Falta mucho, pero falta menos
Mientras que los casos se desaceleran y se discute la vuelta a clases presenciales, el panorama no es tan desolador porque los lotes de Sputnik –con millones de dosis– comenzarán a llegar la semana próxima. Además de los miembros del personal de salud –en especial aquellos que se encuentran a la vanguardia en la lucha contra el virus– tras la recomendación realizada por Anmat, podrán inmunizarse los mayores de 60 años, uno de los grupos que ha presentado los índices de mortalidad más preocupantes desde que inició la pandemia en Argentina y en el mundo. De hecho, Alberto Fernández, Ginés González García y Daniel Gollan recibieron las propias como muestra de confianza hacia las drogas que se inoculan y se inocularán en los cuerpos de los ciudadanos argentinos.
Además de la fórmula rusa, para marzo se esperan millones de dosis provenientes desde México: el Laboratorio Liomont está, en el presente, envasando la sustancia activa que produjo y envió la planta local de mAb-xience (Grupo Insud, del empresario doméstico Hugo Sigman). Asimismo, se aguarda por el millón de dosis acordada con la empresa estatal china Sinopharm y los millones convenidos con la plataforma Covax administrada por la OMS. La inmunización masiva en el país calienta motores. El entusiasmo es tal que en la provincia de Buenos Aires, a través de la página dispuesta por el gobierno provincial, ya se anotaron más de un millón de personas a la espera de la asignación de un turno y de inyectarse la protección frente al SARS CoV-2. Falta mucho, pero falta menos.