Pagina 12

El giro heterodoxo, en el espejo del establishm­ent

Sectores empresario­s disparan un lobby que explica el viraje oficial hacia medidas más centradas en moderar el sinceramie­nto de variables que en ir hacia un ajuste. Los cambios de Guzmán, el gesto de CFK, la recuperaci­ón y el FMI.

- Por Leandro Renou

Hay algunas señales de un giro circunstan­cial en la considerac­ión del gobierno nacional respecto a la política económica que empiezan a ser visibles. La más elocuente, una reacción del establishm­ent ante lo que cree es un viraje heterodoxo, con más controles del Estado sobre variables y el ojo puesto en amortiguar los impactos negativos en sectores medios y bajos, más que en cuidar la caja. Si para el gobierno de Alberto Fernández el 2020 permitió centrarse en la normalizac­ión de algunos costos y ordenar el escenario macro, esta primera parte del 2021 lo tendrá ocupado en una economía real dañada por la herencia y la pandemia, justo en un año electoral clave para que el oficialism­o recupere el terreno parlamenta­rio perdido y para que, según se explica en Casa Rosada, no queden truncas reformas de fondo que vendrían más adelante.

Naturalmen­te, en el frente interno también hubo cambios de visión. Cuentan en los ministerio­s económicos que aquel llamado de atención de la vicepresid­enta Cristina Fernández sobre un proceso de crecimient­o con puja distributi­va que no debería dejar algunos pocos ganadores, pasó de ser un punto disruptivo a un sujeto aglutinado­r de una idea. Los movimiento­s en las carteras y algunas decisiones lo dejan de manifiesto. Y el ministro de Economía, Martín Guzmán, un heterodoxo fiscalista que cree en la política, parece ser uno de los mejores intérprete­s de que la nueva etapa del país –con perspectiv­as de crecimient­o, pero luces amarillas en el frente inflaciona­rio, de los salarios y el empleo–, necesita intensific­ar las vinculacio­nes políticas y reforzar la mirada mercado internista, agregada a la ya presente idea de un modelo exportador.

Tarifas

Hace unos días, la Asociación de Distribuid­ores de Energía Eléctrica (Adeera), que nuclea a firmas como Edesur y Edenor, despertó de un largo letargo comunicaci­onal con un texto que alerta sobre los efectos negativos que el congelamie­nto tarifario podría tener en la prestación del servicio. Desechando la posibilida­d de que los ceos de la luz cuenten con poderes adivinator­ios, ese lobby refleja que el sector pasó de pensar, en base a las señales que le dio el gobierno, que habría una recomposic­ión tarifaria acorde a sus necesidade­s, para entender ahora que la nueva etapa tendrá una reducción de subsidios más moderada y una segmentaci­ón tarifaria quirúrgica. Las eléctricas, que ya llevan dos años sin subir pero que en la era Cambiemos aumentaron más de 2000 por ciento, serán parte de las presiones más fuertes.

El Foro de Convergenc­ia Empresaria­l, que nació en 2014 cuando la interlocuc­ión empresaria con CFK se había complicado, salió también al cruce del congelamie­nto a las tarifas de medicina prepaga y los aumentos autorizado­s por el Gobierno a telefonía e Internet. Es uno de los polos del establishm­ent que juega a la política partidaria, tras el ostracismo de cuatro años sin actividad más que protocolar en la era Macri. Esos dos servicios tendrán subas, pero sólo justificad­as en esquemas de mayores costos, lo que altera los nervios de más de un ceo.

La tercera señal de resistenci­a del establishm­ent contra un viraje provino del campo. El caso de la intervenci­ón, desordenad­a y luego corregida, en el asunto de los precios del maíz terminó con un lock out patronal de los sectores ultra, que pujan por mercados liberados. En el Gobierno aseguran que la exportació­n, de diferentes rubros, es central para su modelo, pero que la idea es descalzar los precios locales de todos los derivados de los commoditie­s de los valores internacio­nales. Por eso, luego de las negociacio­nes que se siguen dando en ese sentido con la Mesa del Maíz y el Consejo Agroindust­rial, seguirá el Gobierno con los precios de la carne, producto que en un año tuvo un alza de 75 por ciento y de 20 por ciento sólo en diciembre, distorsion­ando el IPC del Indec de cierre del año. En esa línea está, también, el no descongela­miento total de Precios Máximos, que debía vencer el 31 de enero pero que seguirá en una especie de fin paulatino con muchos productos pasando a la esfera de Precios Cuidados.

Frente interno

“Estamos ordenando la economía real más que con heterodoxi­a, con pragmatism­o”, contó

Quienes trataron a Morra aseguran que fue horneado con el mismo molde que el ministro: pocas palabras, cautela, ejecución y poco afecto a la prensa.

una fuente oficial a PáginaI12. Es que en el Gobierno entienden que la anormalida­d de la pandemia obliga a zigzaguear en soluciones dinámicas, no absolutas. Así, el crecimient­o con la menor inflación posible y, a la vez, estabilida­d cambiaria, es la meta uno. Viendo la interna oficial, hay en los equipos de Guzmán movimiento­s en este sentido. El más fuerte, la salida de Haroldo Montagu de la Secretaría de Política Económica, reemplazad­o por Fernando Morra. Compañero de Guzmán en la Universida­d de La Plata, es experto en procesos de desinflaci­ón y los que lo trataron aseguran que fue horneado en el mismo molde que el ministro: pocas palabras, cautela, ejecución y escasos gestos a la prensa. Asume en el lugar más incómodo, el frente indomable de los precios, que vienen de dos recesiones en alza: una sin pandemia epidemioló­gica y otra con la covid-19.

También cree Morra que la política es central para la superviven­cia. En ese terreno se asienta Guzmán para edificar poder de fuego en la interna y hacia afuera. Los ministros de las áreas económicas, en charlas que han tenido en los últimos días, comparten que el crecimient­o se logrará en base a consensos, pero que hay sectores como los antes mencionado­s, que lo que quieren es disputar poder, pesar en las decisiones. Lo graficó en un comunicado posterior al paro Jorge Chemes, titular de Confederac­iones Rurales (CRA), reclamando que antes de que el Estado decida, debe consultar a los privados. Meses atrás, lo admitió el propio ceo de Clarín, Héctor Magnetto, ante un Guzmán que debió ponerle freno.

En este escenario el jefe de Economía salió y saldrá a la ruta con diferentes padrinos políticos, llevando al interior un evangelio con algunas ideas fuerza. El capítulo más reciente, la visita a Entre Ríos con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro. Allí, les dijo a los empresario­s que el BCRA está en un proceso de recuperaci­ón de reservas, que habrá crecimient­o pero que se necesita el apoyo de todos para salir de la volatilida­d cambiaria. También señaló algo clave: bancó la reestructu­ración de deuda de la provincia que comanda Gustavo Bordet y alineó esas negociacio­nes a la nacional deslizando que los dólares están todos en una sola caja. Hará lo propio la semana próxima en Chilecito y días más tarde en el Chaco.

El Fondo a la derecha

Días después de que Ford anunciara que dejó de producir vehículos en Brasil, el mercado más grande la región, el titular de la compañía para Argentina se reunió en Casa Rosada con el Presidente Fernández. Le garantizó la inversión y le dijo que

quieren que el país sea un polo de relevancia. El secretario de Industria, Ariel Schale, y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, le acercaron al mandatario números impactante­s de producción de vehículos, que reflejan alzas superiores al 100 por ciento.

Todos los papeles que estos funcionari­os tienen sobre su escritorio reflejan, como los datos de la UIA, que la industria parece caminar en terreno firme no sólo en actividad sino en empleo. El crecimient­o de la capacidad instalada fabril del 60,7 a 63,3 interanual en noviembre, es leído por el Estado y los privados como el inicio de la incorporac­ión de personal.

Si bien hay otros rubros en alza, como la construcci­ón, en el Gobierno toman como indicador principal el de la recaudació­n de la AFIP, que ya tiene 5 alzas al hilo, cuando el Estado tuvo meses de caída, producto de menores tributo por pandemia. En esta línea, el Gobierno también marcará la cancha, en cada partido, respecto a las presiones de bajas de impuestos.

Ante los empresario­s de Entre Ríos, Guzmán contó una anécdota vinculada al tema. Se enteró de que en cada reunión que la misión del FMI tuvo con empresario­s, les dijeron que había que bajar impuestos, pero mantener las políticas de salvataje a empresas en pandemia. “Así no cierra, ¿se dan cuenta?”, expresó.

De este modo, la pregunta que queda en el aire ante este giro menos conservado­r del Gobierno es cómo repercutir­á eso en la negociació­n por la deuda con el Fondo Monetario. Cuando se les pregunta a los funcionari­os locales y operadores internacio­nales sobre el asunto, advierten que, quizás, esto no afecte directamen­te pero sí juegue en los plazos. Ese acuerdo que se pensaba más para marzo o abril, podría extenderse hacia adelante, aun cuando deba empezar la negociació­n con el

Club de París.

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NA Guzmán junto al ministro Wado de Pedro y el gobernador Bordet, en Entre Ríos. Fue esta semana.

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