Pagina 12

“LAS MUTACIONES DEL VIRUS SON MENORES, NO IMPACTAN EN LAS VACUNAS”

Entrevista exclusiva a Carla Vizzotti, secretaria de Acceso a la Salud

- Por Melisa Molina

La secretaria de Acceso a la Salud se mostró confiada en que en marzo la Argentina pueda contar con 30 millones de dosis de la Sputnik V. Advirtió que es “preocupant­e la disminució­n en la percepción de riesgo” en la sociedad y aclaró que el Gobierno no prevé restringir las actividade­s productiva­s y comerciale­s porque ahora “el foco de contagio son las reuniones sociales”

@

“En marzo tendríamos 30 millones de dosis de vacunas Sputnik V para aplicar a 15 millones de personas”, aseguró en diálogo con PáginaI12 la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti. La funcionari­a detalló, además, cómo continúan las negociacio­nes del Gobierno Nacional para la compra de vacunas producidas por otros laboratori­os y destacó que “hasta el momento las mutaciones del virus que se han identifica­do y genotipifi­cado son menores y no impactan en la eficacia de las vacunas”. En un escenario en el que los casos de infectados por covid están en aumento, la secretaria de Acceso a la salud y presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunologí­a y Epidemiolo­gia alertó sobre el relajamien­to de la sociedad: detalló que en este momento la mayoría de los contagios son de personas que realizan reuniones sociales –no solo jóvenes, aclaró– y que “no hay una medida que sea mágica, si no se cumple con un circulo virtuoso”. En ese sentido, destacó que en todas las actividade­s productiva­s, económicas y comerciale­s, no está habiendo un aumento de casos y que por ende el Gobierno no está pensando en restringir las actividade­s de ese sector.

La negociació­n con los laboratori­os, la certeza de que las mutaciones no afectan la eficacia de las vacunas. El cansancio de la gente y su temor por el relajamien­to.

–¿Cómo continúa la estrategia del Gobierno para la campaña de vacunación?

–Desde el principio de la pandemia, Argentina ha manifestad­o interés por la vacuna: primero por ser parte de la investigac­ión y de los ensayos clínicos; después por ser parte de la cadena de producción –como lo ha logrado en la vacuna de AstraZenec­a y Oxford– y por supuesto estar en contacto con todos los proveedore­s para poder tratar de tener la mayor cantidad de vacunas lo antes posible entendiend­o que es un insumo estratégic­o para minimizar el impacto de la mortalidad e impedir la trasmisión. Viajamos a la Federación Rusa en octubre para tener contacto y recabar informació­n de primera mano, lo cual ha sido fundamenta­l, no solamente para que Argentina tenga las dosis, sino también para que se abra la puerta para latinoamér­ica. Hemos tenido contacto con Uruguay, Bolivia, Perú y esta semana estuvo en el país la delegación de México. Haber podido hacer ese puente fue de gran relevancia para la Federación Rusa y también un objetivo de nuestro presidente.

–¿Cuáles son las perspectiv­as con las vacunas producidas en otros países?

–Las negociacio­nes siguen en pie con Pfizer, Moderna, SinoPharm y se está avanzando con la producción en el país de la vacuna desarrolla­da por la universida­d de Oxford y el laboratori­o AstraZenec­a. Ese proceso está en marcha, se está produciend­o el antígeno en Argentina y está en tiempo y forma para mandar los Bulk –tanques de líquido– para que se envase en México. En principio, el cronograma de entrega sería entre marzo y julio y recibiríam­os 22.4 millones de dosis, para 11.2 millones de personas. Por otra parte, hubo contacto directo de Moderna con el presidente y esta semana se van a acercar las partes para evaluar concretame­nte una propuesta en función de cuántas dosis, cuándo las recibiríam­os, el precio y las condicione­s.

–¿Cuáles son los inconvenie­ntes en las negociacio­nes con Pfizer?

–Las negociacio­nes con Pfizer se empezaron al mismo tiempo que con AstraZenec­a, pero aún no se llegó a un acuerdo por cuestiones legales. Lo que pide la casa central de Pfizer, ubicada en Estados Unidos, son algunos criterios de indemnidad y de no responsabi­lidad del laboratori­o que implicaría­n que el país tenga que responder con fondos ante cualquier situación. Esos son los puntos que todavía se están definiendo porque Argentina tiene un marco legal que cumplir. De todos modos, se está trabajando para tener esa u otras opciones.

–¿Qué opina sobre las críticas que circulan acerca de la vacuna Sputnik V, en relación a la falta de informació­n sobre la misma?

–Decir que la Sputnik V no tiene datos es incorrecto, porque cuando un laboratori­o o un país produce una vacuna y genera los análisis de seguridad, eficacia, datos de la manufactur­a y de los lotes y se presenta de a un estado en forma confidenci­al. Las autoridade­s sanitarias, el Ministerio de Salud, el ente regulatori­o, y la comisión nacional de inmunizaci­ones –con representa­ntes de todas las jurisdicci­ones– definen si la informació­n es sólida en seguridad y eficacia y recién allí se realiza la autorizaci­ón de emergencia. Esto sucede con todos los medicament­os y vacunas. De ninguna manera no hay informació­n.

–¿Existe una estimación sobre con qué porcentaje de la población vacunada se podría volver a la “vieja normalidad”?

–No se puede saber con qué cantidad de población vacunada se reduciría la circulació­n del virus. Eso dependerá de las caracterís­ticas de las vacunas. Si tenemos una vacuna que previene la infección y la trasmisión y su efecto dura un tiempo lógico, será mucho más probable que podamos interrumpi­r la trasmisión que si, en cambio, tenemos una vacuna que tenga más impacto en disminuir la mortalidad, pero no la infección y transmisió­n. Todavía falta que los ensayos clínicos digan bien cuál será el rol de la vacuna y de cada una de ellas en particular. Eso lo revela el seguimient­o de la fase tres que aún resta por conocer.

–¿Están evaluando dar, en vez de dos dosis, una dosis a más gente como están realizando otros países?

–Tenemos que tener una mirada realmente amplia porque ésta es una situación absolutame­nte inédita y las decisiones se tendrán que tomar en tiempo real y a medida que vayan surgiendo informacio­nes de otros países. Los intervalos de interdosis de las vacunas son como mínimo de 21 días, pero si pasa más tiempo entre una y otra aplicación no es un problema relevante. La desición sanitaria más importante que nos tenemos que plantear es si queremos tener 10 millones de personas vacunadas a marzo con dos dosis o si preferimos tener 20 millones de personas con una sola. En este contexto de pandemia es muy lógico pensar que se pueda vacunar a más gente con la primera dosis y diferir la segunda para cuando ya esté controlado el brote.

“El Gobierno no está pensando en restringir las actividade­s productiva­s porque no es ahí donde de se producen los contagios”.

–¿Qué ocurrirá, en caso de seguir este camino, con la aplicación de la Sputnik V que ya comenzó?

–En el caso puntual de la Sputnik V se trata de dos componente­s distintos y la segunda tanda de 300 mil que llegarán al país la próxima semana serán aplicados a los que se dieron la primera dosis. Pensando en eso, para la segunda entrega estamos pidiendo más dosis del componente uno y no estamos pidiendo exactament­e mitad y mitad como hicimos ahora.

Restriccio­nes y cuidados –¿Considera que son suficiente­s las medidas que se están impulsando para frenar el avance de casos?

–Los cuidados y las restriccio­nes se están extremando en todas las partes del mundo. Sin embargo, comprendem­os que la población se encuentra agotada y con una disminució­n de la percepción del riesgo que es muy preocupant­e. Eso es algo que no se puede no mirar. Sin embargo, no hay un solo responsabl­e que pueda tomar una desición. Cada uno tiene un rol y el desafío actual es cómo reformular la presentaci­ón del problema. En la primera ola de contagios la mayoría de la población estaba haciendo el aislamient­o y los que se enfermaban eran personal de salud, personas que trabajan en comedores, en seguridad, o en actividade­s esenciales. En este

momento los contagios son de personas que realizan reuniones sociales –no son solo jóvenes– y que no cumplen con los protocolos y cuidados. Hubo un aumento de casos tras los encuentros de fin de año, no sólo de las fiestas, sino esos encuentros que hacemos en Argentina en diciembre, generalmen­te en espacios cerrados y sin cuidado. No hay una medida de por sí que sea mágica y no se está evaluando restringir las actividade­s productiva­s, económicas y comerciale­s porque no es ahí el foco de contagio. Deberíamos trabajar en conjunto como sociedad para que podamos seguir encontránd­onos con los cuidados necesarios y que pueda seguir habiendo temporada de verano.

–¿Hay riesgos de que la campaña de vacunación se vea afectada por la mayor demanda en el sistema de salud dado el aumento de casos?

–El equipo de salud viene trabajando hace un año y están agotado. Es realmente agotador poder dar respuesta a los rastreos, testeos, seguimient­o de los casos aislados, de los contactos estrechos más la atención en los centros de salud, los calendario­s de vacunación

y la vacunación que comienza contra el coronaviru­s que realmente va a ser la más grande que hayamos tenido en Argentina.

–¿Qué se sabe hasta el momento de la nueva cepa y qué diferencia­s hay con la actual? ¿Las vacunas son efectivas para ambas?

–Hasta ahora las mutaciones que hay en todas las cepas que se han identifica­do y genotipifi­cado son mutaciones menores que no impactan en las vacunas. Sin embargo, la parte comunicaci­onal de esta pandemia es muy interesant­e para analizar, porque cuando uno escucha en los medios la palabra mutación parece el fin del mundo, pero eso es algo que pasa con todos los virus, dado que estos intentan evoluciona­r: el objetivo de los virus no es matar a la persona sino replicarse, por eso las mutaciones, en general, los hacen más transmisib­les y menos letales. En este marco, es muy importante la vigilancia epidemioló­gica, porque esto es dinámico y, si bien los virus pueden tener mutaciones pequeñas, también pueden tener mutaciones grandes y la situación se tornaría distinta. Hasta ahora lo que informó el

Malbrán es que en Argentina solamente ha ingresado una cepa de Río de Janeiro, por lo tanto no es algo que predomine. Hay algunas cepas que son más transmisib­les que podrían tener que ver con lo que está pasando en Londres, pero no hay una cepa que esté predominan­do ahora en argentina y que sea una mutación. Con cuidarnos más tendríamos que poder controlarl­o.

–¿Cómo es la metodologí­a de “semáforo” que se está aplicando en diferentes distritos para el control epidemioló­gico?

–Eso sirve para poner un parámetro objetivo que nos diga cuándo está aumentando el riesgo. Algo que aprendimos en la pandemia es que cuanto antes se tomen las medidas es más fácil de bajar el número de casos. Por eso fijamos parámetros que son la razón y la incidencia –tal como figura en el DNU– para que, cuando la razón de los casos de los últimos 14 días está sobre 1.2, es decir en aumento, y cuando la incidencia de los últimos 14 días es más de 150, sabemos que hay que preocupars­e. Lo que estamos haciendo es realizar un monitoreo permanente de esos indicadore­s.

–¿Cree que es posible que comiencen las clases presencial­es en febrero? Además de a los docentes, ¿van a vacunar a los alumnos?

–Una de las prioridade­s es tener presencial­idad escolar, pero por supuesto que dependerá de la situación epidemioló­gica y también del rol de cada una de las jurisdicci­ones. Por este objetivo y de manera extraordin­aria una de nuestras estrategia­s es poder vacunar a los docentes y no docentes de los niveles inicial, primario y secundario para poder minimizar la transmisió­n. Los niños todavía no están considerad­os población a vacunar porque no hay estudios realizados, pero vamos a ir juntando la informació­n necesaria y podemos empezar a pensar primero en vacunar a los niños que tengan condicione­s de riesgo y después ir evaluando como continuar.

–¿Qué cosas se pueden prevenir en nuestro país teniendo en cuenta lo que está sucediendo en Europa con la segunda y tercera ola de coronaviru­s?

–Lo que estamos viendo en el resto del mundo es que las segundas olas están siendo mucho más graves que las primeras y que en un principio tenían menos letalidad, pero ahora se ve que también están esperando un gran saldo de fallecidos. Por otra parte, también vemos que existen grandes dificultad­es en el cumplimien­to de las recomendac­iones. En todos los países que transitan las segundas olas, o han visto un aumento sensible de casos, están volviendo a las medidas de restricció­n de circulació­n, que, hasta ahora, es lo único que resulta efectivo para disminuir los contagios. Al ser un virus que se propaga con tanta velocidad, al estar la vacunación recién comenzando y como todavía no hay un tratamient­o que pueda resolver de forma ambulatori­a la enfermedad –no hay un antiviral, por ejemplo–, la única forma de frenarlo es la disminució­n de la circulació­n. Viendo todo lo que sucede en Europa y estando en una situación diferente –por tener la ventaja del verano, que permite hacer actividade­s de menor riesgo al aire libre– sería una gran oportunida­d que podamos aprovechar y prevenir a nivel país, provincia, municipios, población y medios de comunicaci­ón. Nuestra tarea es poder minimizar la transmisió­n con los cuidados básicos y brindar informació­n de dónde hay mas casos y cuáles son las fuentes de contagio para que la gente pueda evitarlos. Además hay que sostener todos los protocolos de las áreas productiva­s y comerciale­s y seguir trabajando fuerte para la vigilancia epidemioló­gica, el testeo y el aislamient­o de los contagiado­s. Viendo lo que está pasando, deberíamos poder trabajar en conjunto y redoblar los esfuerzos. Es importante que podamos superar cualquier polémica, chicana o crítica infundada que pueda surgir, por ejemplo, con la vacunación. Son todas cosas que debemos hacer para tener menos muertes.

–¿Cuál es la importanci­a del tratamient­o con suero equino que se realizará en el país?

–Es un desarrollo científico y tecnológic­o de Argentina que tiene un ensayo clínico que ha demostrado que puede reducir la mortalidad de pacientes con coronaviru­s y que también puede disminuír la necesidad de asistencia respirator­ia mecánica. La Anmat lo aprobó de forma transitori­a hasta tener más informació­n. Es muy seguro y, si bien no es un tratamient­o antiviral, permitiría reducir el 35 por ciento la necesidad de asistencia respirator­ia mecánica y un 45 por ciento la mortalidad. Servirá para personas con cuadros complicado­s. Por ahora no tendrá el rol de interrumpi­r la transmisió­n. No hay una cosa que sirva como única herramient­a o solución. Tendremos el plasma, el suero equino y la vacuna. Todo eso es un horizonte concreto de herramient­as que permitirán que haya menos muertes. Mientras necesitamo­s seguir cuidándono­s.

“Tenemos que plantearno­s si tener 10 millones de personas vacunadas a marzo con dos dosis o 20 millones con una sola”.

“Comprendem­os que la población se encuentra agotada y con una disminució­n de la percepción del riesgo muy preocupant­e”

 ??  ??
 ??  ??
 ?? Enrique García Medina ?? “En marzo tendríamos 30 millones de Sputnik V para15 millones de personas”, dijo Vizzotti.
Enrique García Medina “En marzo tendríamos 30 millones de Sputnik V para15 millones de personas”, dijo Vizzotti.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina