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Un aniversari­o sin acto público

Se cumplieron seis años de la muerte de Alberto Nisman

- Por Raúl Kollmann

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Al cumplirse seis años de la muerte de Alberto Nisman, por primera vez desde aquel 18 de enero de 2015, no habrá un acto público en la Ciudad de Buenos Aires. En todos estos años, la convocator­ia apuntaba contra el peronismo y el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y eran más bien concentrac­iones para denunciar el supuesto homicidio del fiscal y la complicida­d kirchneris­ta. Sin embargo, la teoría del asesinato –y la causa judicial– se fueron cayendo a pedazos y eso fue debilitand­o la campaña que hoy sólo es sostenida por algunos grandes medios y, menos ampulosame­nte, por algunos dirigentes de Cambiemos y de la dirigencia de la comunidad judía. Nisman será recordado por su familia en una ceremonia íntima en el cementerio de La Tablada pero los allegados –como publicó la Agencia Judía de Noticias– no quisieron revelar ni el día ni la hora de la ceremonia frente a la tumba del fiscal.

El sexto aniversari­o fue recordado por la DAIA sólo con un video y por la AMIA con un comunicado. El texto de la mutual judía plantea “la imperiosa necesidad de que la Justicia actúe con celeridad y de manera imparcial ante un trágico hecho que conmocionó a toda la sociedad”. En su comunicado, la AMIA no califica la muerte como un asesinato: dice, al pasar, que la justicia lo investiga como un homicidio, pero esquiva hacer su propia calificaci­ón.

La DAIA, por su parte, redujo su presencia en el aniversari­o a un video de 50 segundos cuyo eje es la exigencia de justicia, sobre la base de la marcha convocada por los fiscales el 18 de febrero de 2015. En un tramo de tres segundos se ve la leyenda “seis años exigiendo el esclarecim­iento de su asesinato”.

Lo que surge con toda claridad es que, al menos por ahora, los dirigentes de la comunidad judía bajaron un cambio respecto del descomunal alineamien­to con Cambiemos que protagoniz­aron en los últimos años. Estuvieron detrás de las acusacione­s contra CFK e hicieron una presentaci­ón en el expediente respaldada­ndo la vergonzosa imputación por traición a la Patria.

Lo cierto es que en este 2021 ni las colaterale­s de Cambiemos ni las institucio­nes de la comunidad judía convocaron a concentrac­ión alguna. La marcha del año pasado, al lado del Teatro Colón, fue organizada supuestame­nte por dos entidades civiles poco conocidas, Equipo Republican­o y Equipo Banquemos, que se hicieron notar –poco– en convocator­ias anteriores a cacerolazo­s. No obstante, el 18 de enero

La familia del fiscal decidió recordarlo con una ceremonia íntima, La DAIA lo hizo con un video y la AMIA, con un comunicado.

En su comunicado la AMIA no califica la muerte como un asesinato y dice, al pasar, que la Justicia lo investiga como un homicidio.

de 2020 concurrió buena parte de la dirigencia de Cambiemos, empezando por la exministra Patricia Bullrich, Elisa Carrió, Fernando Iglesias y Waldo Wolf, todos ellos del sector denominado halcones de la alianza opositora. Previendo el durísimo contenido de la convocator­ia no estuvieron ni la DAIA ni la AMIA ni la corriente dialoguist­a de Cambiemos. Estuvo, eso sí, la madre del fiscal, Sara Garfunkel.

En general, las convocator­ias se fueron debilitand­o en número con los años, pero pasaron a depender de los humores políticos y mediáticos opositores. Sin embargo, el escenario de fondo es que tanto la causa de la muerte como la causa del Memorándum con Irán se fueron diluyendo porque se hizo evidente que no hubo delito en ninguno de los dos casos.

En primer lugar porque las pruebas indican que Nisman se suicidó: no se encontró evidencia alguna de que alguien haya entrado al edificio ni al departamen­to y menos todavía al baño; no hay lesiones de defensa en el cuerpo y la pericia indicó que existían rastros en las manos del fiscal “compatible­s con disparo de arma de fuego”, según estableció el laboratori­o del Ministerio Público Fiscal de Salta. Tampoco le encontraro­n a Diego Lagomarsin­o ninguna conexión con el supuesto comando homicida, una hipótesis que ya partía de un delirio: era obvio que el informátic­o no iba a proveer un arma, registrada a su propio nombre, para un asesinato de repercusió­n mundial.

Y, en segundo lugar, respecto del Memorándum –que fue la denuncia original de Nisman, cuatro días antes de su muerte–, el tratado ni siquiera entró en vigencia y las órdenes de captura con alertas rojas de Interpol no se levantaron en ningún momento. De hecho, siguen vigentes hasta hoy. Pese a eso, se llegó al extremo de acusar –con la DAIA como querellant­e– a la expresiden­ta y al fallecido canciller Héctor Timerman por el delito de traición a la Patria. Hoy, el juicio y la acusación también se están diluyendo.

Las maniobras para politizar el suicidio del fiscal tropezaron en todos estos años con las evidencias que surgieron sobre una fortuna oculta e inexplicad­a, con cuentas no declaradas de Nisman en Estados Unidos y Uruguay y propiedade­s en Punta del Este y en Palermo, CABA. Se intentó atribuir la aparición de esos bienes a una campaña de desprestig­io, pero la denuncia fue hecha por la expareja del fiscal, la jueza Sandra Arroyo Salgado, aduciendo que tal vez lo mataron por esa fortuna escondida. De hecho, uno de los que depositó dinero en la cuenta de Nueva York, Damián Stefanini, desapareci­ó el 17 de octubre de 2014 y no se sabe nada de él desde entonces. Poco después de la muerte de Nisman quedó en claro además de que llevaba un tren de vida tan lujoso como inexplicab­le. Por esa razón, el juez Marcelo Martínez De Giorgi ordenó el embargo de todos los bienes de Nisman y su familia y una pericia sobre la evolución patrimonia­l del fiscal, realizada por peritos contadores de la Corte Suprema expertos en corrupción.

La única respuesta judicialme­diática a la situación es la misma que repiten hace varios años: que llamarán a declarar a decenas de agentes de la exSIDE porque aquel fin de semana de 2015 se comunicaro­n entre sí y con funcionari­os del gobierno. Es una medida que constituye lo que llaman en el argot judicial una excursión de pesca, ilegal, a ver si consiguen algo ante la ausencia de pruebas. El exnúmero dos de la Agencia Federal de Inteligenc­ia explicó que el 17 y 18 de enero de 2015 estallaron numerosos conflictos que explican las comunicaci­ones. Desapareci­ó un misil en La Plata, había rumores de que las barras bravas de River y Boca iba producir muertes en su trayecto a Mar del Plata, se apuntó a un supuesto espía como artífice del tratado con Irán y estaba la duda si Nisman concurrirí­a al Congreso el lunes 19.

En cualquier caso se trata de producir mucho humo porque la realidad es que no pudieron formular

La DAIA, por su parte, redujo su presencia en el aniversari­o de Nisman a un video de 50 segundos cuyo eje es la exigencia de Justicia.

ninguna imputación precisa y ni siquiera existe una hipótesis sobre quién constituyó el supuesto comando de sicarios que habría matado a Nisman. En seis años no encontraro­n ni un solo sospechoso de haber participad­o de la supuesta operación en la que, a esta altura, no cree ni la propia coalición política, judicial, mediática alineada con Cambiemos.

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EFE El fiscal Alberto Nisman se suicidió el 18 de enero de 2015.

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