Once represores a juicio oral
Los crímenes cometidos en Mansión Seré y Cuatrerismo
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El juez federal Daniel Rafecas elevó a juicio a once represores que actuaron en provincia de Buenos Aires durante los años del terrorismo de Estado. Son integrantes de la Fuerza Aérea que estuvieron vinculados a la Mansión Seré y a las brigadas áreas que también funcionaron como campos de concentración durante la última dictadura, y de policías que actuaron en el centro clandestino conocido como Cuatrerismo o Protobanco. Todos deberán responder por al menos 127 víctimas.
Antes del inicio de la feria, el juez Rafecas envió a juicio a seis represores que operaron en la llamada subzona 16 –que corresponde a los partidos de Morón, Merlo y Moreno– y a cinco que actuaron en la entonces División Cuatrerismo de la Policía bonaerense. Con la excepción de dos de ellos que están alojados en la Unidad 34 de Campo de Mayo, el resto espera el juicio en prisión domiciliaria.
Para mitad de 1976, la zona de Morón, Merlo y Moreno ya estaba a cargo de la Fuerza Aérea y el principal centro clandestino de la zona era la Mansión Seré, que se mantuvo operativo entre 1976 y 1977, cuando fue desactivado tras la fuga de cuatro detenidos-desaparecidos. “Mansión Seré constituyó, sin dudas, el lugar de destino más destacado e importante de dicho circuito represivo, ello debido a la cantidad de víctimas que pasaron por él, los tiempos de cautiverio registrados, la crueldad de las torturas aplicadas en forma sistemática, como así también debido a que éste era el único recinto cuya concepción y existencia fue clandestino de un modo absoluto hasta su apresurado desmantelamiento”, aseguró el juez.
La jefatura de la subzona 16 estaba a cargo de la Brigada Aérea del Palomar, que también funcionó como centro clandestino entre agosto de 1976 y junio de 1978, al igual que las brigadas aéreas de Morón y Moreno. La novedad es que el juzgado de Rafecas pudo avanzar en la delimitación de la brigada de Moreno donde los secuestrados eran interrogadas y alojadas por períodos cortos y después trasladados a otros centros de detención. El juez logró acreditar esta metodología en, al menos, ocho casos. De la VIII Brigada Aérea de Moreno también dependían las “Tres Marías”, como se conocían a las tres camionetas azules de la Fuerza Aérea que surcaban las calles de la zona en busca de nuevas víctimas. “Han sido emblema y la punta de lanza del accionar represivo en el Área 162”, las describió el juez.
La elevación a juicio actual contempla lo padecido por 127 víctimas y abarca a seis represores. Entre ellos, Alejandro Noel Lazo (86), Juan Carlos Herrera (74) y José Juan Zyska (64), que revistaban en la Brigada Aérea del Palomar y que deberán responder por secuestros y tormentos en la Mansión Seré. También están incluidos Ernesto Rafael Lynch (77), que oficiaba como capitán de la VIII Brigada Aérea de Moreno, y los dos integrantes de la RIBA Julio César Leston (74) y Arturo Rafael Giménez (91).
Cuatrerismo
En tanto, son cinco los represores que deberán responder por lo sucedido en el centro clandestino que funcionó en la División Cuatrerismo de la Policía bonaerense, ubicada en Puente 12. Ese centro clandestino recibió distintas denominaciones por parte de los soCuatrerismo brevivientes como Cuatrerismo, Brigada Güemes o Protobanco, aunque la descripción del horror es unívoca. Entre ellos están Carlos Alberto Tarantino (77), Angel Salerno (79), Néstor Ciaramella (68) y Enrique Osvaldo Gauna (79), a quien lo recuerdan otros policías como “Péndulo” por su forma de andar oscilante.
Además, con ellos, está elevado
El juez Rafecas elevó a juicio a integrantes de la Fuerza Aérea y a policías bonaerenses del centro clandestino conocido como Cuatrerismo.
Con la excepción de dos represores que están alojados en Campo de Mayo, el resto espera el juicio en prisión domiciliaria.
a juicio un agente del Batallón de Inteligencia 601 Enrique José del Pino, que ya fue juzgado por otros hechos. Del Pino, conocido como Miguel, era uno de los interrogadores que enviaba el Batallón para reunir inteligencia para que la maquinaria de secuestros y muertes continuara aceitada. En esta causa, el juez ya elevó a juicio a otro agente del Batallón, Carlos Antonio Españadero, cuyo proceso comenzó a fin del año pasado.
La Bonaerense creó la División en 1968 para perseguir el abigeato, pero, desde fines de 1974, esa división estuvo enfocada a la persecución de militantes políticos. Cuatrerismo funcionó en una dependencia relativamente pequeña en Puente 12, a la que se accedía a través de una tranquera, y en la que era imposible que alguien que prestara funciones allí pudiera estar ajeno de lo que sucedía.
Al menos tres expolicías declararon en la causa en calidad de testigos y aportaron datos importantes para la investigación. Relataron, por ejemplo, que había un pozo profundo alrededor del centro clandestino, que, en todo momento estaba encendido con gasoil que traían desde el regimiento de La Tablada. Los trabajos del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia fueron fundamentales para determinar, precisaron desde el juzgado, que allí se incineraron cuerpos de los detenidos en ese centro clandestino. Los exagentes también mencionaron la presencia de quienes podrían ser instructores franceses, que venían a replicar los métodos aplicados en Argelia.