Brigadistas con nuevo convenio
El cuerpo nacional de combatientes de incendios forestales contará con un convenio que reconoce las particularidades propias de la tarea que lleva a cabo y crea un régimen de carrera específico que reivindica su labor. En un acto en el que hubo varias manifestaciones de emoción por el paso dado, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, acordó ese convenio colectivo sectorial destinado al personal brigadista que se desempeña en la Administración de Parques Nacionales y en el Servicio Nacional de Manejo del Fuego. “Hoy pudimos reparar una deuda histórica, de más de veinte años, que es el reclamo de los y las brigadistas que combaten el fuego en todo el país, tanto los de Parques Nacionales como los del Servicio Nacional de Manejo del Fuego”, expresó Cabandié. Puntualizó que se trata de 421 agentes, y agregó: “Hoy ingresan a ser parte del plantel del Estado, con una carrera, un convenio colectivo específico y una mejora salarial. Eso es dar cumplimiento a un derecho que siempre tendrían que haber tenido”. El nuevo marco regulariza la situación del conjunto de los y las agentes, equipara salarios —igual remuneración por igual tarea— y sienta las bases para iniciar procesos de ingreso futuro a la planta permanente del Estado nacional. Bajo este marco, los y las brigadistas mejorarán sus condiciones de trabajo, y además será reconocida la carrera específica, acorde a sus funciones.
PáginaI12.
Oriunda de Zárate, a orillas del Río Paraná, creció observando a los oficiales realizar las distintas funciones y, desde muy chiquita, llegó a enamorarse del trabajo. Incluso mucho antes de que Prefectura se abriera a incorporar mujeres. “Apenas se abrió la inscripción para el personal femenino en el 2000, me anoté”, cuenta la nueva jefa de la Prefectura de Dique Luján.
Hoy, con 39 años, Díaz dice que no puede elegir una emoción dentro del torbellino de sentimientos por el nombramiento. “Lo que estoy experimentando ahora como jefa de una Prefectura, que es para lo que uno se prepara durante toda su carrera, es lo mejor que me ha pasado. Es el momento más importante, todo lo que trabajé se puede valorar hoy”, expresa.
La noticia la tomó por sorpresa en octubre, si bien asumió el martes pasado: “Es algo que uno no espera, uno no sabe bien si va a tener la oportunidad, si va a tener acceso a este tipo de oportunidades”. Sin embargo, sostiene que su condición de mujer nunca fue determinante en su carrera, si bien fue un largo camino de adaptación y evolución por parte de la fuerza y sus integrantes. “Tenemos las mismas oportunidades y las mismas responsabilidades. Nuestras posibilidades son equitativas con las de los hombres, pero como las mujeres nos hemos incorporado recientemente en la Prefectura, la mayoría todavía no tiene la experiencia necesaria para desempeñar algunas funciones”, explica. Pero la prefecto Díaz –prefecto, como insiste en ser llamada ya que “ese es el nombre del cargo”– tiene una amplia experiencia.
“Tuve la posibilidad, gracias a la institución, de recorrer el país y de trabajar en distintas funciones, en distintas áreas y en distintos destinos de Argentina”, cuenta. Con dos décadas en Prefectura, Díaz trabajó en el área de Investigación Criminal con el delito de trata de personas, en los que participó de múltiples allanamientos y operaciones de rescate de víctimas. “Todas fueron situaciones riesgosas: para uno, para las personas que uno va a rescatar y también para las que son parte de un operativo”, explica. Luego fue asignada a la delegación de Inteligencia Criminal de la Prefectura Zonal de Alto Paraná, donde estuvo trabajando con delitos de contrabando y de narcotráfico.
Es claro que la jefatura no es la primera gran responsabilidad que Díaz tiene en su carrera, y de alguna forma siempre estuvo relacionada con la lucha por las mujeres y la equidad. Ella siente que su camino parecía guiarla hasta este momento. “Espero que sirva para que otras mujeres tengan esta posibilidad. Porque se puede hacer, no es fácil pero es posible”, analiza.
Díaz admite que el trabajo de prefecto es difícil, que requiere mucho compromiso y tiempo completo. Un “estilo de vida en el que uno deja muchas cosas de lado, hace elecciones y muchos sacrificios para poder llegar”, dice. Casada con un prefecto navegante, y con un hijo de 8 años,
“Como las mujeres nos incorporamos recientemente en la Prefectura, la mayoría todavía no tiene experiencia para algunas funciones.”
sabe que el apoyo y el entendimiento de su familia es fundamental para poder seguir adelante. Avanza con el objetivo de “seguir creciendo”, y mientras lo hace, va abriendo el camino para todas las mujeres de la fuerza y las que se sumarán en el futuro. Es un camino hacia la equidad de género.