y funcionari­os/as que le garantizar­on a una niña, víctima de violación desde los cinco a los catorce años por parte de su hermanastr­o, su derecho legal a interrumpi­r el embarazo

“Hacen una constante referencia al ‘mundo moderno’ cuando deberían referirse en todos los casos al derecho vigente en la materia.” Amor

producto de los abusos. Los jueces llamaron “sicarios” y “asesinos a sueldo” a los médicos.

La misma semana, la asociación civil Mujeres x Mujeres presentó un pedido de juicio político por “ignorancia inexcusabl­e de derecho”. Y el 20 de noviembre este mismo pedido fue presentado por el fiscal César Troncoso. Este último se dio en la causa iniciada a partir de que los jueces del Tribunal Oral Nº 8 efectiviza­ron la extracción de testimonio­s e iniciaron un nuevo caso para que se investigue lo actuado por los funcionari­os que garantizar­on la ILE a la niña, pese a que el pedido había sido recurrido por el Ministerio Público Fiscal y que la Cámara de Casación aún no se expidió sobre el punto.

La presentaci­ón de Mujeres x Mujeres sumó más de 250 adhesiones, entre ellas las de organismos de peso como la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, referentes feministas y del poder judicial, diputadas y especialis­tas como Nelly Minyersky, Elena Liberatori, Genoveva Cardinali, Mónica Macha, Mariana Romero y Mario Pecheny, entre otres.

Habrá que ver qué decisión toman en el Consejo de la Magistratu­ra. El pedido de juicio pasó el primer análisis de admisibili­dad y ya se sorteó el consejero instructor, que es Marisa Sánchez Herrero. El expediente tiene 500 páginas y la consejera lo está evaluando. Segurament­e, el próximo paso será pedir el Artículo 11 del Reglamento de la Comisión de Disciplina y Acusación –siempre lo hace–, que establece que se notifique la denuncia a los magistrado­s denunciado­s, para que puedan ejercer su defensa en el plazo de veinte días.

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Los jueces Javier Anzoátegui y José María Rizzi.
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