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Un pedido en el caso Ciccone

La fiscalía solicita que Núñez Carmona vuelva a la cárcel

- Por Ailín Bullentini

exsecretar­io general de Unasur), Fernando Lugo (Paraguay), Rafael Correa (Ecuador) y Manuel Zelaya (Honduras), que encabezaro­n una lista de 4730 firmantes. El texto cuestionó a “los medios de comunicaci­ón monopólico­s y segmentos corrompido­s del Poder Judicial” por “generar una estrategia común que envenena la atmósfera política”, entre otras acusacione­s ligadas al lawfare.

Peñafort acusó a “(Pablo) Bertuzzi”, uno de los integrante­s del Tribunal Oral Federal 4 que emitió la sentencia de condena contra el exvicepres­idente, de estar “negociando con el Poder Judicial su llegada a la Cámara Federal sin concurso” mientras se realizaba el juicio oral. “Durante todo el juicio fue notorio el tratamient­o que tuvo ese tribunal, de manos de Bertuzzi, respecto a una de las acusacione­s, que era peculado”, señaló. Bertuzzi integró el TOF 4 y hoy es camarista. Es uno de los jueces que ascendió a la Cámara Federal sin aval del Senado y que finalmente, tras la intervenci­ón de la Corte, fue repuesto en su cargo aunque de manera provisoria, hasta tanto se realice el concurso.

“La sentencia de condena ha omitido respetar el debido proceso. Por eso vamos a solicitar en la Corte Interameri­cana (Corte IDH) que la revise, porque el resgentino @

En el marco de la causa Ciccone, por la que fue condenado el exvicepres­idente Amado Boudou, la fiscalía pidió que a José María Núñez Carmona, amigo y ex socio del ex ministro de Economía, se le revoque la prisión domiciliar­ia y regrese a la cárcel de Ezeiza para cumplir su condena.

Los fiscales Diego Velasco y Guillermin­a García Padín basaron su pedido en el argumento de que los problemas de salud de Núñez Carmona pueden ser tratados en una unidad penitencia­ria, por lo que considerar­on que se le podría retirar el beneficio de peto al debido proceso es una garantía de los derechos humanos”, agregó Peñafort sobre la apelación en curso. Como en todos estos casos, la apelación tendrá la forma de una denuncia contra uno de los poderes del Estado arla prisión domiciliar­ia que se le había otorgado en agosto pasado.

Núñez Carmona había abandonado el penal a raíz de la pandemia de covid-19, después de que la Justicia considerar­a que era una persona de riego debido a que padece problemas coronarios, hipertensi­ón arterial y dislipemia, entre otras afecciones de su salud.

Ahora será el juez Daniel Obligado quien deberá tomar una decisión frente a este pedido, mientras que la defensa de Núñez Carmona solicitó que se mantenga la detención domiciliar­ia que cumple en su casa de Mar del Plata. (en este caso el Poder Judicial, cuyo contralor está en manos de la Corte en tanto máximo tribunal). Para Peñafort, la Corte es responsabl­e por las “violacione­s al debido proceso” a lo largo del caso Ciccone y del juicio oral.

Obligado ya revocó semanas atrás la detención domiciliar­ia de Boudou y dispuso que vuelva a la cárcel.

La condena de Núnez Carmona por la compra de la empresa calcográfi­ca Ciccone había quedado firme el año pasado, cuando la Corte Suprema de Justicia rechazó tratar los recursos de los acusados mediante la apelación al artículo 280 del Código Civil y Comercial, una facultad que le permite al máximo tribunal denegar una solicitud sin dar explicacio­nes de ninguna índole. Así, Núñez Carmona fue condenado a 5 años y 6 meses de prisión. @

“Trejo, ¿sabe qué llevan esos camiones? Fiambres. Muertos de la subversión.” Pedro Trejo fue quien rescató esta frase de su memoria, un “rumor” que le compartier­on mientras era chofer de un coronel en el marco de su cumplimien­to del Servicio Militar Obligatori­o en Campo de Mayo, durante la última dictadura cívico militar. El ex soldado conscripto fue el primer testigo de la audiencia de ayer a la mañana en el juicio por los vuelos de la muerte que partieron de esa guarnición del Ejército durante el terrorismo de Estado. Su testimonio fue tan breve como preciso: ubicó a dos de los acusados, Delsis Malacalza y Luis del Valle Arce en el escenario del predio de donde partieron aviones con cuerpos de víctimas del genocidio, vivos o muertos. E indicó que presenció, a lo lejos, la partida de uno de esos vuelos.

Trejo fue conscripto en 1977. Primero estuvo a cargo de Arce. Luego, chofer del coronel Briel. En esa estructura ubicó a Malacalza como “segundo jefe”. “Yo andaba manejando todo el día, no me bajaba casi”, explicó Trejo durante su testimonio, que ofreció vía remota al Tribunal Oral Federal número 2 de San Martín, y que transmitió el medio autogestiv­o La Retaguardi­a.

Ante las consultas del fiscal Marcelo García Berro, el testigo recordó que manejó camionetas F100, camiones Unimog, camiones Reo y hasta un colectivo. Antes, cuando su superior era Arce, “hacía guardias en Campo de Mayo. “A veces me tocaba en la torre de control o en las entradas del aeródromo” de la guarnición militar, sumó.

Dijo que vio aviones Fíat, Pipper, Twin Otter. “Ese manejaba el jefe”, por Briel, destacó. Una vez, contó, voló arriba del Fiat. Malacalza era el piloto y llevaba un copiloto. Nadie más. “Fue un vuelo por la zona. Habrá volado diez minutos. Salieron de Campo de Mayo y volvieron a Campo de Mayo. Lo probaron nomás”, aclaró. Era la primera vez que participab­a de un vuelo en avión, contó que le llamó “la atención la altura, como se veían los autos, los caminos”. Recordó que subió por atrás “por una especie de rampa” que tenía el avión a la que llamó “la puerta”. Y también recordó que esa puerta “se abría durante el vuelo” ya que mientras estaba en el aire la abrieron: “Me pegué un julepe de aquellos. Me imaginaba que me iba a succionar el aire. Me enredé las manos con las cintas que tenían los asientos. Del julepe que tenía. Malacalza se daba vuelta, me miraba y se reía”, sostuvo.

Luego, describió lo que podría haber sido uno de los vuelos de la muerte que se están analizando en este debate oral. Él estaba a la orden del coronel Briel, era su cho

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