Una apuesta por la unidad y el multilateralismo
El presidente Alberto Fernández terminó su visita a Chile y llamó a “construir un nuevo mundo con nuestras reglas”. Recibió el apoyo de la Cepal
La visita de Estado de Alberto Fernández a Chile tuvo dos claros objetivos. Por un lado encaminar un estratégico trabajo común entre su gobierno y el de Sebastián Piñera para el control de la covid-19. Un punto que sin duda incluyó la pospandemia y la necesidad de reconstituir los aparatos productivos de ambas naciones que se expresó en los diferentes acuerdos firmados para desarrollar emprendimientos económicos. El otro objetivo de Fernández, el político, se desplegó en su segunda y última jornada donde mantuvo reuniones con dirigentes de la oposición chilena a los que convocó, según trascendió, a tomar el ejemplo de unidad del Frente de Todos. Ante de regresar a la Argentina, el Presidente llamó a “construir un nuevo mundo con nuestras reglas y donde, si el continente queda claramente unido, podríamos tener más fuerza, para seguir los planteos sobre cómo queremos que sea el mundo”.
La necesidad de aunar esfuerzos para combatir mejor la pandemia de la covid-19 fue el reiterado ejemplo que puso Fernández para convocar a la unidad de los países de la región: “Tenemos que estar unidos, más allá de nuestras diferencias, para enfrentar los desafíos de un mundo complejo. Si hubiéramos estado juntos, estaríamos en mejores condiciones de negociar la compra de una vacuna contra el coronavirus”, dijo en su última conferencia de prensa en suelo trasandino.
Fernández se mostró conforme con su visita a Chile: “Este fue un viaje más que fructífero, un viaje muy interesante para poner en marcha muchas cosas que en común podemos poner en marcha y poder abordar también con los empresarios chilenos”, dijo y luego se zambulló en uno de los temas que es eje de la política chilena: la reforma constitucional.
El Presidente dijo que tal vez el pueblo chileno “no tiene dimensión del momento que vive”, y consideró que “tener la posibilidad de hacer una Constitución de cero es crear un nuevo estado de cosas. Es fijar reglas absolutamente nuevas, aún cuando se sostengan instituciones o derechos que ya existen en la constitución”, dijo y anticipó que al dejar atrás la constitución que impuso el dictador Augusto Pinochet “va a haber otro Chile, no sé si mejor o peor, son los chilenos quienes deberán resolverlo”.
En ese sentido dijo que “Chile tiene una gran oportunidad” para resolver las desigualdades sociales que vive. “Yo sólo celebraré lo que en verdad sí debemos celebrar, que