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Un Kirchner rumbo a la cima del PJ bonaerense

El presidente del bloque de Diputados del FdT será consagrado por consenso

- Por Sebastián Cazón

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Está claro que el futuro cercano ofrece más dudas que certezas. Nadie puede aseverar con seguridad si en 2021 las internas partidaria­s se resolverán a través de las PASO, tampoco si habrá que quitarse el tapabocas para comer el vitel toné de la próxima navidad. Sin embargo, en el Frente de Todos hay algo de lo que pocos dudan: Máximo Kirchner será consagrado presidente del peronismo bonaerense y su liderazgo saldrá por consenso. ¿Será así? El proceso no es sencillo, voluntades no faltan. La fecha anotada en el calendario es marzo, en consonanci­a con la asunción de Alberto Fernández en el PJ nacional.

“La cuenta ya está saldada”, aseguran desde el espacio y enumeran la extensa lista de adhesiones pronunciad­as en las últimas semanas para que el jefe del bloque de Diputados del FDT quede a cargo de la conducción de la estructura que hoy encabeza el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez. De “sensibilid­ad social y capacidad”, habló el lomense Martín Insaurrald­e; de la importanci­a de construir “unidad”, el matancero Fernando Espinoza y el malvinense Leonardo Nardini. “Yo me planto”, respondió desafiante el vicepresid­ente del PJ bonaerense Fernando Gray, quien utilizó una iniciativa de forestació­n para enviar el único mensaje público de resistenci­a a la propuesta.

El dardo del intendente de Esteban Echeverría cayó muy mal en todo el espectro peronista. “Cruzó un límite. Le dio pasto a las fieras para que planteen que hay quilombo cuando todo estaba resuelto en armonía”, expresó uno de los armadores clave en la Provincia. Además, es una postura que carece de acompañami­ento. A bordo del mismo barco se ubicaban Menéndez y el intendente de Hurlingham, Juanchi Zabaleta. Sin embargo, ambos entendiero­n que la marea iba en dirección contraria y que luchar contra esa fuerza gravitacio­nal era una batalla perdida. Si bien es cierto que en un principio a más de uno la idea no le cerraba, el planteo tomó otra dimensión a partir de la palabra de Alberto Fernández. “El peronismo necesita abrirse, hacer un debate e incorporar nuevos elementos”, señaló el Presidente y agregó: “Máximo es un hombre preparado, un gran dirigente, con capacidad de diálogo. Tiene todas las virtudes para ocupar un cargo de esa naturaleza”. Tras el pronunciam­iento, el margen de la discusión se achicó notoriamen­te, para quedar finalmente sepultado el 30 de diciembre en un encuentro llevado a cabo en José C. Paz.

De la reunión encabezada por el jefe de Estado participar­on el gobernador Axel Kicillof, un nutrido grupo de intendente­s, incluidos

La intención oficial es que se convoque a una reunión del Consejo del partido y que, en ese marco, se disponga adelantar la elección de autoridade­s para el mes de marzo.

Menéndez y Zabaleta, y Máximo Kirchner. El mensaje de Alberto fue contundent­e. Había tomado la decisión de conducir el PJ nacional y considerab­a central que el kirchneris­mo, principal accionista del FdT, hiciera lo mismo con el sello del principal distrito del país. De esta forma, ató una suerte a la otra. “No hubo disidencia­s, todos asintieron con la cabeza”, detalló uno de los protagonis­tas del mitin.

La hoja de ruta expuesta aquel día, también presentó otras certezas. El Presidente no está dispuesto a poner en marcha la construcci­ón de una pata “albertista”. Ese intento, impulsado entre otros por Zabaleta, murió antes de nacer. Fue el propio mandatario quien se fastidió con la idea y lo desactivó rápidament­e. La explicació­n encuentra, por lo menos, dos aristas: primero, “no quiere ningún quilombo con Cristina”, explican; y segundo, porque tiene en claro que él no es Néstor y, fundamenta­lmente, que Cristina no es Duhalde. Todos coinciden en que un escenario beligerant­e a lo 2005 no tiene asidero y que, luego de que haya pasado mucha agua bajo el puente, las históricas tensiones entre los dirigentes del peronismo tradiciona­l y el núcleo duro kirchneris­ta se desvanecie­ron. “La pelea Cámpora versus Intendente­s es una disputa que atrasa 10 años. Eso ya no existe”, grafica un dirigente de primera línea.

Más allá de que el “modo confrontac­ión” esté desactivad­o, el lanzamient­o de la candidatur­a de Máximo generó ruido y enojo en algunos sectores. El faltazo colectivo al acto de La Plata que realizaron Menéndez, Gray, Juan José Mussi (Berazategu­i), Mario Ishi (José C. Paz) y Alberto Descalzo (Ituzaingó) fue una clara expresión de eso. “¿Por qué tendría que dar un paso al costado?”, repetía incesantem­ente uno de los intendente­s. Ahora, el tiempo fue acomodando las piezas. Desde el entorno de Máximo Kirchner indican que, en público o en privado,

“un 99% ya se expresó”, aunque el objetivo “es que salga consensuad­o en un 100%”.

¿Por qué ahora? ¿Por qué Máximo?

La propuesta no salió del Instituto Patria sino que surgió de Martín Insaurrald­e. Fue el intendente de Lomas de Zamora quien convocó a sumar voluntades para impulsar en el partido la figura de Kirchner. El desafío ahora es generar el mecanismo de elección. En principio, la intención es que no haya una situación de acefalía, de renuncias masivas, sino que se convoque a una reunión del Consejo del partido y que en ese marco se disponga adelantar la elección de autoridade­s que estaban previstas para el 17 de diciembre de 2021.

En 2017 se acordó esa fecha y que la presidenci­a del PJ provincial iba a ser rotativa. Así, la conducción de Gustavo Menéndez sería reemplazad­a por el jefe comunal de Esteban Echeverría, Fernando Gray. Cuatro años después, el escenario cambió. “La foto no es la misma que en aquel momento. Hoy a la centralida­d de la gestión hay que incorporar­le centralida­d en la política”, explican desde el peronismo. Además, precisan que La Cámpora “creció”, que entendió la necesidad de acordar y utilizar esa potente herramient­a que es el sello del PJ en el distrito más peronista del país y que los intendente­s comprendie­ron que ubicar a Máximo en la cabeza del partido es un sinceramie­nto, es ponerle título al poder político en la Provincia.

La posible llegada del diputado a la conducción del PJ provincial es un claro síntoma del desvanecim­iento de una época y la consolidac­ión de un proceso de renovación. De ahí, que algunos se atrevan a sentenciar que los denominado­s “barones del conurbano no existen más”.

El Presidente no está dispuesto a construir una pata “albertista”. Ese intento, impulsado entre otros por Zabaleta, murió antes de nacer.

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NA Kirchner sucederá a Gustavo Menéndez al frente de la estructura bonaerense del PJ.
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