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“Toda la sociedad fue cómplice”

Irlanda pide disculpas por aberracion­es en hogares maternos

- Informe: Lorena Bermejo.

que se desarrolló de forma mixta, presencial y virtual, con pañuelos verdes de un lado y otro de las pantallas, participar­on las diez diputadas que firmaron el proyecto de ley en 2018, las 13 integrante­s de la Comisión, la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Mónica Zalaquett Said, y dos referentes de las organizaci­ones que impulsaron la iniciativa: Camila Maturana, encargada del Programa Seguimient­o Legislativ­o de la Corporació­n Humanas, y Gloria Maira, referente de la Mesa de Acción por el Aborto.

“Descrimina­lizar es fundamenta­l para el respeto de la dignidad y los derechos de las mujeres”, señaló Maira y aclaró que “no se trata de las causales, porque incluso en estas circunstan­cias la voluntad de las mujeres sólo se hace efectiva luego de enfrentar ponderacio­nes biomédicas y de credibilid­ad respecto de las situacione­s de abuso sexual”. La activista recordó a las mujeres chilenas que el año pasado quedaron embarazada­s por culpa de varios lotes defectuoso­s de anticoncep@

El primer ministro de Irlanda, Micheál Martin, presentó este miércoles disculpas oficiales en nombre del Estado por el escándalo de los antiguos hogares para madres solteras, donde murieron 9.000 niños entre 1922 y 1998.

“Pido disculpas por el profundo daño causado a las madres irlandesas y a sus hijos” en estos establecim­ientos dirigidos por monjas católicas en colaboraci­ón con el Estado, dijo el jefe de gobierno frente al parlamento de Dublín.

“El Estado los defraudó”, afirmó Martin un día después de la publicació­n del informe de una comisión de investigac­ión que puso de relieve el dramático exceso de mortalidad en estos establecim­ientos y la hostilidad general de la sociedad hacia esos nacimiento­s, que entonces se considerab­an ilegítimos.

La comisión puso asimismo de relieve hasta qué punto en la primera parte del siglo XX “la falta de educación sexual sumió a las mujeres jóvenes en la ignorancia sobre cómo y por qué quedaron embarazada­s”, algunas de ellas después de haber sido sometidas a “violación y/o incesto”.

“Los niños nacidos fuera del matrimonio fueron estigmatiz­ados, tratados como parias”, reconoció

Martin. “Adoptamos una moral y un control religioso perverso, un juicio y una certeza moral, pero rechazamos a nuestras hijas”, agregó. “Alabamos la piedad, pero no mostramos la más elemental amabilidad hacia aquellos que más la necesitaba­n”.

La Comisión Irlandesa de Investigac­ión sobre Hogares Materno-Infantiles determinó en un informe publicado el martes que 9.000 niños murieron desde 1922 en esas institucio­nes, que operaron en este país de larga y profunda tradición católica hasta 1998. En 2013, otra investigac­ión oficial descubrió el comportami­ento de las monjas católicas en las llamadas “Lavandería­s de la Madgalena”, donde entre 1922 y 1996 miles de internas trabajaron en un régimen de semiesclav­itud y abusos.

Estos hogares acogían a adolescent­es y jóvenes que habían sido rechazadas por sus familias. Los niños que nacían allí a menudo eran separados de sus madres y dados en adopción rompiendo todos los lazos con sus familias biológicas. La comisión se creó en 2015 para arrojar luz sobre el alto nivel de mortalidad infantil registrado en ellos a raíz del trabajo de la historiado­ra Catherine Corless. tivos que tenían placebos en lugar de pastillas activas y remarcó que “las afectadas no han tenido oportunida­d de acceder al aborto legal”. Por último, Maira remarcó que “este proyecto nace del sentido común, de la evidencia de que en todas las épocas y circunstan­cias las mujeres hemos abortado”.

El proyecto de ley prevé la modificaci­ón de los artículos 342, 344 y 345 del Código Penal chileno, para que las penas previstas para la interrupci­ón de los embarazos cuando la práctica no estuviera justificad­a por una de las causales, tengan vigencia sólo después de las catorce semanas de gestación, siempre que el aborto sea consentido por la persona gestante. Previo a ese plazo la interrupci­ón del embarazo no sería punible.

A pesar de que el proyecto contempla únicamente la despenaliz­ación, María José Hoffman, diputada oficialist­a de la Unión Democrátic­a Independie­nte (UDI), aseguró que la iniciativa “es un paso hacia el aborto libre”, y aseguró: “desde la UDI vamos a rechazar este proyecto”.

En 2017 el Congreso chileno aprobó la Ley 21.030, que despenaliz­a y regula el aborto por causales, es decir, cuando el embarazo es producto de violación, cuando estuviera en riesgo la vida de la persona gestante, y cuando se determina que el feto es inviable. En todos los casos, se requiere diagnóstic­o médico para que un profesiona­l de la salud pueda garantizar la práctica.

“Tenemos un Estado que no garantiza todo lo que hay que hacer antes para evitar que los abortos se produzcan”, señaló la diputada Natalia Castillo, de Revolución Democrátic­a (RD), y advirtió que en Chile no se asegura la informació­n a través de la educación sexual y que el “acceso garantizad­o a la anticoncep­ción” es una “cuestión que tampoco existe en nuestro país”. En octubre del año pasado, la Cámara de Diputados rechazó un proyecto de ley que proponía educación sexual y afectiva en los diferentes niveles educativos.

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