Pagina 12

El dilema de los jueces de Casación

La Corte ordenó revisar una condena de lesa humanidad

- Por L. B.

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La Cámara Federal de Casación se encamina a tratar después de la feria el caso de los hermanos Emilio y Julio Méndez, dos civiles condenados por aportar una chacra como centro clandestin­o en Tandil, donde estuvo secuestrad­o y fue torturado el abogado laboralist­a Carlos Alberto Moreno. Estos hermanos fueron beneficiad­os recienteme­nte por la Corte Suprema en un fallo que fue cuestionad­o por representa­r una nueva traba al juzgamient­o de los responsabl­es civiles y empresaria­les de delitos de lesa humanidad. Los jueces de Casación fijaron una audiencia para el 22 de febrero, cuando se cumplan dos meses de la resolución de los supremos.

En 2009, el Tribunal Oral Federal (TOF) de Mar del Plata condenó a los hermanos Emilio y Julio Méndez a quince y once años respectiva­mente por haber cedido la chacra donde estuvo secuestrad­o Moreno en 1977. Ese fallo fue confirmado un año más tarde por la Sala IV de la Cámara Federal de Casación. Luego fue a la Corte Suprema que el 22 de diciembre último decidió favorecer a los dos civiles y reenviar el tema a Casación. Lo curioso es que el máximo tribunal sí confirmó la condena que había sido dictada contra los militares del Batallón de Logística I de Tandil, pero no la de los dos civiles. La mayoría de la Corte –conformada por Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda– sostuvo que no estaba opinando acerca del fondo de la cuestión, pero que los casadores no habían cumplido con una revisión exhaustiva del fallo que en 2012 dictó el TOF de Mar del Plata. Por su parte, el presidente de la Corte, Carlos Rosenkrant­z, fue más a fondo y sostuvo que los Méndez no eran parte de una empresa criminal con los militares de la zona y puso en duda que la chacra de los Méndez hubiese funcionado como centro clandestin­o durante los primeros años de la dictadura.

El fallo de la Corte recibió críticas por parte de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación e incluso fue fuertement­e cuestionad­o por uno de los jueces que juzgó el caso Moreno en 2012. Días atrás, la organizaci­ón Justicia y Concordia, que nuclea a abogados de imputados y condenados por delitos de lesa humanidad, emitió un comunicado en respaldo a la decisión de los supremos, lo que despeja cualquier duda sobre el impacto del fallo. “Algo parece que está cambiando. Un fallo reciente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación parece abrirnos un camino hacia la recomposic­ión de una porción de legalidad”, festejaron desde la entidad pro-impunidad. El diario La Nación le dedicó un editorial celebrator­io este jueves, que sostiene que a los Méndez los liberaron tras la resolución de la Corte, pero esto es estrictame­nte incorrecto. A Julio –condenado a once años– le dictaron el cese de la preventiva por el caso Moreno porque ya había cumplido nueve años detenido, pero sigue en domiciliar­ia a la espera del juicio por crímenes en La Huerta. Su hermano Emilio continúa en domiciliar­ia por ambos casos. Cuando se haga el juicio por el centro clandestin­o La Huerta, los Méndez deberán responder por cuatro casos de personas que denunciaro­n haber estado detenidas en la chacra también.

La Sala IV de Casación –a la que la Corte le dio algo más que un tirón de orejas con su fallo– levantó rápido el guante y convocó para una audiencia para el 22 de febrero a las 13 para tratar los recursos de los hermanos Méndez. El presidente de la Sala, Mariano Borinsky, les informó a las partes que la Sala iba a mantener la integració­n que tenía el año pasado, cuando fue convocada la audienlita­r cia. Es decir, los jueces que deberán resolver son el propio Borinsky, Gustavo Hornos y Javier Carbajo. Hornos actualment­e no forma parte de la Sala porque este año está a cargo de la presidenci­a del máximo tribunal penal del país y su lugar lo ocupa su antecesora en el cargo, la jueza Ángela Ledesma, pero sí estará para revisar los planteos de los Méndez.

PáginaI12 conversó con Matías Moreno, hijo del abogado laboralist­a y actual subsecreta­rio de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires.

–¿Qué expectativ­a tienen ante esta nueva audiencia de Casación?

–La expectativ­a que tenemos como familia es que Casación confirme la sentencia condenator­ia a los hermanos Méndez por considerar­los partícipes necesarios en el secuestro y asesinato de mi papá. La sentencia condenator­ia se dictó con unanimidad de los tres jueces del TOF de Mar del Plata y hasta que esta sentencia llegó a la Corte intervinie­ron doce magistrado­s y todos lo vieron de la misma manera. Nuestra expectativ­a es que se haga justicia en términos del rol que cumplieron los hermanos Méndez al facisu propiedad, que era una casaquinta no muy alejada del éjido urbano. Hay innumerabl­es testimonio­s que hablan de los movimiento­s militares, de los centinelas apostados en las esquinas. Los testimonio­s de sobrevivie­ntes de La Huerta que son previos incluso a la detención de mi papá.

–¿Cómo evalúa el impacto político del fallo de la Corte?

–Estas decisiones de la Corte, en cabeza de Rosenkrant­z, tienen un objetivo de obturar la investigac­ión, el procesamie­nto y el juzgamient­o a la participac­ión civil durante la última dictadura cívico–militar. Esperamos 40 años por justicia y esperemos que en la fecha fijada por Casación, ese tribunal confirme el fallo condenator­io a los Méndez.

A Carlos Alberto Moreno lo secuestrar­on el 29 de abril de 1977 en Olavarría. Era un abogado que defendía a los trabajador­es de la cementera Loma Negra. Su secuestro se produjo, como recupera el informe Responsabi­lidad empresaria­l en delitos de lesa humanidad, después de que consiguier­a

La Cámara deberá resolver si sostiene o cambia el fallo con el que condenaron a los hermanos Méndez por cómplices de la dictadura.

Casación deberá resolver, por orden de la Corte, la condena a los hermanos Méndez por ser cómplices de la dictadura en Olavarría.

un fallo favorable que obligó a la empresa a modificar el modo de producción. Según reconstruy­ó la justicia en plena dictadura y se amplió en el juicio de 2012, a Moreno lo llevaron a la chacra de los Méndez en Tandil. Logró escaparse a los pocos días y llegó a la finca lindera de la familia Bulfoni buscando ayuda. Estaba con saco y camisa, con signos de haber sido torturado. Los militares lo recapturar­on y lo asesinaron. El fallo de 2012 no sólo fue emblemátic­o porque condenó a los Méndez, sino también porque ordenó investigar el rol de Loma Negra.

En la Corte, la sentencia que favoreció a los hermanos Méndez se firmó el 22 de diciembre pasado. Un día después, como ya publicó PáginaI12, se registró un movimiento en el expediente que la Corte tiene para revisar la falta de mérito que la misma Sala IV le dictó a Carlos Pedro Tadeo Blaquier, el dueño del ingenio Ledesma. Entró y salió de la vocalía de Rosenkrant­z, a quien dentro y fuera de la Corte lo acusan por demorar una resolución sobre la causa de los apagones. Es probable que éste replique en ese expediente la línea que ya desarrolló con los hermanos Méndez.

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Pablo Añeli Los hermanos Julio y Emilio Méndez fueron beneficiad­os por la Corte.
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