Curas villeros y curas en opción por los pobres, por Washington Uranga
Los matices entre los Curas villeros y los de Curas en la opción por los pobres Ambos colectivos tienen en común su compromiso con los sectores populares, pero también distintas perspectivas teológicas, pastorales y políticas que no son menores.
cerdotal se reunió bajo el nombre de Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM), en cuyas filas se enrolaron figuras de enorme peso político, social y religioso como el cura Carlos Mugica, asesinado en 1974, y otros como Alberto Carbone, Domingo Bresci, Rodolfo Ricciardelli, Jorge Vernazza, Rolando Concatti y Rubén Dri, para mencionar tan solo algunos referentes. También hubo víctimas de la dictadura cívico militar entre los integrantes del MSTM. Por diferentes motivos, entre los cuales cuenta la represión de la dictadura y la persecución institucional de la jerarquía católica, el MSTM se disolvió y fue en 1986 cuando un grupo de sus antiguos integrantes a los que se sumaron otras más jóvenes, dio vida a lo que hoy se conoce como COPP. Desde entonces y hasta ahora, el nuevo nucleamiento se mantuvo activo, con encuentros anuales y presencia constante en la vida eclesiástica, pero sobre todo social y política del país y en directa relación con los barrios. Pero simultáneamente y sin directa relación con los COPP también se reunían en Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires algunos sacerdotes autodesignados como “curas villeros” por el hecho de que vivían en las villas y ejercían allí su trabajo pastoral. Al comienzo del gobierno pastoral de
Jorge Bergoglio en la arquidiócesis de Buenos Aires (1998-2013), el ahora Papa decidió la creación de las “pastoral de villas de emergencia” otorgando institucionalidad a un fenómeno que se venía registrando en parte del clero joven: la decisión de los curas de ir a vivir a las villas. Una práctica que, por otra parte, alentó el propio Bergoglio.
Con el tiempo la Pastoral de Villas fue dando lugar a lo que hoy se conoce como los “curas villeros” (CV) en la capital y en otras diócesis del conurbano.
Similitudes y diferencias
Lo que sin duda iguala a uno y otro grupo de sacerdotes es su compromiso con los pobres, aunque esa vocación se asuma con características y acentos distintos. Y también todos estos curas son pobres. También hay en ambos grupos una raíz política común vinculada al peronismo, aunque la explicitación de esa vinculación sea mucho más evidente en los COPP.
Unos y otros reconocen como maestro teológico a Lucio Gera (1924-2012), uno de los más destacados teólogos católicos contemporáneos de la Argentina con mucha repercusión en América Latina y que marcó a varias generaciones, también de obispos, con la llamada “teología del pueblo”. Gera también fue activo participante del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. A la hora de las diferencias puede decirse que, sin renegar de esa raíz común, varios de los COPP han tenido y mantienen un diálogo más cercano y frecuente con la “teología de la liberación” latinoamericana cuyos principales exponentes han sido el peruano Gustavo Gutiérrez y el brasileño Leonardo Boff, en tanto los curas villeros se apoyan más directamente en la línea de pastoral y religiosidad popular del también cura Rafael Tello (19172002) y en la vertiente teológica del jesuita Juan Carlos Scannone (1931-2019), ambos argentinos y este último profesor también de
Jorge Bergoglio. Si bien unos y otros tienen relación permanente con el mundo de la política y las organizaciones que la integran, los COPP son más directos para hacerse cargo de los temas de la agenda del país, en tanto que los CV guardan mayor distancia y precaución cuando ingresan en cuestiones que rozan lo partidario. Ambos grupos alimentan un diálogo fluido con la dirigencia política tanto de base como con referentes nacionales, algo que los COPP no ocultan: hasta suelen aparecer públicamente en actos partidarios, mientras que los CV son más remisos a este tipo de exposiciones públicas.
La relación con la institución
Detrás de esta diferencia está siempre presente la relación que ambos grupos tienen con la institucionalidad eclesiástica y, en particular, con los obispos. Los curas villeros cuentan con reconocimiento de la jerarquía y con su respaldo, lo cual también limita su margen de maniobra sobre determinados temas. Será difícil ver un pronunciamiento de los CV que entre en contradicción con el pensamiento de la jerarquía católica y, en algunos casos, también estos curas se transforman en voceros del episcopado cuando las necesidades institucionales lo requieren. En cambio, los COPP actúan con relativa autonomía respecto de los obispos, si bien todos ellos están “legalmente” encuadrados en sus diócesis. Esto hace que la agenda de los COPP esté mucho más cercana a los debates políticos (por ejemplo: el reclamo por la liberación de los presos políticos) que la de los CV generalmente alineados con el episcopado (por ejemplo en relación al tema del aborto). Aunque en ambos grupos se cultiva la horizontalidad, por imperio de las circunstancias y por definición mediática también aparecen los referentes. Entre los villeros suelen sobresalir el obispo Gustavo Carrara (que además es responsable de la Pastoral de Villas de Emergencia de la Arquidiócesis de Buenos Aires) y el sacerdote José María “Pepe” Di Paola. Ambos son los que más atención ocupan por parte de medios, en la misma forma que Eduardo de la Serna y Francisco “Paco” Olveira son reiteradamente solicitados como voceros de los COPP, aunque otros sean actualmente los responsables de la coordinación. Entre ellos y con cierta ironía suelen calificarse de “primos hermanos”. En el pasado reciente alguien trató de explicarle a Alberto Fernández los motivos de tales diferencias y, según relata un testigo, el Presidente dio el paso al costado negándose a escuchar con el argumento de que “para internas... me alcanza con las del peronismo”.
Alguien intentó explicarle al Presidente las diferencias, pero pasó: “para internas... me alcanzan las del peronismo”.